Este domingo, los pergaminenses elegiremos concejales por vigésimoprimera vez desde el retorno de la democracia y ya que se trata de una elección exlusivamente legislativa y, por añadidura, desdoblada, las listas locales cobran una relevancia superior, ya que al ingresar al cuarto oscuro el domingo el votante encontrará solo dos cuerpos por boleta. Uno destinado a la elección de diputados provinciales, y otra para los concejales.
A diferencia de lo que ocurría hasta 2023, cuando cada boleta estaba compuesta por cuatro, cinco o inclusive más cuerpos según el caso, el hecho de contar con esa nómina reducida permite detenerse a pensar en la elección local y la gravitancia que un organismo como en Concejo Deliberante tiene para el devenir de la ciudad.
La oportunidad también es propicia para analizar y recordar lo ocurrido desde 1983, cuando por única vez desde entonces se eligieron 20 concejales, ya que era necesario llenar el cuerpo. En lo sucesivo, cada elección puso en juego sólo 10 bandas, ya que el Concejo se renueva por mitades cada dos años y de los 20 elegidos en 1983, diez debieron dejar sus cargos en 1985, en aquel entonces se optó por sortear quienes estarían durante cuatro años y quienes sólo dos. Un método poco ortodoxo pero no hubo una solución más adecuada para una circunstancia por demás atípica.

1983: los medios de prensa reflejaban la vuelta a la "normalidad institucional" con la asunción de las autoridades elegidas el 30 de octubre.
En 1983, asumieron por la Unión Cívica Radical (UCR) Carlos Ferreyra, Carlos Cantore, Mauricio Erausquin, Héctor Gutiérrez, Ireneo Ferri, Guillermo Illia, Ramón Larlus, Juan Bautista Motta, Omar Pacini, Osvaldo Pico y José Safi.
Como datos curiosos, Héctor Gutiérrez fue intendente desde 1999 hasta 2013 y Omar Pacini lo sucedió como interino hasta 2015.
Guillermo Illia fue varias veces concejal, candidato a intendente, y ocupó distintos cargos en el ejecutivo municipal.
Leandro Peñaloza fue Secretario de Salud.
Por el Partido Justicialista (PJ) ingresaron José Antonio Zorzi, Eduardo Nicolás Conte, Arnoldo Scaldaferri, Sara Frigerio, Aníbal Majul, Roberto Azpeitía Jorge Jater, Emilio Ganem y Elida Carnevale.
Entre las curiosidades, Jorge Jater estuvo entre los concejales que debió dejar su mandato en 1985; veinte años después, en 2005, volvió a ser concejal, esta vez por el Polo Social, dentro de la alianza Hacer por Buenos Aires.
Aníbal Majul fue candidato a intendente en 2011.
Sara Frigerio fue durante muchos años jueza del Tribunal de Trabajo Nº1 de Pergamino.
Por último el Movimiento de Integración y Desarrollo, que llevaba como figura máxima a nivel nacional a Rogelio Frigerio, logró obtener un puesto de concejal, que quedó a cargo de Héctor Flores.
Además, puede percibirse la escasa cantidad de mujeres que integraron aquel primer cuerpo de la democracia recuperada, ya que no existía el primero denominado "cupo femenino" del 30 por ciento, que luefgo fue llevado a 50 por ciento como "cupo de género". Apenas dos mujeres ingresaron al Concejo en el HCD, ambas por el PJ.

Este domingo los pergaminenses elegirán a los reemplazantes de los concejales que asumieron en 2021.
Este domingo, Pergamino elegirá a los 10 concejales que asumieron en 2021, de los cuales 7 pertenecen al hoy perimido Juntos por el Cambio: Aurelia Furnari, Antonio Quintana, Francisco Illia, Mariana de Sautu, Antonia Caldentey, Fabián Albuerne y Christian Iglesias. Mientras que 3 corresponden al también extinto Frente de Todos; Alvaro Reynoso, Leticia Conti y Marcela Conti.
