La protesta de un grupo de indígenas que desplegaron una pancarta durante la misa del papa en la Iglesia de Santa Ana de Beaupré en Quebec, para pedir que tomase las distancias de la llamada “Doctrina del descubrimiento”, escenificó la opinión de algunos de los representantes de los pueblos originarios que querían algo más respecto a las disculpas de Francisco.
Los representantes de los pueblos originarios -Primeras Naciones, Metís e Inuit- expresaron su satisfacción y su emoción cuando el Papa les pidió en Maskwacis, en Edmonton,“humildemente” perdón por las responsabilidades de la Iglesia en aquellos internados creados para los “procesos de asimilación” y en los que sufrieron todo tipo de abusos cerca de 150.000 niños indígenas, miles de ellos murieron por los maltratos y enfermedades. Pero muchos de ellos coincidieron en que la petición de perdón era un punto de inicio y no de llegada en el proceso de reconciliación con la Iglesia y que quedaba mucho por hacer respecto a las peticiones de los pueblos originarios.
Descontento
Sin embargo, algunos grupos de estos pueblos originarios, repartidos por el vasto territorio canadiense que no visitará el Papa, no han quedado contentos por sus disculpas y esperaban algo más.
Antes de la misa, un grupo de indígenas desplegaron una pancarta en la que pedían al papa en francés “que rescindiera la Doctrina”, en referencia a la llamada “Doctrina del Descubrimiento”, una serie de bulas papales en el Siglo XIV por las que se bendecía la colonización y la apropiación de las tierras. La seguridad en el interior del templo retiró sin problemas la pancarta, pero el pequeño grupo de indígenas la colgó en el exterior del santuario ante los miles de fieles que se congregaron para seguir la misa de Francisco.
Antes de su llegada a Canadá, los miembros de la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá, (AFN, por su siglas en inglés) habían pedido al papa que revocase las llamadas bulas papales, conocidas como Doctrina del Descubrimiento, que usaron los colonos en América y África para “en nombre de Dios” justificar la confiscación de tierras de los pueblos nativos.
Fueron en particular dos bulas papales emitidas en 1455 y 1493 por los papas Nicolás V y Alejandro VI las que daban la bendición a apropiación de tierras que declaraban “terra nullius” (tierra de nadie) y que, según el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones indígenas, “siguen vigentes”. Pero las peticiones de los pueblos originarios van más allá. El gran jefe Garrison Settee, de los Manitoba Keewatinowi Okimakanak, en un comunicado tras la disculpa del papa aseguró que “fue impresionante escuchar esas palabras para toda la gente que necesitaba oírlas” y cree “que fue una dis culpa sincera”.
Pero agregó que La Comisión de la Verdad y la Reconciliación había pedido al papa que emitiera una disculpa a las víctimas de los internados, a sus familias y comunidades por el papel de la Iglesia católica por el “abuso espiritual, cultural, emocional, físico y sexual de los niños de las Primeras Naciones en los internados católicos”.
“No oímos mencionar los abusos sexuales en la disculpa. Fue un poco sorprendente que tampoco se oyó nada de la Doctrina del Descubrimiento”, afirmó. “Pedir perdón y reconocer los daños causados es sólo un paso de los muchos que hay que dar. Hay mucho más trabajo por hacer”, señaló.
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