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Cadáveres maniatados con sogas en el cuello en una fosa común
EN IZIUM (UCRANIA)

Cadáveres maniatados con sogas en el cuello en una fosa común

La retirada rusa de la región de Járkov deja un decorado dantesco.

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La retirada rusa de la región de Járkov deja un decorado dantesco: 450 cuerpos son recuperados y Zelenski dice que Moscú «deja muerte por todas partes»

No es un escenario desconocido y, sin embargo, causa el estremecimiento de un terror nuevo. Ha sucedido en la tierra quemada de Izium, ciudad en el disputado este de Ucrania.

Un enclave con casi 50.000 habitantes, rodeado de bosques y cargado de historia –ocupado por grandes imperios de antaño y por el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial–, y bastión ruso en la campaña del Kremlin hasta hace unos días. Llegó al conocimiento del público tras la reconquista de su territorio por parte de las fuerzas de Kiev.

Pero ayer sumó su nombre a los de Bucha y Mariúpol en el podio de la ignominia de la guerra.

Unos 450 cadáveres fueron encontrados en una fosa común, algunos de ellos maniatados y con sogas alrededor del cuello, según informaron las autoridades ucranianas. La mayoría de las víctimas, como apunta el análisis preliminar, son civiles que murieron en los bombardeos sufridos por la población desde el comienzo del conflicto, pero las ligaduras y las heridas de bala hacen temer otros horrores.

Según manifestó el jefe de la Policía Nacional, Ihor Klymenko, «aunque tenemos información de que también hay soldados allí, aún no hemos recuperado ninguno». Expertos forenses ayudaron a exhumar los cuerpos en el lugar del enterramiento masivo –marcado con cruces de madera–, en el borde de un cementerio situado en el noroeste de la ciudad.

Oleg Kotenko, responsable del departamento de Investigación de la Policía de la región de Járkov, cree que la tumba fue excavada a toda prisa para recibir a numerosas víctimas, incluidas las del implacable bombardeo de la ciudad por parte de las fuerzas rusas en febrero y marzo de 2022. Las fotografías y testimonios obtenidos por periodistas en la zona ofrecen verosimilitud a este informe.

Mientras el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, apuntó que ésta es una prueba más de los crímenes de guerra cometidos por los invasores («Rusia deja muerte por todas partes, y debe rendir cuentas por ello»), Moscú no ha comentado nada sobre el asunto. «Ya se han iniciado las acciones procesales necesarias», añadió Zelenski. «Queremos que el mundo sepa lo que provoca la ocupación». El mandatario recordó las masacres de Bucha (con medio millar de cuerpos recuperados de fosas comunes) o Mariúpol –la ciudad mártir cuyo recuerdo perdura–, donde se hallaron apilados entre 3.000 y 9.000 cadáveres.

Naciones Unidas quiere enviar observadores a Izium para verificar las denuncias de las autoridades ucranianas. «Nuestros colegas de la misión de vigilancia en Ucrania se proponen visitar la zona para determinar las circunstancias de esas muertes», indicó Elizabeth Throssell, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

Se confirman los temores

Marie Struthers, directora para Europa del Este de Amnistía Internacional, manifestó ayer en un comunicado que «en marzo, nuestra organización hizo sonar la alarma sobre el destino de los civiles en Izium, que había estado bajo el ataque de las fuerzas rusas desde el cuarto día de la invasión. Este descubrimiento confirma nuestros temores más oscuros. El pueblo de Ucrania y el mundo merecen saber cómo han muerto los enterrados en el bosque cercano a Izium. Por cada homicidio o crimen de guerra debe haber justicia y reparación para las víctimas y sus familias, y un juicio justo y rendición de cuentas para los presuntos culpables. Aquellos que cometen u ordenan crímenes deben recordar: no existe un plazo de prescripción, y la justicia los alcanzará».

«Sabemos con certeza que las personas fueron torturadas y ya tenemos información sobre los que fallecieron allí»

Por otra parte, en los territorios reconquistados de Járkov los agentes de la ley ucranianos descubrieron diez cámaras de tortura rusas, seis de ellas en Izium, en los lugares de despliegue de las fuerzas del Kremlin. Así lo comunicó el citado Ihor Klymenko, según publica el portal de noticias Euromaidan Press. Otras dos cámaras se encontraron en Balaklia; una en Hrakove, en el distrito de Chuhuiv, y una en Vovchansk. Están localizadas en lugares variopintos, desde comisarías a la oficina de un fiscal. «Sabemos con certeza que las personas fueron torturadas y ya tenemos información sobre los que fallecieron allí», dijo el jefe de Policía, que citó el caso de un granjero que fue torturado hasta la muerte («Lo mató una soga»). A otros les arrancaron las uñas con unos alicates. «Todo el mundo está en un estado emocionalmente inestable», concluyó Klymenko. Los lugareños se refieren a estas cámaras como «sótano». «Llegar al sótano» significa ser detenido por los rusos y terminar entre rejas.

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