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La guerra incrementó la inflación en toda Europa
HÁBITOS DE CONSUMO

La guerra incrementó la inflación en toda Europa

La población busca ofertas, cambia marcas y limita el uso del auto.

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Esperar las ofertas, buscar marcas más baratas, diversificar las compras en distintos supermercados y limitar el uso del auto son algunas de consecuencias que está teniendo la inflación histórica en la vida cotidiana de los europeos, una suba de precios provocada en buena parte por la guerra en Ucrania que está generando "una gran pérdida de poder adquisitivo a los trabajadores".

La inflación en la zona que tiene al euro como moneda subió al 8,9% interanual en julio, en el conjunto de la Unión Europea (UE) esa tasa se elevó al 9,8%, un nuevo máximo histórico, mientras que en el Reino Unido se disparó al 10,1%, un nivel que no se alcanzaba desde 1982.

La escalada de precios está motivada principalmente por el fuerte aumento de la energía ante el veto a las importaciones de hidrocarburos rusos con los que avanzó el bloque europeo y al recorte al suministro ordenado por el Kremlin, especialmente del gas, como parte de la guerra de sanciones y respuestas a esas sanciones por la invasión a Ucrania.

El incremento en los combustibles impacta además en el precio de los bienes, sobre todo los alimentos, que de por sí ya se ven afectados por el conflicto bélico entre dos países exportadores de granos y fertilizantes, además de otros factores, como las cadenas de suministro rotas por la pandemia y las cosechas golpeadas por el calentamiento global.

Toda esta situación genera en Europa - y en otras partes del mundo- unas tasas de inflación sin precedentes y un poder adquisitivo de la población que se derrumba a una velocidad con pocos antecedentes históricos en las últimas décadas. No hay una receta única, pero es importante proteger a los más pobres. Por supuesto, la capacidad fiscal del país limita lo que se puede hacer, y la dependencia del gas ruso hace que el problema sea mayor para unos que para otros.

Ajustes para todos

Más allá de estas medidas adoptadas por cada país, el aumento generalizado afectó la vida cotidiana de los habitantes. "Para mantener el gasto que tenía en el supermercado en 2021 ahora tengo que mirar las revistas de cada cadena y rotar las compras. Los precios que antes eran las bases en productos de primera necesidad son los que hoy se encuentran solamente cuando hay ofertas", explicó Mattia Rossi, diseñador italiano de 28 años que vive en Roma.

"Si los precios del día a día siguen subiendo, lo primero que tengo en mente para resignar son las marcas de los productos de la alacena y quizás también empezar a comprar ropa y otros artículos no indispensables solo cuando hay liquidaciones", añadió. "Tenemos auto y espero cuando el precio baja de los dos euros el litro para llenar el tanque", resaltó.

Diego Risco, un peruano que vive junto a su familia en Berlín, tiene las mismas dificultades para cargarle combustible a su auto por la inflación, fenómeno que también impacta en sus compras de supermercado.

Desde una posición más acomodada en lo económico, el empresario Hernán Coronas indicó que en su restaurante de Barcelona tuvieron que incrementar los precios en el menú dos veces este año "cuando habitualmente los variábamos muy poquitito, un 3% o 5% cada tres años".

"A mí personalmente y gente del nivel económico medio alto no lo estamos viviendo con gran angustia. No nos aprieta la compra del supermercado, pero sí se nota que bajan los márgenes de beneficio. Lo sufro a nivel comercial", agregó el argentino, que vive hace 22 años en España y es también dueño de alojamientos para turistas y una compañía de reformas.

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