De todos estos concejales, sólo Francisco Illia intentará ser reelecto.
Aunque muchas veces su función no se distinga o pase desapercibida, en gran parte por el espirítu "presidencialista" del esquema político argentino, que también se aplica a los esquemas de ciudades, la labor del Concejo Deliberante es de significativa importancia, ya que es el encargado de promulgar las ordenanzas que rigen la vida cotidiana de los pergaminenses y que tienen carácter permanente, es decir que trascienden el mandato de los concejales y también de los intendentes.
Además ejerce un fuerte mecanismo de contralor, ya que sin su aprobación el intendente no puede disponer del Presupuesto y además este deberá rendir cuentas de cómo se ejecutó ese presupuesto, y la rendición de cuentas también deberá se escrutada y eventualmente aprobada por el Concejo.
Existe, además, una tercera función y está relacionada con el carácter de representantes de la totalidad de los ciudadanos que tienen los concejales, eso lleva a que el deliberativo local se convierta en una "caja de resonancia" de los temas que preocupan al grueso de la sociedad.
En Pergamino, el Concejo Deliberante cumplió un rol fundamental en distintos momentos de la historia reciente. En 1985 había una fuerte presión para la creación del Departamento Judicial de Pergamino. Aunque para conseguirlo era necesaria una ley provincial, el Concejo fue el lugar fundamental de los debates y argumentaciones, donde expusieron los principales impulsores de la medida. No porque tuviera alguna injerencia legislativa en el tema sino porque la cuestión se consideraba de interés público específico para la ciudad. Finalmente, el Departamento fue creado en 1987.
En 1987, durante el recordado conflicto de Semana Santa, el Concejo estuvo abierto durante prácticamente todo ese fin de semana largo, con la presencia de figuras de todos los partidos y en ese espacio se discutía la integridad de la democracia y las acciones a ejecutar. Años más tarde, en abril de 1995, el Concejo concentró los debates post inundación, con participación de decenas de vecinos afectados que presenciaban las sesiones. En 2002, también los ediles se hicieron cargo de la situación crítica que atravesaba el país y el Concejo reflejó los padecimientos y necesidades de los pergaminenses.
Los mencionados son sólo unos pocos ejemplos de la injerencia que el Cuerpo Deliberativo Local ha tenido en el transcurso de los años como representante de la voluntad generalizada de la sociedad; aunque también se pueden citar las sesiones especiales durante la llamada "Crisis del campo", en 2008, las de 2016 luego de la inundación o las de principios de 2019, cuando surgió un conflicto por el funcionamiento del Instituto Maiztegui.
Si bien como cualquier entidad pública con carácter político el Concejo Deliberante no está exento de las ambiciones personales, las mezquindades humanas y políticas y las limitaciones de quienes lo integran, su valor como institución representativa de la sociedad es innegable.
Sin embargo, también es necesario mencionar que lamentablemente, muchas veces las bancas del primer piso del palacio de Florida 629 fueron ocupadas por personas que por uno u otro motivo no estuvieron a la altura de las circunstancias y no supieron honrar el cargo por el cual una parte significativa de los ciudadanos confiaron en ellos y les dieron su voto, esa situación llevó a que la entidad haya perdido brillo y prestigio en la sociedad.
Lo antedicho deja expuesta la necesidad de elegir a los representantes con la conciencia necesaria de que quienes ocupen las bancas durante los próximos cuatro años tomarán decisiones que impactarán directamente en la vida de todos los pergaminenses, y por el lado de quienes se presentan deberán hacerlo teniendo presente en todo momento que las bancas no fueron creadas para defender a un líder político ni para usarlas como trampolín hacia un cargo mayor ni para cubrir apetencias personales. Tampoco son una salida laboral ni un método para promocionarse; sino que deberán en todo momento representar no sólo la voluntad de quienes los votaron sino la de todos los pergaminenses.
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