El presidente de Francia, Emmanuel Macron, indicó ayer que el G-20 tiene la responsabilidad de enviar un mensaje “para evitar una escalada” de violencia, en medio de la tensión que generó el misil que cayó en una localidad polaca fronteriza con Ucrania, y se mostró optimista con que China juegue “un papel de mediación más significativo” en la relación de Occidente con Rusia.
Los líderes mundiales deben “enviar un mensaje muy claro para evitar la escalada violenta, defender la paz y evitar la división”, dijo el mandatario en el cierre de la cumbre del G-20.
Macron explicó que habló con las autoridades polacas para mostrar el “compromiso” de su país en “averiguar qué pasó” con la caída del misil que dejó dos civiles muertos.
Sus declaraciones están en sintonía con las expresadas más temprano por los líderes del G7 y la Otan reunidos en Bali, que con cautela, en medio de las tensiones por la invasión rusa, ofrecieron su “pleno apoyo y asistencia a la investigación en curso en Polonia”.
Macron insistió en ser “muy prudente” sobre el origen de los misiles que cayeron en Polonia, pero sí recalcó que Ucrania sufre “desde hace semanas” un lanzamiento “masivo” de misiles rusos contra infraestructuras civiles, sobre todo, energéticas.
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