La Región tiene lugares que se convirtieron en centros de atracción a los que llegan vecinos de todos lados a conocerlos. Pero hay algunos puntos rurales que siguen escondidos a la vista de todos y los lugareños los guardan como un tesoro. Mientras menos se conozcan, mejor.
En el distrito de Salto, muy cerca de la localidad cabecera, existe un lugar denominado el “Salto de Agua”. Se trata de un que existió sobre el arroyo Saladillo Chico, que desemboca a pocos metros, en el río Salto. Inclusive, se ha señalado como que esa caída o cascada fue lo que dio nombre a la localidad.
- El lugar fue restaurado con fines de preservar el lugar histórico. (Foto: Pablo Silva).
La falla original fue documentada también como el "salto del Arrecifes" y denominaciones similares). Hace más de 50 años, el salto tenía una altura que superaba la medida de una persona. Con el tiempo, la falla desapareció, sin llegar a tener la importancia que se merecía (hasta su restauración). “El hombre metió la mano más de una vez y poco a poco lo fue deteriorando hasta que un día dijo basta y en poco tiempo desapareció”, cuentan quienes llegaron a conocerlo.
Inclusive, hay quienes sostienen que ese fue el lugar más importante a nivel histórico que Salto ha tenido. En el molino harinero cuyo primer dueño fue David Lanata, se levantó el fortín, cuyo terreno ha sido declarado Lugar Histórico Nacional y, finalmente, pasando el camino, el famoso Canal del Norte, faraónica obra que nunca llegó a funcionar, cuyos paredones en distintos puntos de su recorrido son hoy mudos testigos de aquella obra.
Restaurando la historia
“Nunca nos hemos dado cuenta del verdadero valor histórico cultural que tenemos a la vuelta de nuestra casa, ni el respeto debido de esas ruinas”, explican los historiadores. Pero en la actualidad, hay varios proyectos en marcha para restaurar esas reliquias.
Inclusive hubo una institución que varios años atrás bregó silenciosamente por la recuperación del terreno donde estaba ese "salto de agua", ya que el mismo era propiedad privada. Esa institución nació como Junta Provisoria de Estudios Históricos de Salto, de la que formaron parte varios vecinos.
La reunión constitutiva no se realizó en ningún lugar cerrado, sino al aire libre, en una de las mesas del Club Artesano, mientras los presentes tomaban alguna bebida para paliar el calor de ese 29 de diciembre de 1967.
- La imagen muestra cómo era originariamente el Salto de Agua.
Pero, así como nació al "aire libre", al tiempo se diluyó, posiblemente por dos razones: Su promotor y el que daba empuje a esta nueva institución vivía en Ciudadela, Diego Areco, y venía de tiempo en tiempo porque era un enamorado de su Salto. El segundo causante fue un "cortocircuito" que existía entre dos personas de la comisión, lo que no permitía un perfecto funcionamiento.
De cualquier manera, llegó a cumplir con un sueño largamente acariciado: recuperar por parte del municipio el terreno del "salto de agua". En el acta Nº1 señalan los propósitos que la animaban, uno de los cuales decía: “Velar por la preservación de los valores históricos que dieron origen a nuestra antigua población".
Más adelante, al dirigirse al intendente municipal para solucionar el problema del terreno, se hizo mención que se había formado una comisión especial para que el 23 de febrero de 1968, se entrevisten con Domingo Herrera, que recientemente había adquirido de los hermanos Urrizaga ese predio y tratar de llegar a que se concrete una venta del espacio.
- Actualmente el salto puede apreciarse según la imagen. (Foto: Pablo Silva).
En principio, esa comisión, con la facultad señalada, estuvo integrada por Gumersindo Roldán, Diego Areco, Félix Lucero y Julio Alessandro. El citado vecino, dueño en ese momento del predio que lo había comprado para transformarlo en un lugar de recreación, ante la requisitoria formulada por los componentes de esa comisión especial, expuso que, en la imposibilidad de ceder ese predio en donación, como eran sus deseos, gustosamente proponía que estaba dispuesto a ofrecerlo en venta, transfiriéndolo sin ganancia alguna, solicitando tan sólo que los gastos de las tramitaciones pertinentes, corrieran por cuenta de los adquirientes.
Así se recuperó por parte del municipio ese terreno histórico que hoy se le damos valor, aunque aún no cuenta con la señalización correspondiente.
En tanto, el martes 10 de julio de 1973, el Honorable Concejo Deliberante de Salto concedió al Centro Tradicionalista de Salto Argentino el terreno ubicado contiguo al "salto de agua", con ciertas cláusulas que debía respetar la entidad solicitante".
Hubo un momento en que las autoridades municipales nivelaron el terreno e hicieron una abundante forestación, pero poco a poco fue desapareciendo, lo mismo que una bomba, mesa y baño, aunque todo muy precario y que terminó también en roturas de todo tipo.
Cómo llegar al Salto de Agua
Ese lugar histórico ya no existe como se lo conoció originalmente, sino que se lo reconstruyó hace unas décadas. Para llegar a él, hay que recorrer unos tres kilómetros desde la zona céntrica, yendo primero a la Costanera Sur y luego avanzando hacia la Ruta Provincial 31. Ante cualquier duda, es preferible consultar previamente o guiarse por GPS, dado que se llega por un camino rural.
La mejor referencia para ubicarlo es otro punto histórico que está justo enfrente: el Molino Quemado, una instalación hidráulica construida en 1856 por David Lanata, que elaboró una de las primeras producciones de harina que se exportaron a los Estados Unidos.
En 1931 sufrió un incendio y quedaron visibles apenas unas pocas ruinas. Esto genera confusión con un proyecto abandonado de esclusas del Río Salto, que se iba a desarrollar en sus cercanías.
Bibliografía: * http://saltonline.com.ar/museos/historia/salto_de_agua.html
Compartir