Más oportunidades para la inmigración legal y a cambio, compromiso para devolver a los inmigrantes irregulares a sus países de origen. Estados Unidos al fin prevé plasmar en un documento común una realidad que se ha vivido en la región en los últimos años. Es parte del contenido de la declaración de Los Ángeles sobre migración y protección que este viernes firmaron los líderes de los países americanos. Aunque el país anfitrión asegura que no quiere parar la inmigración, lo que sí pretende con la declaración que ha promovido es sentar unas nuevas reglas del juego sobre la base de lo que denomina “la responsabilidad compartida”, que es una moneda con dos caras. El resto de naciones, que han dejado de ser solo emisoras para convertirse también en países de destino de inmigrantes, están de acuerdo con este nuevo sistema regional.
El primer compromiso es promover el desarrollo de los países de origen para desincentivar la migración. Casi todo el temario de la Cumbre de las Américas apunta, de un modo u otro, en esa dirección. Promover una democracia de calidad, evitando así refugiados y exiliados; cooperación económica para mejorar las oportunidades en los países más pobres; inversión privada y financiación de organismos multilaterales, mejora de los sistemas sanitarios; lucha contra el cambio climático y toda una serie de propuestas para que haya menos gente dispuesta a emigrar.
Estados Unidos quiere, además, apoyar a los países de la región que acojan refugiados para que la población se asiente y se reduzca la inmigración de segunda ronda, como está ocurriendo con numerosos acogidos venezolanos en Colombia que buscan continuar a Estados Unidos. “La necesidad de estabilización y apoyo económico es especialmente importante en los países que albergan a más de seis millones de refugiados y migrantes”, sostiene la Casa Blanca.
En ese capítulo llega el primer paquete de compromisos concretos. Colombia ha regularizado a más de 1,2 millón de refugiados y emigrantes venezolanos y reafirma su compromiso de elevar esa cifra a 1,5 millones para finales de agosto de 2022. Costa Rica planea renovar el régimen especial de protección temporal complementaria para los migrantes de Venezuela, Nicaragua y Cuba que hayan llegado antes de marzo de 2020, siempre que se obtengan los recursos financieros necesarios. Ecuador asume también compromisos de extender la regularización de inmigrantes venezolanos. Belice pondrá en marcha en agosto de 2022 un programa para regularizar a los migrantes centroamericanos y de la Comunidad del Caribe (Caricom) que lleven un tiempo determinado viviendo en el país.
Estados Unidos destinará 314 millones de dólares (unos 298 millones de euros) a la asistencia de refugiados y migrantes vulnerables en todo el hemisferio, incluyendo ayuda para los más de seis millones de venezolanos que se han desplazado a 17 países de la región. Otros 25 millones de dólares serán para impulsar los procesos de registro, la ampliación de los servicios sociales y los programas de integración en países que asuman esos compromisos. Lo que prevé la cumbre es, además, facilitar vías de emigración legales y, por otro, frenar las ilegales.
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