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Delegadas rurales: mujeres todoterreno que dividen su tiempo entre la gestión, el trabajo particular y la vida familiar
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Delegadas rurales: mujeres todoterreno que dividen su tiempo entre la gestión, el trabajo particular y la vida familiar

Ocupan cargos públicos que históricamente estuvieron vinculados a hombres y están al frente de equipos que diariamente se ocupan en atender las necesidades que existen en sus pueblos. Los testimonios de Florencia Miletta de El Socorro y de Julieta Cantero de Inés Indart.

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En los pueblos del interior bonaerense, la política se vive con el pulso de la cercanía intransferible. Allí, donde todos se conocen y la historia compartida pesa en cada decisión, la función de los delegados de ser el nexo entre los ciudadanos y las autoridades municipales,  mezcla la gestión pública con las relaciones personales y las expectativas cotidianas del vecino.

Pero si el rol de liderazgo recae en una mujer, este desafío se duplica. En estos entornos, a menudo conservadores, las funcionarias no solo deben demostrar capacidad y firmeza en la administración sino que también tienen que legitimarse constantemente en un espacio que, históricamente, ha concebido la gestión pública en clave masculina. Además, enfrentan el desafió de dividir el tiempo entre la gestión, sus trabajos personales y la familia.

Florencia Miletta, delegada de El Socorro (Pergamino) y Julieta Cantero, delegada de Inés Indart (Salto), tienen bastantes puntos en común: son las segundas delegadas de la historia de sus respectivas localidades, pertenecen al espacio político de Fuerza Patria, son madres y tienen emprendimientos propios. En diálogo con DiarioNucleo.com, las funcionarias públicas hablaron acerca de la complejidad diaria de afrontar tareas de gestión, trabajo particular y vida familiar.

Sacrificio y pasión

Miletta vive desde hace 10 años en su pueblo y se encuentra transitando su segundo año como delegada. "En El socorro es mi lugar en el mundo totalmente, no me iré a otro lado. Me encanta su tranquilidad, cómo nos permitió desarrollarnos como familia y cómo se criaron mis hijos. Es totalmente diferente a estar en una ciudad grande".

Asumió su función en el 2023 y desde entonces se encarga de resolver los problemas y las necesidades de sus vecinos. "La gestión es muy cuerpo a cuerpo el trabajo porque el primer lugar de contención que tiene el vecino es la delegada o el delegado. Somos los mediadores de todo el universo de problemas que pueden llegar a tener los residentes del pueblo, desde los yuyos largos de un lote, hasta un problema con algún animal o el mantenimiento de los espacios públicos. También está la cuestión de la gestión que uno pueda llegar a dar para diferenciarse y no quedarse solamente en mantener el pueblo limpio. No tenemos presupuesto propio sino que dependemos de la Subsecretaría de Asuntos Rurales y entonces tenemos que usar muchísimo la imaginación para dar ese salto de calidad que uno le quiere dar al pueblo", explicó.

Las demandas e inquietudes  de los vecinos son 24/7, en cada encuentro social con los demás siempre puede haber una solicitud. "Tengo tres hijos, una nena en jardín, otra en primario y un nene en el secundario. Por supuesto que en la salida o en la entrada de las instituciones siempre alguien tiene algo para decirme. Tal vez no es un reclamo, un pedido, pero siempre alguien tiene algo para comentarme. Cuando salgo a correr también me pasa que freno el entrenamiento para atender alguna cuestión. Es una tarea muy demandante porque no son todos problemas o demandas sino que muchísimas otras cuestiones a las que tenemos que estar atentos".

Pero estas demandas constantes, también tienen su lado positivo para Miletta. "Me gusta mucho la función pública, como militante política siempre uno milita por un fin que es cambiar la realidad, la vida de un vecino o de una vecina, de una comunidad y de las instituciones. De hecho ahora estamos en la organización de la Fiesta de las Colectividades que cuando asumí estaba a punto de desaparecer pero con mucho trabajo logramos que no solo levantarla sino que vuelva a ser lo que fue en sus orígenes, una fiesta popular para todos con entrada libre y gratuita en donde las instituciones volvieron a recaudar. Mi satisfacción es que mi pueblo esté feliz y poder resolver los problemas. A veces no puedo todo porque soy un ser humano, pero me apasiona este trabajo".

Consultada acerca de si existieron ciertos prejuicios por ser mujer en un rol que históricamente fue desempeñado por hombres, dijo. "La verdad es que no tuve ese problema, desde el momento cero estuve a la par de mis empleados, hay seis empleados hombres en la calle y una secretaria, y siempre me puse al hombro el pueblo y trabajé a la par de ellos. Por supuesto que aprendí muchas cosas de mi equipo también. Si vos vas al pueblo me vas a encontrar o con una moto guadaña, o con una motosierra de altura podando, o barriendo las calles, juntando la basura o pintando, haciendo absolutamente de todo".

