El presidente peruano, Pedro Castillo, designó primera ministra a la abogada Betssy Chávez en una renovación parcial de su equipo de gobierno, en medio de una pugna con la oposición que lo acusa de tratar disolver el Congreso que rechazó un voto de confianza solicitado por el anterior jefe de Gabinete.
Chávez, que ocupaba la cartera de Cultura y antes fue ministra de Trabajo, juramentó al cargo ante Castillo en reemplazo de Aníbal Torres. Después, en otra ceremonia, el mandatario realizó seis cambios en su Gabinete de 18 ministros.
En la reorganización ratificó a Kurt Burneo como ministro de Economía; y nombró al ingeniero de minas Oliverio Muñoz como ministro de Energía y Minas, en reemplazo de Alessandra Herrera.
Castillo había anunciado la noche del jueves la renuncia de Torres, luego de que el Congreso rechazó el pedido de un voto o "cuestión de confianza" de su primer ministro alegando que la iniciativa no cumplía con los requisitos legales.
Según la Constitución, si un voto de confianza es rechazado por el Congreso, todo el Gabinete del Gobierno debería renunciar. Si se rechaza dos veces una "cuestión de confianza" a un primer ministro, el presidente está facultado para disolver el parlamento y convocar elecciones legislativas. El mandatario izquierdista calificó la decisión del Congreso como un "rehusamiento expreso (al pedido) de la confianza".
La interpretación fue rechazada por líderes opositores. "El presidente no puede atribuirse una interpretación contraria a lo que señala la Constitución", dijo el jefe del Congreso, José Williams Zapata, en un mensaje grabado. "Hacerlo conllevaría a una disolución anticonstitucional del Congreso".
"Usaremos las herramientas constitucionales para la defensa institucional del Congreso", afirmó el legislador opositor, un militar retirado miembro del partido de derecha Avanza País.
El legislador y militar retirado Roberto Chiabra, del partido conservador Alianza para el Progreso, dijo que Castillo está buscando una disolución del Congreso "desde que se presentó una cuestión de confianza que no procedía".
Congresistas opositores han dicho que el Congreso en su defensa puede acusar a Castillo por "infracción constitucional", porque él ha interpretado el rechazo al voto de confianza, como una denegación para poner al Congreso al borde de su disolución.
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