En el año 2015, la Provincia de Buenos Aires implementó los primeros juicios por jurados populares. La Ley 14.543 permite al acusado elegir esta modalidad, juzgando cuestiones fácticas, es decir, culpabilidad/inocencia, con jurados de 12 ciudadanos y suplentes, sorteados y con paridad de género.
Este tipo de proceso judicial solo puede aplicarse en aquellos casos de gravedad cuya expectativa de pena supere los 15 años de prisión y desde su inicio se ha ido consolidando como una nueva forma de justicia que continúa implementando y ajustándose.
En el Departamento Judicial de Pergamino y Colón, desde el año 2015 hasta el día de hoy se han concretado un total de siete juicios por jurado popular: uno por tentativa de homocidio, uno por abuso sexual agravado y los cinco restantes fueron por homicidios. En lo que se refiere a las sentencias, cuatro terminaron en absoluciones y tres con condenas.
El más reciente tuvo lugar a comienzos de diciembre y las audiencias se centraron en determinar si Luis Alderete actuó en legítima defensa o no en el homicidio del adolescente Bejamín Rojas, ocurrido en el año 2023 en la ciudad de Pergamino. Luego de que las partes expusieran sus argumentos y pruebas ante el jurado popular, la sentencia fue absolutoria dado a que los ciudadanos entendieron que el único imputado había actuado en legítima defensa.
DiarioNucleo.com dialogó con jueces, fiscales y abogados, quienes expusieron sus puntos de vista sobre este sistema de jusitica que se empieza a consolidar y que para el calendario judicial del 2026 ya tiene nueve juicios programados.
"Es una forma de fomentar ciudadanía"
El juez del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Pergamino, Guillermo Burrone, presidió cinco de los siete juicios por jurado popular que se han realizado hasta el momento y, a partir de su experiencia en este tipo de procesos, comenzó diciendo: "De esos siete procesos que se realizaron en Pergamino, cuatro concluyeron en absoluciones y tres en condenas, todas ellas por homicidio. Por lo tanto, resulta simplista y apresurado afirmar que los homicidios “siempre” terminan en absolución cuando interviene un jurado popular".
Y agregó: "No obstante, hasta el momento se observa que el porcentaje de absoluciones es más alto en los juicios por jurados que en la justicia profesional. Estadísticamente, las decisiones que adoptamos los tribunales técnicos presentan una mayor probabilidad de condena que las emanadas de un jurado popular".
Ahondando en las diferencias entre las dos modalidades, sostuvo: "Se trata de un sistema de resolución penal completamente distinto. En un caso, la decisión del conflicto queda en manos del pueblo, y en el otro en un juez profesional que fue designado por el Estado para cumplir esa función. El juicio por jurado es un proceso en el que prácticamente se entrega el juicio a las partes donde cada una litiga y para convencer al jurado; en cambio, el juicio técnico sigue reglas diferentes, y el juez mantiene su función profesional durante todo el proceso. Otra de las diferencias es que el pueblo tiene su propio criterio de justicia, que a veces puede diferir del nuestro, pero de todos modos la decisión del jurado es la voluntad popular, es soberana y merece todo respeto. Además, acompaña los criterios de justicia que va construyendo la sociedad en cada etapa histórica".
El juez del TOC 1 de Pergamino también reflexionó sobre las sentencias para ambos casos. "Las decisiones del jurado tienen más legitimidad que las de un juez porque nuestras sentencias son más cuestionadas. Hay algunas resoluciones que toma el jurado que, si nosotros las hubiéramos tomado, probablemente recibirían críticas".
Para finalizar, Burrone hizo hincapié en las experiencias de aquellos ciudadanos que participaron del jurado . "Después de cada juicio, suelo acercarme a los jurados para conocer su experiencia y la mayoría, por no decir todos, rescatan la experiencia como positiva. Esto es muy importante porque,aunque el sistema es incipiente, permite reconciliar a la justicia con la población y dar al pueblo la posibilidad de decidir sobre los casos más graves. La intervención de los ciudadanos en la justicia es una de las mayores expresiones de democracia y una forma insustituible de fomentar la ciudadanía. Es fundamental que este sistema se implemente cada vez más, que la sociedad tome contacto con la justicia y comprenda cómo funciona, sabiendo que, en algún momento, podría ser llamada a participar directamente en la resolución de un caso".
"Sugiero a los defensores oficiales que evalúen seriamente la posibilidad de llevar los casos ante jurados"
El Defensor Departamental del Departamento Judicial Pergamino-Colón, Pablo Santamarina, fue otra de las voces consultadas por DiarioNucleo.com, y dejó muy en claro su posicionamiento a favor de los juicios por jurado popular.
