El banco central de Estados Unidos ha aprobado ayer una subida de los tipos de interés de 0,75 puntos, la mayor desde 1994. Es un ascenso mayor al que anticipaba hace solo un mes y se debe a que la inflación ha vuelto a marcar en mayo un máximo en 40 años, con un 8,6%. Con la subida, que el mercado ya estaba esperando, los tipos se sitúan en un rango del 1,5% al 1,75%. “Estamos firmemente comprometidos a devolver la inflación a su objetivo del 2%”, ha dicho el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en rueda de prensa.
La última vez que los tipos subieron tres cuartos de punto de una sola vez fue en noviembre de 1994. La inflación estaba en torno al 3% y el entonces presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, elevó los intereses de los fondos federales al 5,5% por miedo a que la economía se recalentase. En sus memorias, Greenspan cuenta que está especialmente orgulloso de haber logrado un aterrizaje suave de la economía, evitando una recesión.
“Si la Reserva Federal espera a que la inflación real empeore antes de tomar contramedidas, habrá esperado demasiado”, dijo entonces Greenspan en el Congreso de EE.UU. Es exactamente lo que parece haberle pasado ahora al banco central. Tanto sus responsables como la secretaria del Tesoro y antecesora de Jerome Powell, Janet Yellen, se equivocaron con el diagnóstico. Pensaron que la inflación era transitoria y ya dura demasiado. Se refugiaron en que las expectativas de inflación a largo plazo eran bajas y ya han subido. Ahora tienen que tomar medidas más radicales.
Esta subida de tipos es la tercera del año, tras los 0,25 puntos de marzo y los 0,5 puntos de mayo. Pero no será la última. El comunicado de ayer ya anticipa nuevas subidas. Previsiblemente, la Fed volverá a actuar en julio y en otoño el interés de los fondos federales se situará en los niveles más altos desde de la crisis financiera de 2008 que dio lugar a la Gran Recesión. Desde aquel año, los tipos han estado como máximo en el 2,5%, el año anterior a la pandemia. Ahora, la Fed considera que la política monetaria apropiada debería llevar los tipos de interés al entorno del 3-3,5% este año y a cerca del 4 % el próximo. Y Powell ha aludido en su rueda de prensa a una posible subida de 0,5-0-75 puntos ya en la reunión de julio.
“La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de la energía y las presiones generales sobre los precios”, reconoce la Reserva Federal en su comunicado, en el que también alude a la guerra de Ucrania. Lo que el banco central busca es el estrecho camino que le permita poner coto a la inflación sin provocar una recesión. “No queremos inducir una recesión ahora, dejemos eso claro”, ha dicho Powell, aunque ha reconocido que el paro subirá medio punto.
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