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Madrugada de furia en Rojas: rociaron con nafta a dos inspectoras y hubo una batalla campal en el barrio Covendiar I

La violencia urbana alcanzó niveles alarmantes este sábado. Un menor fue aprehendido tras intentar prender fuego a agentes municipales en una estación de servicio, mientras que vecinos del Barrio Covendiar I se enfrentaron a una "horda" de motociclistas ante la falta de descanso.

La madrugada de este sábado en Rojas no fue una más. Dos episodios de extrema gravedad pusieron en jaque la seguridad pública y dejaron al descubierto un clima de tensión social que parece haber tocado fondo. Lo que comenzó como un operativo de control terminó en un atentado criminal, seguido por un estallido de furia vecinal en los barrios.

Atentado en la Ruta 188

El hecho más grave, por su carácter institucional, ocurrió en la estación de servicio YPF ubicada sobre la Ruta Nacional 188. En el marco de los operativos de nocturnidad que realiza el personal de Tránsito junto a la Policía, los agentes se acercaron a un grupo de motociclistas que se encontraban en el sector de inflado de neumáticos.

Sin mediar palabra, y en un acto de total desprecio por la vida, uno de los sujetos que portaba un bidón con nafta roció el líquido inflamable sobre el uniforme de dos inspectoras municipales. Ante la mirada atónita de los presentes, el agresor huyó a pie, dejando la motocicleta en el lugar.

Minutos después, tras un intenso rastrillaje, la Policía logró dar con el sospechoso: un menor de edad que se encontraba escondido en una zanja entre las malezas, en la intersección de las avenidas Diego Trillo y del Bicentenario. Al verificar la moto abandonada, se constató que tenía pedido de secuestro activo por robo. El joven fue trasladado a la Comisaría Comunal.

Batalla campal en el barrio Covendiar I

Mientras la tensión se centraba en la ruta, el Barrio Covendiar I se convertía en un campo de batalla. El hartazgo de los residentes por los ruidos constantes de "escapes libres" —que impiden el descanso tanto en días hábiles como feriados— detonó un enfrentamiento masivo.

Según relatos de testigos a los que pudo acceder este medio, una "horda" de aproximadamente 40 motociclistas se enfrentó a los vecinos en la plaza del barrio. La escena fue dantesca: Corridas y gritos en plena madrugada; peleas cuerpo a cuerpo y uso de palos y puñetazos.

La magnitud del conflicto obligó a un despliegue policial para dispersar a los grupos y evitar víctimas fatales. A pesar de la violencia del choque, no se registraron detenciones en este sector, aunque el clima entre los vecinos y los motociclistas sigue siendo de alerta máxima.

Impunidad y hartazgo

Lo sucedido esta madrugada en Rojas dispara las alarmas sobre la convivencia ciudadana. El ataque a las inspectoras no puede ser leído como un simple "incidente de tránsito"; se trata de un atentado criminal contra la autoridad y la integridad física de trabajadoras municipales.

Por otro lado, lo ocurrido en el Covendiar I es el síntoma de un Estado que no logra garantizar el derecho al descanso. Cuando los canales institucionales fallan y el control de los ruidos molestos es ineficaz, el vecino queda expuesto a situaciones de justicia por mano propia, un límite peligroso que la comunidad de Rojas parece estar empezando a cruzar.