"Es el mejor sistema para definir los casos penales y quizás, en algún futuro, también los civiles porque el jurado tiene la posibilidad de deliberar profundamente sobre los aspectos que hacen a los hechos controvertidos que se disputan en un juicio. Además, la visión de 12 ciudadanos diversos le otorga una legitimidad en la decisión muy superior a la de los jueces profesionales", declaró.
Santamarina agregó que esta modalidad representa un gran desafío para las partes porque exige saber litigar y presentar la prueba de la manera más persuasiva posible.
El fiscal indicó que el jurado popular garantiza mayor imparcialidad, y al respecto explicó: "Porque la decisión de los ciudadanos está libre de la presión que pueda sufrir un juez en cuanto si el magistrado se encuentra en un proceso de concurso o con aspiraciones para ascender. Por el contrario, el jurado popular no tiene este tipo de presiones".
También hizo hincapié en que esta modalidad lleva tiene tan solo 10 años de implementación y que, a pesar de las dificultades que se han presentado, el sistema ha dado grandísimos resultados y, según su visión, es el camino a seguir.
"Como Defensor Departamental de Pergamino, sugiero a los defensores oficiales que evalúen seriamente la posibilidad de llevar los casos ante jurado porque van a encontrar una decisión con una deliberación previa muy fuerte y con mayor probabilidad de que el beneficio de la duda cobre mayor vigencia. Y a su vez, este sistema le otorga a los jueces profesionales la ventaja de saber que si hay un veredicto de no culpabilidad, el acusador público o privado no tiene recurso de esa decisión", finalizó explicando.
"Nos permite trabajar para dejar atrás todo lo que tiene que ver con sesgos y prejuicios"
La abogada pergaminense Laura Abal, quien fue la defensora del único imputado por el homicidio de Benjamín Rojas, también se manifestó a favor de los juicios por jurado porque, según su criterio, " llevan a la excelencia en materia de oralidad y de inmediatez". Y explicó: "Me refiero a que todo lo que ha de juzgarse debe tener una representación real en las audiencias del debate. Con esta modalidad se acabaron las referencias a algo que se entienda conocido, por ejemplo, no hay referencias a los resultados de una pericia que ya hemos leído y como así tampoco a algo que sea de un hecho previamente conocido o conocido durante la investigación. Entonces, se produce esta cercanía entre personas que llegaron a ese juicio sin saber nada del hecho que van a juzgar, con justamente las pruebas, pruebas reales que se hayan colectado y que se puedan demostrar".
Abal señaló que los veredictos no requieren fundamentación escrita, ya que su legitimidad proviene de las instrucciones acordadas entre fiscalía y defensa, bajo la supervisión de jueces técnicos. "Esto es sumamente importante porque, si bien un fallo de culpabilidad o no culpabilidad no puede apartarse severamente de lo que en la realidad, este proceso le da voz a ese valor intuitivo que tiene el jurado, de lo que está bien y de lo que está mal, de lo que es real y de lo que es ficticio, sin tener que explicar tanto. Entonces se llega a resoluciones naturales en las que el jurado termina entendiendo que alguien es o no es culpable de lo que se está investigando. Y este proceso, a diferencia de lo que tiene que ver con los juzgamientos técnicos, nos permite trabajar para dejar atrás todo lo que tiene que ver con sesgos y prejuicios, porque justamente es en la deliberación del jurado donde van quedando atrás los prejuicios para intercambiar opiniones y evaluar realmente el hecho sin condimentos externos".
La abogada indicó que los debates se tornan más interesantes debido a que "es más fácil lograr que un jurado nos siga en todo el relato del hecho a que un juez técnico nos permita hacer el relato completo de lo ocurrido, y esto se debe a que hay muchas cuestiones que los jueces técnicos tienen por sabidas y se remite a lo que ya se supo desde antes", dijo.
Y agregó: "Creo que detrás de todo esto hay elementos de la justicia como valor que prevalecen y que iluminan las decisiones que se toman. Por esa razón entiendo que el futuro de nuestra justicia debe ser pensado en estos términos, que de pronto lo que hoy nos significa una organización costosa y difícil, también nos va a permitir tener resultados que en muchos casos evitan largos procesos. Si lográramos acortar los tiempos desde que un proceso es elevado a juicio hasta que se hace finalmente, le daríamos mucha más dinámica".
Para finalizar, Abal se detuvo en el cambio del rol del abogado en los juicios por jurado. "Confrontamos en términos de posicionamiento pero colaboramos en cuanto a cómo hacer que los ciudadanos que deben dar el veredicto reciban la información que necesitan, y esto es sumamente enriquecedor. Es una manera distinta de ver la profesión, la cual nos acerca mucho a la realidad de los valores que alimentan nuestro sistema judicial".
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