La polémica por la reforma de una antigua fachada reabre el debate sobre la preservación de los edificios

La semana pasada ingresó al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza que generó una situación de tensión entre el desarrollo comercial y la protección del patrimonio histórico. La propuesta estsá relacionada con un pedido de intimación al propietario de un comercio ubicado en Avenida de Mayo 420, conocido como “Queen”, para que restituya la fachada original del inmueble en un plazo de tres meses.

El pedido, impulsado por el Interbloque de Concejales de Unión por la Patria – Frente Renovador, surge a raíz de una modificación edilicia que, según se constató, alteró la configuración de una fachada catalogada y protegida como parte del Patrimonio Arquitectónico del Partido de Pergamino. La controversia es doble: la obra avanzó pese a que los responsables fueron notificados de la protección existente, poniendo en jaque la efectividad de las normativas vigentes.

La ex estación del Ferrocarril Mitre es un ejemplo de preservación patrimonial.

Este caso, que ya pasó a comisión en el HCD, pone el foco sobre una pregunta fundamental: ¿está Pergamino haciendo lo suficiente para resguardar su identidad histórica plasmada en la arquitectura?

Pergamino, como ciudad nacida al calor del ferrocarril y la pujanza agropecuaria de fines del siglo XIX y principios del XX, posee edificios que son verdaderos testigos de su historia. Afortunadamente, algunos de estos emblemas han logrado sortear el paso del tiempo y las reformas urbanísticas, conservando su configuración original y contando la historia de la ciudad: entre ellos se encuentran el Hotel Fachinat que con casi cien años, es un ejemplo de la arquitectura de la época, mantenido casi intacto y funcionando ininterrumpidamente como un portal al pasado; el antiguo Cine Monumental que aunque hoy aloja un moderno local de electrodomésticos, su imponente estructura y fachada original permanecen en pie, sirviendo como ancla histórica en el centro neurálgico de la ciudad, o el ex Hotel de Roma, catalogado como una joya arquitectónica de estilo "Art Noveau", su reciente protección como Patrimonio Cultural e Histórico, impulsada por concejales, asegura la pervivencia de uno de los edificios más icónicos de la ciudad.

El antiguo Hotel Fachinat, inaugurado en 1926, está siendo remozado y su fachada se conserva sin alteraciones. 

Otro caso de edificios preservados es el de las estaciones de los ex ferrocarriles Mitre y Belgrano; la primera, pese a sufrir un aparatoso incendio hace poco más de 16 años, fue reconstruido por completo preservando el diseño original, mientras que en el caso de la estación del ex ferrocarril Belgrano, su fachada permanece intacta y, aunque muestra signos de deterioro producto del transcurso del tiempo, su diseño original no ha sido alterado. 

El Cine Monumental conserva su estructura superior sin modificaciones. 

Estos casos demuestran que, con voluntad política y conciencia cívica, la preservación es posible.

El Teatro Verdi

Sin embargo, la historia de Pergamino también está marcada por pérdidas que hoy funcionan como recuerdo de lo que puede significar la falta de protección patrimonial. El caso más notable es el del emblemático Teatro Verdi.

Arriba, la histórica e imponente fachada del Teatro Verdi. Abajo, el aspecto actual del edificio.

Ubicado en la calle Merced, el Verdi no era solo un espacio cultural; su fachada, de diseño singular y profundo valor arquitectónico, era una referencia ineludible. Lamentablemente, la decisión de derribarla años atrás significó la pérdida irreversible de una pieza fundamental del patrimonio cultural e histórico de Pergamino.

La demolición del forntispicio del Teatro Verdi es una herida abierta que subraya la fragilidad de estos bienes ante la especulación inmobiliaria o la desidia, y otorga un peso mayor al debate actual sobre la fachada de Av. de Mayo.

Impecable trabajo de restauración en el Hotel de Roma. 

Otras ciudades

El desafío de equilibrar crecimiento y preservación no es exclusivo de Pergamino. Otras ciudades de la provincia y el país han adoptado modelos más rigurosos, ofreciendo un espejo en el cual la ciudad puede mirarse. Localidades como San Antonio de Areco o incluso barrios históricos en grandes urbes como La Plata o Buenos Aires, han implementado normativas estrictas que van más allá de la catalogación individual. Crean "áreas de protección histórica" donde cualquier modificación edilicia requiere una revisión minuciosa, incluso para el color o el material de las aberturas.

 Un modelo clave y cuya efectividad ha sido comprobada en el terreno de la práctica es el uso de exenciones impositivas para los propietarios que mantienen o restauran fachadas protegidas. Esto transforma la obligación de preservar en un beneficio económico, fomentando la colaboración activa de los privados.

En el Centro de Pergamino existen gran cantidad de edificios antiguos de notoria belleza arquitectónica. 

El actual debate en el Concejo Deliberante, aunque generado por un caso puntual, es una oportunidad para revisar y fortalecer los mecanismos de protección en Pergamino. Es necesario no solo contar con un catálogo de edificios protegidos, sino también con ordenanzas que establezcan penalizaciones efectivas y, fundamentalmente, incentivos claros para que la preservación del legado arquitectónico sea vista como un valor agregado, y no un obstáculo, para el desarrollo de la ciudad.

Pergamino debe decidir si quiere ser una ciudad que solo mira hacia adelante, o una que avanza con la riqueza de su historia visible en cada una de sus calles y fachadas.