Una gran cantidad de pergaminenses se congregó en las primeras horas de la tarde de este jueves para participar de la procesión y misa en el cierre de la Novena de San Cayetano donde, como todos los años, los fieles concurrieron a la parroquia a pedir Paz, Pan y Trabajo, o a agradecer el hecho de tenerlos.
Cerca de las 15, un grupo de feligreses salió del templo de Falucho al 800 portando la imagen del santo, para comenzar allí la tradicional procesión: encabezados por el presbítero Aníbal Tabares, a cargo de la Parroquia, el público recorrió la calle Falucho hasta Pueyrredón, siguió hasta Florencio Sánchez, dobló en General Paz y continuó hasta Falucho, para luego llegar nuevamente al templo e ingresar a Salón de Usos Múltiples de la Parroquia, donde se realizó una misa, presidida por el padre Aníbal.

Durante la homilía, el sacerdote señaló que "Hoy Jesús nos pregunta a nosotros '¿Quién soy yo para ustedes?' Nos hace la pregunta a nosotros que venimos, que somos devotos, los amiguitos de Cayetano. '¿Quién soy para ustedes?' No nos pregunta sólo para que respondamos lo que hemos aprendido de memoria en el Catecismo, sino para que revisemos nuestra relación con él".

"¿Amamos a Jesús con pasión o se ha convertido para nosotros en un personaje del pasado al cual admiramos, al cual enfocamos mientras estamos en necesidad y mientras tanto nuestro corazón va creciendo en la indiferencia, en el olvido? siguió diciendo el padre Tabares. "¿Estamos aprendiendo a vivir con su estilo de vida en medio de esta sociedad en la que nos toca vivir o nos dejamos arrastrar por nuestros intereses? ¿Somos testimonio y participación comunitaria aportando a la Iglesia para que la Iglesia sea casa y escuela de fe, de esperanza, de amor y providencia? ¿Estamos aprendiendo a mirar la vida como la mira Jesús? ¿Estamos recibiendo la vida de los demás así como bien para cuidar, curar y compartir como lo hacía Jesús? ¿Miramos desde nuestras comunidades a los vulnerados, a los necesitados tanto material como espiritualmente, a los descartados, silenciados y excluidos? ¿Salimos a su encuentro para abrazarlos cuerpo a cuerpo con compasión y responsabilidad? ¿O seguimos encerrados en una religión que ahoga con sus normas y preceptos y que no pocas veces termina excluyendo y vulnerando a los predilectos de Jesús que son los pecadores? interpeló Tabares durante la homilía alusiva a la fecha.
"¿Colaboramos activamente con él en el proyecto humanizador del padre, o seguimos pensando que lo más importante que tenemos son los preceptos, las preocupaciones de que somos pocos, o peor aún que creer que lo único que tenemos que preocuparnos es de nuestras salvaciones espirituales?" continuó el párroco: "Mucha gente dice esto. Nuestra salvación no es nuestra vida. Nuestra vida es de manera integral, no es de organización. No es solamente conocer cosas de la vida humana. Debemos estar convencidos de que el modo de seguir a Jesús es vivir cada día siendo la vida más humana y más dichosa para todos, al modo de Jesús. Porque si no, nos toca el final del Evangelio: 'Apartate de mí, Satanás', porque tus criterios no son de Dios, son de personas".

Seguidamente, Tabares hizo referencia a un hecho muy difundido en redes sociales; una crítica que realizó el sacerdote hacia un humorista que visitó Pergamino y durante su espectáculo hizo una referencia al barrio: "El otro día circuló mucho algo que dije, acérca de ese tal Campi. Que estando en su espectáculo empezó a preguntar de qué barrio era cada uno de los asistentes, y en un momento dijo 'menos mal que no vino nadie del 12 (de Octubre) porque si fuera así tendríamos que cuidar nuestras pertenencias'. Pues bien, Cayetano no le tuvo miedo al doce. Teresita Yarroch, el padre Marciano (Alba) y tantos que cruzaron la avenida, no le tuvieron miedo al doce. Dios no le tiene miedo al doce. Porque Dios es para todos. Por eso, estamos convencidos de que el modo de seguir a Jesús pasa por el día a día, siendo la vida más humana y dichosa".
Finalmente, Aníbal Tabares cerró la homilía mencionando que "Necesitamos tener mayor intimidad para vivir como Cayetano, acogiendo nuestras comunidades a los últimos, gastando nuestras vidas en el servicio como Jesús, que no vino a ser servido sino a servir. Necesitamos experimentar que Jesús nos ama con un amor que nunca acaba, amor misericordioso y providente, que sale al encuentro de nuestras necesidades y que no espera que vengamos a la dignidad. Dios sale al encuentro de nuestras necesidades, siempre. Necesitamos experimentar que Jesús nos ama con ese amor para tener esta mayor intimidad, para creer en su fuerza renovadora. Ser devoto de San Cayetano es seguir el camino que él comenzó" finalizó.
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