Rusia quema su gas a las puertas de la Unión Europea mientras recorta el suministro de combustible. En las inmediaciones de la polémica estación compresora de Portovaya, allí donde el gasoducto Nord Stream entra en el mar Báltico, una planta de gas natural licuado ha comenzado a quemar al aire unas cantidades sin precedentes de ese hidrocarburo cuando su precio se dispara a cifras récord. Al otro lado de la frontera, los países europeos prosiguen con su desconexión de Rusia: Francia se ha convertido esta semana en el quinto país del bloque en llenar más del 90 % de sus reservas de gas de cara al invierno.
El enorme chorro de fuego se puede apreciar con nitidez en las imágenes por satélite obtenidas por el programa europeo Copérnico. Las instalaciones están situadas en el golfo de Finlandia, junto a la ciudad rusa de Víborg. Según un análisis de la firma Rystad Energy, al que ha tenido acceso la cadena británica BBC, Rusia estaría quemando más de cuatro millones de metros cúbicos de gas al día, una octava parte de lo que suministraba a Europa en el último mes a través de Nord Stream, o el equivalente a 10 millones de euros de gas diarios.
Los propios finlandeses fueron los primeros en advertir de esta extraña situación desde su frontera. El medio Mtv Uutiset cuenta cómo varios de ellos percibieron incluso una ola de calor. “Ari Laine, un entusiasta de la naturaleza, caminaba por la isla de Lansker el 24 de julio cuando vio una extraña llama en el horizonte por la mañana. Tomó una foto a través de su telescopio, esta brillaba claramente incluso con la luz del Sol”, relataba el diario. Asimismo, la prensa finlandesa denuncia el impacto medioambiental que puede acarrear esta quema masiva de gas, una práctica que no es rara en este tipo de instalaciones, pero no a niveles tan elevados.
Desde el pasado 27 de julio, Moscú ha reducido su suministro a través de Nord Stream a apenas un 20% del bombeo habitual. Según las cifras de Gazprom, su envío se ha mantenido estable esta semana y en torno a los 33 millones de metros cúbicos de gas diarios.
Como comparación, en 2020 alcanzó una cifra récord de 177 millones de metros cúbicos. Sin embargo, a Europa le preocupa un corte total a corto plazo. La última turbina que queda activa en Portovaya, cerca de la frontera con Finlandia, será parada durante tres días, del 31 de agosto al 2 de septiembre, por unas supuestas tareas de mantenimiento, aunque en el bloque comunitario creen que Moscú podría no reanudar la actividad del gasoducto. “No tienen narices para decir: ‘Estamos en una guerra económica contigo”, afirmó hace un mes el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, según cita Reuters.
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