Existe un momento en la vida en la que los adultos jóvenes toman la decisión de independizarse de sus padres y buscar su propio techo, manejar sus propios horarios y tomar las riendas de su vida. La experiencia suele ser una de las más importantes en la vida de una persona; cuando queda atrás el tiempo de la dependencia y llega la hora de empezar a abrirse camino por sí solo.
Muchos toman esa decisión recién en el momento de formar pareja o de casarse y viven con su núcleo familiar hasta ese momento pero otros, de personalidad más independiente, desean hacer la experiencia de vivir en soledad antes de formar su propia familia. Sin embargo, ambos buscan lo mismo, su propia vivienda, donde rigen sus propios horarios, gustos y normas.
El momento de independizarse fue con el transcurso del tiempo demorándose cada vez más; y si en los años 50 era habitual "cortar el cordón" entre los 20 y los 25, hoy muchas personas no dejan la vivienda familiar hasta pasados los treinta, o más aún.
Este fenómeno es particularmente notorio en países como España, en la inmensa mayoría de los casos de independencia "demorada" o inclusive indefinida, la razón principal es económica. Concretamente ese país europeo tiene altos índices de "paro" (desocupación), un problema que afecta principalmente a la población joven, o los empleos son precarios y no garantizan la posibilidad de acceder a un alquiler. Otras veces son los propios adultos mayores los que carecen de medios y el joven, con su trabajo, debe colaborar en la vivienda para "estirar" los ingresos.
En Argentina, si bien el fenómeno no es tan notorio como en España, también se ha atrasado el período de "abrir las alas" y también en este caso se debe a razones económicas y empleos precarios. Las causas de este fenómeno no son solo la escasez de ingresos, el elevado precio de los alquileres y la precarización laboral sino también los cambios culturales que se dieron en las últimas décadas, y en ese contexto no es extraño que la estadía en la casa del padre, la madre, o ambos si estos conviven, se prolongue de manera indefinida.
Otro caso de independización, que además conlleva una carga anímica negativa considerable, es la separación o el divorcio; y aunque las causas son distintas las consecuencias son las mismas; habrá que buscar una vivienda para alquilar, equiparla y comenzar a pagar impuestos y gastos.
Pero, en el caso de finalmente tomar la decisión de dejar la casa familiar para iniciar una nueva vida; ¿con cuánto dinero habrá que contar?
En ese sentido, DiarioNucleo.com realizó una serie de consultas para determinar cuál sería en Pergamino el monto mínimo que una persona necesita para establecer una vida normal, en una vivienda digna; con una alimentación adecuada y un confort mínimo; llegando a la conclusión de que para lograr tal objetivo se necesitan no menos de 579.000 pesos.
En primer lugar es necesario aclarar que las variantes son prácticamente infinitas, dependiendo de si se pretende vivir en el centro (dentro de "los cuatro bulevares") o en barrios más alejados, el número de habitaciones con los que cuente la vivienda, si es casa o departamento, si el gas es natural o de garrafa, si se trata de un departamento interno, etc.
También es necesario puntualizar que existen también variables muy económicas como la pensión con cocina y baño compartidos o los llamados hoteles familiares, que ofrecen un techo, una cama y poco más, pero ese tipo de soluciones habitacionales escapa al sentido de la presente nota, por lo que no serán tenidos en cuenta.
En ese sentido, para una persona sola que recién está iniciando su nueva vida lo ideal por economía tanto de costo mensual de alquiler como de mantenimiento, sería un monoambiente; es decir, un simple "cuadrado" que agrupa las dependencias mínimas para la vida de una persona. Sin embargo, ese tipo de vivienda aún no está demasiado difundido en Pergamino y hasta hace diez años prácticamente no estaban disponibles; sin embargo, con el crecimiento del público estudiantil debido a la existencia de la UNNOBA, se han inaugurado varios departamentos monoambientes. El alquiler de los mismos parte de una base de 200.000 pesos mensuales, más impuestos y expensas, para una unidad en condiciones de habitabilidad, lo cual, a grandes rasgos, elevarían el monto a alrededor de $ 250.000. Aunque en ese sentido es necesario puntualizar que normalmente las inmobiliarias exigen un mes de depósito, más garantías. Cabe aclarar que si está muy bien ubicado y cuenta con algún tipo de beneficio extra como un garaje, el precio suele ser mayor y en algunos casos mucho más alto que los mencionados.
Más habituales como opción de vivienda económica son los clásicos "pieza, cocina y baño", que cuentan con una cocina separada; estos inmuebles suelen costar alrededor de $ 250.000 mensuales, más impuestos y expensas según el caso, lo cual arroja un promedio de alrededor de 300.000 pesos, siempre hablando de unidades en condiciones de habitabilidad inmediata, sin necesidad de hacer arreglos, añadiduras o reformas.
Una vez obtenido el techo, será necesario equiparlo, y esto implica el otro gran desembolso de la independización; según mencionan las inmobliliarias, la mayoría de los inmuebles en alquiler cuentan con cocina y termotanque o calefón. Por otra parte, si el que va a mudarse es un adulto joven siempre existe la posibilidad de que el padre, la madre o algún abuelo o tío colaboren con alguna mesa en desuso, algo de vajilla y utensilios de cocina, un armario, un sillón o una cama vieja. Eso permite evitar un gasto enorme. También por algún tiempo se podrá evitar el lavarropas, pero en algún momento habrá que contemplar esa compra, e indefectiblemente será necesaria una heladera.
Según pudo averiguar DiarioNucleo.com, hay mucha demanda de muebles en los remates y casas de compraventa, y es posible adquirir mobiliario usado por precios realmente muy económicos. Usando el sistema Marketplace de Facebook se puede conseguir casi todo y los precios son negociables; lo cual lo vuelve una opción muy válida para "arrancar".
