Quién fue el gobernador que pasó su infancia en Rafael Obligado y fue amigo de Perón
Carlos Vicente Aloé y Juan Domingo Perón se conocieron en 1922 en la escuela de suboficiales. Conocé una historia simbiótica que no se borra con el tiempo.
Carlos Vicente Aloé nació en Rosario el 18 de julio de 1900 y falleció en Rojas en 1978. Fue un militar y político peronista argentino, que fue elegido en 1951 como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, cargo en el que se desempeñó hasta 1955, siendo derrocado en este último año por el golpe militar que dio inicio a la dictadura autodenominada “Revolución Libertadora”.
Fue de origen muy humilde, vivió en su infancia en el pueblo de Rafael Obligado; se dedicó a los deportes y fue empleado ferroviario en su primera juventud. Ingresó al Ejército Argentino como suboficial en 1921, con la intención de hacerse aviador y allí conoció al capitán instructor Juan Domingo Perón en la Escuela de Suboficiales.
Una relación casi simbiótica
Cada verano, Carlos Víctor Aloé, hijo de Carlos Vicente, llega a Rojas, su pueblo natal, para celebrar su cumpleaños y el de su esposa. En una entrevista realizada por Diario Democracia en 2020, el hijo del gobernador contó: “La historia de papá con Perón empezó en el año 1922, cuando entró a la escuela de Suboficiales y su instructor era el teniente primero Perón”.
Víctor contó que en las fuerzas armadas hay una gran simbiosis entre los cadetes y los aspirantes con sus oficiales instructores; en este caso, se magnificaba por la personalidad extraordinaria de este hombre, estuvieron muchos años juntos. “Papá después de recibido siguió siendo instructor en la escuela de suboficiales hasta que los destinos del Ejército los fue separando y volvieron a encontrarse después de la Revolución del 43”, recordó.
Consultado por la relación de su padre con Perón, Carlos Víctor Aloé dijo: “Perón confiaba mucho en mi papá y en el año 1946 lo nombró secretario administrativo de la Presidencia y jefe de la División Despacho; esa persona era la responsable de llevarle los decretos a firmar, le decía al Presidente de qué trata y si corresponde media firma o firma entera. Realmente era un hombre de mucha confianza. La relación de papá con Perón era muy grande, muy estrecha, casi simbiótica, a alguna gente les causaba gracia que, de casualidad, no anduvieran vestidos iguales”.
Una anécdota memorable
Carlos Víctor Aloé recordó la anécdota que tuvo lugar en “El cilindro” de Avellaneda. Perón no era hincha ni de Boca ni de Racing ni de ningún equipo, no le gustaba el fútbol. Él tenía como deporte preferido el esgrima, esquí y boxeo, del fútbol decía ‘no me gusta que 22 mil personas estén viendo correr a 22 tipos, quiero que 22 personas vean hacer deporte a 20 mil’.
Víctor recordó: “Cuando se inauguró la cancha de Racing -que se registró la famosa foto de Evita pateando la pelota- empezó el partido y papá estaba sentado al lado de Perón y le dijo ‘Aloé, ¿y la parte de la pista para correr?’ y papá le dijo ‘mi General, nos dieron poco terreno’, Perón estuvo muy contrariado con el tema porque la cancha de Racing está sobre un viejo terreno del ferrocarril y el interventor del terreno era un Teniente coronel hincha de Independiente, entonces le dio el menor espacio posible: según los arquitectos del cilindro, no había espacio para poner la pista de deportes, cosa que contrarió muchísimo a Perón”.
“Lo volvió a ver cuando había fallecido”
En otro tramo de la entrevista, Aloé recordó que su padre estaba inscripto para ir a buscar a Perón en el famoso avión negro, en 1972, pero López Rega lo bajó, no dejó que lo volviera a ver en vida a Perón, entonces, el próximo encuentro fue cuando ya había fallecido. “Decían que cuando Perón preguntaba por papá, le decían que él no quería ir, pero era mentira, papá lo llamaba delante de mí y le contestaban que estaba ocupado, entre otras cosas”, admitió.
Aloé considera que esa situación tuvo que ver con que su papá era un gran colaborador de Evita. Entonces, López Rega tenía miedo de meter a alguien de la colaboración de Evita en el gobierno de Perón, para que no le hiciera sombra a Isabelita. “La historia es triste porque la relación de papá con Perón era muy fuerte”, aseveró.
El recuerdo de su padre
“Es un orgullo para mí saber que mi padre fue un hombre muy eficaz en todo lo que hizo, muy culto. Cuando yo quería arrancar él ya había ido y venido, era muy inteligente, muy admirable”, dijo Aloé. Y agregó que durante su gobierno repartió muchos monumentos por la provincia, entre ellos, el monumento a San Martín en Rojas; y tenía un proyecto muy lindo era sacar la Municipalidad actual y poner allí la figura de un cabildo para que funcione como edificio municipal de Rojas, pero, lamentablemente, rechazaron el proyecto”.