Eduardo Mario Costamagna, o "Edy", como se lo conoce en el ambiente, es una de las voces más reconocidas de la radiofonía de Pergamino. Locutor Nacional, creador de éxitos radiales muy recordados como "Bronceadísima" o "Jazz en Acción", fundador de FM Mágica, la primera emisora de frecuencia modulada de Pergamino, en la actualidad conduce "Economía y Empresas", por LT 35 Radio Mon.
Durante la última edición de EN VIVO: DiarioNucleo.com, que se emite los martes a las 19 por Fana Digital, Eduardo relató sus inicios como locutor, los avances de su carrera, la dificultad del reconocimiento económico de la profesión y la evolución del periodismo, la televisión y la economía argentina, con su mirada aguda y sin rodeos.
¿Cómo fueron tus comienzos como locutor.
Yo nací en la Capital Federal y a los seis años mi padre se mudó con la familia a Arrecifes. Mi ingreso a la radio fue de un día para otro, pero siempre tuve aptitudes para el micrófono. En la escuela primaria era a quien elegían para leer como ejemplo para los demás. Para ser un buen locutor, hay que leer mucho, lo que te ayuda a adquirir un vocabulario amplio.
¿A qué edad comenzaste a trabajar?
Yo tenía 14 años y medio cuando mi padre preguntó al dueño de la radio, que en ese entonces era una emisora por cable, si necesitaban empleados. La respuesta fue que necesitaban un locutor. Hice una prueba al día siguiente y al otro ya estaba trabajando. Luego, a los 18, vine a trabajar a Radio Mon. Tuve la suerte de ser la primera voz en la transmisión oficial de la radio, el 1° de abril de 1973. Recuerdo la inauguración el día anterior en el Cine Monumental, que está donde hoy funciona Pardo.
Fuiste el mentor del exitoso programa “Bronceadísima”. ¿Cómo surgió la idea?
Se nos ocurrió hacerlo porque se necesitaba un programa de ese tipo. La idea surgió de la canción "Abbronzatissima" de Eduardo Vianello, en el contexto de la movida de música italiana de finales de los sesenta y setenta. La primera temporada fue en noviembre de 1973 y se emitía hasta marzo. En ese momento no había cable, ni televisión, ni FM, por lo que el impacto era distinto. Era un buen programa, hecho con mucho cariño y dedicación. Es un fenómeno que la gente recuerda hasta hoy, y aún me preguntan por qué no vuelvo a hacerlo. Lo dejé de hacer en la época de Malvinas, en parte por la bronca y porque ya estaba armando mi agencia de publicidad.
¿Y de dónde viene su pasión por la música, que también se vio reflejada en tu recordado programa de jazz?
La música me interesó desde que empecé, a los 14 años. El programa de jazz surgió cuando vi en la programación que estaba planificado uno llamado "Jazz en acción" pero que no saldría al aire. A mí me gustaba el jazz desde chico, y cuando lo comenté, me dijeron: "Bueno, lo hacés vos". Así de simple. Duró muchísimos años.
Fuiste el impulsor de la primera emisora FM de Pergamino
Sí, la empresa Radio Mon tenía la frecuencia modulada otorgada, pero no la ponían al aire. Carlos Trincavelli (padre) me llamó y me pidió que me hiciera cargo de la parte artística. Quise hacer una radio que complementara a Radio Mon, no que compitiera con ella. Copié el estilo de FM Horizonte, una radio de Buenos Aires que me gustaba mucho, con poca charla y música de alta calidad. Fue un éxito comercial. Sin embargo, con el tiempo se flexibilizó la legislación y empezaron a abrirse muchas FM, y se me hizo difícil competir.
¿Cómo se dio la transición de la música al periodismo especializado?
Fue parte de una evolución. No es que yo supiera de economía, sino que tenía claro lo que debía comunicar. Lo demás lo fui aprendiendo. Mucha gente me pregunta cómo hago para manejar temas tan complejos, pero la verdad es que no sé mucho de economía. Lo que sí sé es cómo comunicar. El periodismo me abrió muchas puertas y me permitió hacer otras cosas, como organizar eventos, hacer consultoría de radio y periodismo técnico, transformando informes complejos en un lenguaje accesible.
También trabajaste en televisión ¿cómo fue esa experiencia?
Sí, la televisión tiene un impacto importante, pero no tuve la oportunidad de desarrollar grandes proyectos. Para ser sincero, este oficio no paga bien. Eso está claro. El que gana dinero es porque se mete en el negocio publicitario o es una gran estrella en un lugar importante. Cuando me di cuenta, empecé a buscar otras formas de ganarme la vida.
Decís que el sueldo de locutor ya no va a existir ¿a qué te referís con eso?
Cuando uno es joven, con 18 años, todo parece divertido, pero llega un momento en que tenés familia y responsabilidades. Querés vivir dignamente. Me di cuenta de que si tenía una idea y la vendía, ganaba mucho más. Para mí, el sueldo dejó de ser la discusión. Fui premonitorio al decir que no iba a existir más, y hoy el locutor casi paga por trabajar. No es un trabajo que pague bien. Lo que me pasaba a mí en los setenta, ochenta y noventa, hoy es peor. Si fuera más joven, directamente escaparía.
Con tu vasta experiencia, ¿cómo ves la realidad argentina? ¿sos optimista?
La veo muy complicada en lo coyuntural, pero muy promisoria para más adelante. Es un futuro que quizás yo no voy a ver, pero creo que vamos mejorando, a pesar de todo. El proceso podría ser más rápido si fuéramos más ordenados y tuviéramos más apego a cumplir las leyes. La economía está muy complicada, pero todo pasa.
Compartir