Si en cambio se quiere comprar elementos nuevos; habrá que hacer un desembolso importante: una heladera con freezer (hoy en día imprescindible) arranca en los 430.000 pesos: una mesa de comedor de pino sin lustrar con cuatro sillas puede conseguirse por 90.000 pesos; una cama de una plaza, también de pino, cuesta 45.000 pesos, un colchón de goma espuma, básico, unos 48.000 pesos, un placard de tamaño mínimo cuesta 73.000 pesos. Si se va a adquirir a su vez un lavarropas, los modelos clásicos (no automáticos) se consiguen desde 180.000 pesos, los semiautomáticos por 230.000 y uno automático básico llega a los 490.000 pesos.
En este punto es necesario aclarar que todos estos gastos son más bien una inversión, ya que se realizan una sola vez y se trata de bienes durables. Por lo que, en caso de contar con disponibilidad de fondos, conviene poner atencion a la calidad de los productos, ya que siempre es mejor adquirir un mueble que pueda ser usado sin problemas durante diez, quince o veinte años, que comprar algo de mala calidad que se deteriorará a los pocos meses. Aunque, de ser el presupuesto muy limitado, no quedará otra que conseguir lo que se pueda.
En cuanto a vajilla, sábanas, toallas y otros elementos mínimos, será necesario desembolsar no menos de 130.000 pesos para equiparse con lo básico.
Luego está el costo de la alimentación y para calcular el monto mensual en pesos se utilizará el de la Canasta Básica Alimentaria, que está compuesta por una serie de alimentos que permiten cubrir las requerimientos kilocalóricos y proteicos al mes de un varón de entre 30 y 60 años, con actividad moderada. Esos alimentos no se eligen de manera arbitraria, sino que son el resultado del estudio de cuáles son los hábitos de consumo de la población, que se conocen a través de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares que realiza también el INDEC. La canasta, entre otras cosas, incluye (en distintas cantidades) carnes, frutas, verduras, hortalizas, pan, leche, fideos, arroz y bebidas alcohólicas y no alcohólicas, entre otras.
A esto se agregará un 30 por ciento destinado a higiene personal, entretenimiento y limpieza, entre otros gastos.
Según el INDEC; la canásta básica alimentaria para un adulto en marzo de 2025 fue de $136.399, más un 30% arroja un resultado de $177.318
A esto habrá que sumar los gastos fijos de electricidad, gas e Internet; que en promedio suman aproximadamente $28.000 y $9000 para los dos primeros, mientras que para Internet se calcula, siempre a grosso modo, un monto de $40.000, aunque este costo es muy difícil de determinar y varía mucho dependiendo de la compañía y las permanentes promociones que las empresas prestadoras ofrecen permanentemente.
Por úlitmo, si se quiere ser previsor y evitar sobresaltos, habrá que reservar un monto todos los meses para afrontar gastos imprevistos en reparaciones y mantenimiento de la vivienda. Conservadoramente, se estima una suma de $50.000 mensuales para este menester.
Hecho el desglose correspondiente en los gastos; la suma quedaría de la siguiente manera:
- Alquiler + expensas e impuestos (promedio): $ 275.000
- Alimentos y gastos básicos: $ 177.318
- Electricidad (promedio): $ 28.000
- Gas (promedio): $ 9.000
- Internet (promedio): $ 40.000
- Imprevistos: $ 50.000
- Total gastos fijos: $ 579.318
En cuanto a mobiliario y equipamiento, la inversión queda configurada como sigue:
- Heladera con freezer: $ 430.000
- Juego de comedor económico: $ 90.000
- Cama de una plaza económica: $ 45.000
- Colchón económico: $48.000
- Placard: $73.000
- Lavarropas (promedio entre básico y automático): $ 300.000
- Vajilla, sábanas, toallas, etc: $ 130.000
- Total equipamiento mínimo: $ 1.116.000
Como corolario, es dable señalar que, a excepción de los alimentos, para cuyo cálculo se utilizó el valor de la canasta básica del INDEC, el resto de los valores tiene carácter aproximado y resulta obligatorio remarcar que de ninguna manera la evaluación es lineal ya que dependiendo de las variables de cálculo las posibilidades se extienden hasta el infinito: por ejemplo, si se está dispuesto a alejarse del ámbito de "los cuatro bulevares" a un barrio periférico, dependiendo de la zona los valores pueden incrementarse o reducirse significativamente. En algunos pueblos de campaña es posible alquilar una confortable casa familiar por el mismo precio que se paga por un departamento diminuto en el centro de Pergamino, pero en esos casos habrá que sumar los gastos de traslado hacia y desde el trabajo, lo cual puede terminar resultando muy oneroso y anular la diferencia que se gana con el alquiler.
Por otra parte, si se está dispuesto, por ejemplo, a vivir en algún lugar donde no haya agua corriente, cloacas o gas natural, esas carencias reducen también el valor de los alquileres pero elevan el costo de vida.
Además, los muebles e inclusive los electrodomésticos pueden adquirirse a valores muy reducidos y "charlables" en remates o plataformas de compraventa y en ese caso la cifra se reduce en gran manera, aunque la experiencia de adquisición suele ser un poco más complicada y engorrosa que ir a una tienda reconocida y elegir los productos que más se ajusten al presupuesto disponible.
Como en todos los órdenes de la vida, tomar una decisión implica obtener la mayor cantidad de información posible y meditarla sin apresurarse y sopesando todas las alternativas, de manera tal que independizarse sea una experiencia grata y no un drama.
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