Pergamino
PERGAMINO - EXCLUSIVO DIARIONUCLEO.COM

Rutas nacionales al límite por la falta de inversión

Pastos altos, pozos y obras sin concluir comprometen la seguridad y exponen graves incumplimientos. Especialistas criticaron los pliegos de las nuevas concesiones.

El estado actual de la Autovía Pilar-Pergamino (RN 8) y las rutas 178 (camino a Bigand) y 188, corredores vitales que atraviesan la ciudad y el partido de Pergamino, se ha convertido en un motivo de profunda preocupación y una queja recurrente entre usuarios, transportistas y vecinos.

La evidente y notoria falta de conservación y mantenimiento en estos tramos pone en entredicho el cumplimiento de las obligaciones contractuales por parte de la concesionaria a cargo, mientras que la seguridad vial se deteriora día a día.

El panorama al recorrer estas arterias nacionales presenta múltiples factores de riesgo que contrastan abiertamente con las condiciones que deberían garantizarse en un contrato de concesión.

Los pastos crecidos obstruyen la visualización de las señales. 

Banquinas intransitables y pastos altos

Los pastos altos y las banquinas imposibles de usar son una constante y se convirtieron en uno de los problemas más visibles. La altura desmedida de la maleza en los márgenes de la calzada no solo reduce drásticamente la visibilidad en curvas e intersecciones, sino que vuelve a las banquinas prácticamente inutilizables.

En caso de una emergencia o la necesidad de detenerse, la imposibilidad de utilizar un espacio seguro aumenta el riesgo de siniestros. Esto se percibe particularmente, por ejemplo, en el tramo de la Ruta 8 que conecta el casco urbano con el barrio Aeroclub. Además, el paso a nivel sobre esa ruta se encuentra muy deteriorado y obliga a los conductores a frenar prácticamente "a cero" para poder atraversarlo sin sufrir inconvenientes. 

Deterioro del asfalto

La situación se agrava con los pozos y la deformación de la calzada que dejaron nuevamente en evidencia que los arreglos temporales son solo un parche. La superficie de rodamiento, que debería ser el principal foco de mantenimiento, presenta un deterioro significativo y en avance.

La proliferación de baches (pozos) y la deformación de la calzada (huellas y ondulaciones) obligan a los conductores a realizar maniobras bruscas y peligrosas, comprometiendo la estabilidad de los vehículos y la integridad de sus ocupantes. Este problema es especialmente notorio en sectores de la ruta 188, especialmente en el tramo entre Acevedo y Guerrico, algo que en numerosas oportunidades ha sido motivo de queja por parte de los usuarios.

En algunos sectores de esa misma carretera, específicamente entre Rojas y Junín, el fresado incompleto se suma a los factores de riesgo tornándose una trampa en el asfalto. En tramos donde se han iniciado obras de repavimentación o reparación (hace ya más de dos años), se observa la persistencia de un fresado incompleto.

Paso a nivel en la Ruta 8, en las proximidades del parque industrial Parcum, totalmente deteriorado. 

Estas secciones, donde parte del asfalto ha sido removido sin ser reemplazado de inmediato, crean desniveles abruptos y una superficie de rodamiento irregular, actuando como una verdadera "trampa" para los neumáticos, especialmente en condiciones de lluvia o baja visibilidad.

En el caso de la Ruta 178, que conecta Pergamino con Bigand, los conductores que la transitan de manera frecuente mencionan banquinas con pastos crecidos, cruces mal señalizados, pasos a nivel deteriorados y profundos pozos a la entrada y salida de las rotondas de la traza.

Una vez más, los usuarios de la Autovía 8 y las rutas 178 y 188 exigen una respuesta a este cuadro de situación. La necesidad de una intervención integral que garantice el corte total del pasto, la reparación urgente de los pozos y la finalización de los trabajos pendientes es imperiosa. Cabe recordar, por ejemplo, que los vecinos de la localidad de Juan Anchorena (Urquiza) continúan esperando un acceso a la Autovía, cuyas obras actualmente se encuentran totalmente paralizadas. 

La Autovía 8, cuyo trazado completo fue inaugurado hace poco más de dos años, exhibe deterioro en un tramo de la cinta asfáltica, mala señalización de accesos y salidas, notorias deficiencias de diseño en algunos de ellos; como el que se encuentra en la Ruta Provincial 32, a la altura del Parque Industrial Pergamino, que obliga a los conductores a girar a la izquierda e invadir la mano contraria, en curva y en subida, para poder pasar de esa ruta a la autovía. 

Ruta 188

Además, varias zonas presentan también el problema de los pastos altos, una circunstancia que no sólo anula las banquinas sino que obstruye la visibilidad y genera situaciones de riesgo. 

Intimaciones

En comparación, la paciencia de algunos municipios se ha agotado y la estrategia de la intimación legal ha dado sus frutos. En Tandil, Corredores Viales S.A., la empresa responsable de la concesión de la Ruta Nacional 226, finalmente movilizó sus equipos para comenzar las demoradas tareas de corte de pasto y mantenimiento. Esto sucedió solo después de recibir una formal y contundente intimación legal del Municipio.

La acción del Gobierno Municipal se produjo en respuesta a un prolongado período de deterioro, donde la altura del pasto comprometía seriamente la seguridad vial. La carta documento enviada a la empresa exigió el cumplimiento "inmediato" de las obligaciones de conservación y mantenimiento.

La decisión de recurrir a la vía formal subraya la frustración ante la aparente indiferencia. El Municipio de Tandil enfatizó que continuarán siendo un contralor estricto de las responsabilidades, logrando un cambio efectivo y rápido. La comunidad de Pergamino se pregunta si una acción similar será necesaria para destrabar la inacción en los corredores que la atraviesan.

Concesiones futuras

La crítica situación de la Autovía 8 y las Rutas 178 y 188 no es ajena al debate sobre la planificación de su futuro. En junio de 2025, se realizaron las Audiencias Públicas correspondientes a la segunda etapa del proceso de privatización de la Red Federal de Concesiones. Estos encuentros sirvieron como un rotundo canal de reclamo por parte de los usuarios y municipios afectados, incluyendo a Pergamino.

Los reclamos se enfocaron en el mal estado y obras pendientes. Más allá de las críticas, se presentaron diversas propuestas que abarcaron desde la necesidad de nuevas obras estructurales (como la finalización total de la Autovía Pilar-Pergamino) hasta la mejora inmediata en los servicios de mantenimiento.

No obstante, el proceso de transición hacia una nueva concesión es largo y, mientras tanto, el estado de abandono persiste. La preocupación se centra en si el futuro modelo priorizará la continuidad de los grandes proyectos de infraestructura o si simplemente se enfocará en el mantenimiento básico.

Ricardo Lasca, del Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial, fue categórico, criticando las nuevas concesiones viales: “Son concesiones por treinta años para cortar pasto y tapar baches. No se prevé ampliar rutas ni construir autovías”, señaló.

El especialista denunció que los contratos benefician a las mismas empresas procesadas en causas de corrupción y que las tarifas de peaje se suman a los costos del transporte, afectando el precio de los productos básicos. “Pagamos peajes para matarnos”, afirmó con dureza.

Para Lasca, la situación responde a un vaciamiento de las entidades de control y a la ausencia de una política de Estado en materia de transporte terrestre y seguridad vial. “No hay control, no hay educación y no hay infraestructura. Volvemos a los errores de los noventa”, concluyó.