A la hora de hablar de su rol como madre de tres hijos, Miletta resaltó que el estilo de vida que tiene El Socorro la ayudó y mucho. "Te lleva mucho tiempo y por supuesto a veces termino más cansada que otros días pero tengo mucha gente que me ayuda. A su vez, en localidades chicas uno puede por ahí darse estos tiempos, mi nene más grande anda todo el día por el pueblo, se va a la biblioteca, a jugar al fútbol, a pescar a un arroyito y no tenés los mismos riesgos que en la ciudad. Las nenas también tienen sus actividades, van con sus amiguitas a la plaza que queda a media cuadra de mi casa, es decir, hay una libertad que por ahí en la ciudad no la encontrás. No tenés los problemas de llevar a los chicos a inglés, al club, acá y allá, que  te saca muchísimo tiempo también. Así que creo que es un plus que me da más tiempo para poder hacer más cosas, como estudiar Derecho, mi segunda carrera, ocuparme de mi emprendimiento de indumentaria ya que soy Diseñadora, la gestión como delegada y la militancia política", concluyó.

La recompensa del esfuerzo

Julieta Cantero es la segunda delegada en la historia del pueblo saltanse de Inés Indart, y en diálogo con DiarioNucleo.com describió a la localidad en la que vive desde hace 30 años como "terriblemente" tranquila. "Me vine a Inés Indart porque me casé y mi marido es de oriundo de este pueblo. Se trata de una localidad de mil habitantes en la que todos se conocen y la verdad es que me acostumbré enseguida a su estilo de vida".

La funcionaria comenzó su gestión en el año 2021 y sostuvo que al comienzo hubo ciertos prejuicios vinculados al ser mujer y al rol que le tocaba ejercer. "Fue solamente al principio y tenía que ver con cómo iba a ser para realizar algunas tareas quizás más vinculadas a los masculino pero cuando me vieron con la motoguadaña cortando el pasto o arriba del tractor se fueron acostumbrando", explicó.

Consultada acerca de si su relación con los vecinos cambió cuando asumió como delegada, sostuvo. "Si digo que no estaría mintiendo porque la verdad es que sí. No es lo mismo ser un ciudadano que no está involucrado en la política que estar militando y a cargo de un rol de funcionaria pública. Lo que cambió fue el tipo de conversaciones que mantengo con habitantes del pueblo, antes eran cosas por ahí más cotidianas y después de asumir comenzaron a llegar las demandas lógicas del cargo que ocupo. Desde entonces no paro de responder reclamos o consultas que me llegan todo el tiempo, es un trabajo de 24 horas".

Al igual que Miletta, Cantero también describe el rol de delegada como demandante. "Nosotros estamos a cargo del cementerio, de las instituciones, del jardín, de los parques, la recolección de residuos, caminos y calles. Tengo una cafetería acá en el pueblo y la verdad es que no tengo horario, la gente se acerca con inquietudes y las debo atender, y sucede lo mismo en la calle y en cualquier otro lugar del pueblo".

Entre el tiempo que le dedica a su función pública y a su trabajo, Julieta Cantero también debe darse espacio para su familia, el gran sostén que le permite llevar una vida repleta de actividades. "Tengo una hija que es grande y estudia en Junín. Cuando tiene la posibilidad viene y si no voy yo los lunes, que es el único día que no abrimos el negocio.Mi marido trabaja en el campo así nos vemos solamente a la noche durante la semana y los fines de semana, si es que no pasa algo en el pueblo, pasamos el tiempo juntos. La verdad es que la función pública más el trabajo particular te aleja un poco de la familia pero igualmente cuento con el acompañamiento de ellos".

Sin embargo, todo el sacrificio que realiza diariamente la delegada de Inés Indart para mejorar la vida a sus vecinos también le deja satisfacciones que nada tienen que ver con cuestiones materiales. "Ayudo a la escuela y a mucha gente con plata de mi bolsillo pero no es algo que haga para sobresalir o cosas por el estilo, sino porque me nace. Y a eso las personas lo agradecen en la calle con un abrazo y eso me emociona. A veces hay días que por ahí me quiero enterrar bajo tierra porque son terribles pero también hay otros que te da mucha satisfacción encontrar a alguien que saluda porque vos ayudaste a un familiar o a alguien cercano con pequeñas cosas. Nunca pensé que me iba a gustar tanto tanto este trabajo, tengo la posibilidad de que el intendente me brinde libertad de trabajar y a eso lo agradezco un montón por toda la confianza que me dan", expresó.

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