En el marco de la polémica suscitada en los últimos días en Pergamino debido a la compleja situación del tránsito urbano en la ciudad, una de las quejas recurrentes están relacionadas con la falta de utilización de casco por parte de quienes circulan en moto por la vía pública.
El casco es uno de los primeros adminículos diseñados por el ser humano para la protección personal. Desde tiempos ancestrales, se supo que las lesiones en la cabeza causaban lesiones irreversibles e inclusive la muerte, por lo que desde siempre se buscó proteger esa parte del cuerpo de eventuales golpes, cortes o laceraciones.
De esa manera, desde las antiguas armaduras hasta los modernos diseños industriales, deportivos o militares, el casco es desde hace siglos un elemento de protección indispensable para las personas.
Teniendo en cuenta esto último, una de las circunstancias de mayor vulnerabilidad para la cabeza del ser humano es la circulación vial en motocicleta; ya que ante la posiblidad cierta y elevada de sufrir un accidente, esa parte del cuerpo suele ser la que mayores complicaciones sufre y a través de muchos años de experimentación y estudio se comprobó que el uso de un simple casco convierte en leves o nulas heridas que sin protección hubieran resultado mortales. Tanto es así que con el transcurso del tiempo y el aumento constante en las medidas de seguridad vial, distintos países lo fueron adoptando debido a su efectividad y a los enormes beneficios que aporta su uso.
En Argentina, el uso del casco es obligatorio para todos los ocupantes de motocicletas y ciclomotores, según determina el artículo 40 de la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449. Esa normativa establece, además que el casco debe ser homologado y que el conductor debe utilizar anteojos de protección si la motocicleta no tiene parabrisas.
Por otra parte; el decreto provincial 684/2014 establece que toda persona física o jurídica que comercialice habitualmente motovehículos (incluidos ciclomotores, motocicletas, triciclos y cuatriciclos) debe entregar, junto con el rodado, un casco reglamentario.
Sin embargo, más allá de la normativa, lo cierto es que el uso del casco aporta tantos beneficios que el uso del mismo debería darse de manera natural y habitual, sin la necesidad del imperio legislativo para su generalización. Como dijo alguna vez el recordado automovilista multicampeón Juan María Traverso: "en las motos la carrocería es uno y lo primero que suele chocar es la cabeza".
Además, las cifras oficiales son tan contundentes y las consecuencias de golpear con la cabeza contra un elemento duro son tran graves que tener en cuenta que el uso de un simple casco podría simplemente neutralizarlas se vuelve necesario.
Precisamente, según datos oficiales, sólo en Pergamino en lo que va del año un total de 138 personas ingresaron al nosocomio local para recibir tratamiento de diferente complejidad tras un accidente de tránsito.
Febrero fue el mes con mayor número de ingresos, con un total de 41, y el de menor fue abril, con apenas 22 casos.
Si se tiene en cuenta los datos del segundo semestre del 2024 (224 ingresos) y los actuales, el número de personas que requirieron atención en el nosocomio local luego de protagonizar un accidente de tránsito son 362. Un porcentaje no menor de esos siniestros viales corresponden a motocicletas; mientras que la inmensa mayoría de lesiones en la cabeza son causadas por siniestros viales que involucran a motos cuyos conductores o pasajeros no llevaban casco colocado.
Para conocer de manera concreta la realidad del uso del casco en Pergamino, DiarioNucleo.com realizó un relevamiento específico en tres esquinas muy transitadas de la ciudad: Castelli y Florencio Sánchez, Avenida de Mayo y Colón, y Merced y General Paz. El mismo se realizó un día de semana en horas de la tarde. Se contabilizaron 135 personas de todas las edades y género que circulaban en motos de diferentes tamaños y cilindrada, comprobando en todos los casos el uso de casco tanto en los conductores como en los pasajeros. El resultado arrojó cifras preocupantes: de las 135 personas relevadas, sólo 42 llevaban casco colocado, 93 circulaban "a cabeza descubierta", sin la debida protección.
Es decir que, según pudo comprobar DiarioNucleo,com, el 68,9 por ciento de los pergaminenses que circulan en moto lo hacen sin casco colocado, lo que equivale a decir 7 de cada 10.
Si se coteja este dato con las cifras de heridos graves y fallecidos en accidentes de motos se puede escindir fácilmente que de ser mayor la utilización de este imprescindible elemento de seguridad, las consecuencias de los siniestros podrían ser significativamente menores.
Como curiosidad, durante el relevamiento realizado DiarioNucleo.com pudo comprobar que un porcentaje elevado de quienes iban sin casco llevaban el mismo en uno de sus brazos, generalmente a la altura del codo; y al menos dos de ellos lo llevaban por encima de la cabeza en "modo vincha" esto se debe, según dijo el playero de una estación de servicio a este diario, a que para cargar combustible es necesario tener casco, por lo que muchos se lo colocan exclusivamente para abastecerse, y luego continúan su trayecto sin protección.
Cabe aclarar también que en el relevamiento sólo se tomó en cuenta la cuestión del uso del casco y no se contabilizaron otras situaciones de peligro como la falta de luces reglamentarias, el cruce de semáforos en rojo o la presencia de más de dos personas en un motovehículo, pero dichas faltas fueron muy frecuentes y se reiteraron en los tres puntos de observación.
En conclusión, según lo estableció una simple observación en varias esquinas transitadas durante la tarde de un día de semana, en Pergamino el uso de casco en motocicletas es la excepción y no la regla.
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