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La mirada crítica del escritor Juan Solá en Pergamino: arte, política y la fragilidad de la memoria
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La mirada crítica del escritor Juan Solá en Pergamino: arte, política y la fragilidad de la memoria

El destacado escritor, que publicó su primer trabajo cuando tenía apenas diez años, se presentó el viernes en el Centro Cultural El Yerta y en ese contexto dialogó con DiarioNucleo.com sobre su profesión, la actualidad, el periodismo y la lectura.

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El viernes por la noche, en "El Yerta Club Cultural", ubicado en Estrada 1953, el escritor y poeta Juan Solá presentó "Historias Narradas del Amor Urgente".

Juan Solá es uno de los escritores argentinos más destacados de la generación actual: su producción incluye guiones y poemas y comenzó a publicar desde muy chico, nada menos que a los 10 años, cuando editó "Cuentos para compartir" , a los diez años.

Juan Tras haber obtenido numerosos premios y reconocimientos en certámenes literarios a nivel nacional, se trasladó a Buenos Aires para continuar su formación y dedicarse de lleno al mundo de las letras como editor y con la publicación de sus libros. Publicó las novelas Naranjo en flúo, La Chaco y Ñeri , y los libros de relatos Microalmas y épicaurbana, entre otros.

Solá nació en La Paz, Entre Ríos La Paz, Entre Ríos y aprendió a leer y escribir a muy corta edad, en la casa de una vecina: luego su familia se radicó en Resistencia (Chaco), donde completó su formación. 

Su obra es amplia y tiene siempre la característica de estar relacionada con la infancia y con las vivencias de esa época de la vida y desde esa plataforma aborda temas muy actuales y dolorosos como la marginalidad y la angustia de la vida cotidiana, entre otros. 

Precisamente, durante su visita a Pergamino, Juan Solá dialogó en forma exclusiva con DiarioNucleo.com y comentó principalmente su visión sobre la actualidad social argentina, que conoce en profundidad, y que supo retratar en numerosas oportunidades a través de sus textos: Además; Juan habló sobre las nuevas tecnologías, la inmediatez y otras cuestiones muy profundas del tiempo presente: 

Empezamos por preguntarte sobre tu experiencia en Pergamino

Fue algo increíble, estuvimos en El Yerta Club Cultural y vivimos una experiencia entre música, poesía, con un público amoroso, muy presente en lo que estaba sucediendo. Creo también que el público estaba muy feliz de que esté sucediendo esto en Pergamino porque creo que es una sociedad que busca mucho la cultura, que le gusta compartir en comunidad. Creo yo que lo que pasó ayer también simboliza un poco lo importante que es mantenernos en comunidad en estos tiempos tan difíciles y creo que al ser todos nos fuimos a dormir con una sonrisa.

¿Son tiempos difíciles también para el desarrollo de la actividad artística?

Lo son porque se están atacando todos los espacios de cultura, y a través de ese ataque a todos los espacios donde nos juntamos a pensarnos, a pensar quiénes somos, a ejercitar la memoria, que es algo que colectivamente se ha construido y en un país con una democracia tan frágil como la nuestra, poner en jaque la memoria es algo que no podemos aceptar, que no podemos permitir; porque aquí no estamos frente a ideas opositoras, estamos frente a ideas fascistas y con el fascismo no se dialoga, al fascismo se lo combate. Entonces, me parece que al encontrarnos en este contexto de tanta dificultad es cuando quienes hacemos arte nos tenemos que juntar, que empezar a pensar proyectos comunes y sobre todo proyectos de acción directa sobre la comunidad a la cual pertenecemos.

¿Creés que se están generando nuevos puntos de encuentro?

Creo que esas conexiones nunca desaparecieron, es solo que también pasa muchas veces que frente a un estado de derecho pleno, uno se queda un poco tranquilo, o bien las urgencias pasan a otros planos. Convengamos que ningún gobierno le ha garantizado al ciento por ciento de la población sus derechos humanos. Ahora la clase media ha visto una avanzada contra su economía. Y es por eso, creo yo, que las alarmas se han encendido con mayor poder, digamos; pero de base no olvidemos que atravesamos muchos gobiernos, no solamente este, y que hay gente que se sigue inundando en Bahía Blanca. Hay gente que sigue pasando muy mal en Chaco Salteño, en Formosa. Creo que ahora podemos ser conscientes de que se pone en agenda únicamente el sufrimiento de la clase media. Y en realidad, la clase trabajadora se ha visto golpeada durante varios gobiernos.

Entonces ese avance no es nuevo sino que viene de antes y se incrementó.

Bueno, es que si avanzan sobre la clase media es justamente porque ya van por todos, no tienen miedo de nada. Subió enormemente el número de inquilinos, lo cual significa que la gente cada vez tiene menos capacidad de poder comprar su lugar donde vivir. Viene un gobierno a querer tener un Excel lindo a costa del sufrimiento de los jubilados, de los recortes para los estudiantes. Y creo que eso se está viento un poco más, inclusive pienso que es un momento de ponernos a pensar por qué solamente como clase media actuamos cuando nos tocan a nosotros sin darnos cuenta de que esto viene sucediendo hace rato: durante el gobierno de (Mauricio) Macri, por ejemplo, que no le llega ni a los talones a este y también durante el gobierno de Alberto Fernández.

Y ante esta realidad que planteás ¿cómo se trabaja desde el arte?

Es urgente poner en perspectiva nuestro sufrimiento y saber que no es algo que nos pasa solamente a nosotros, sino que para que nos llegue a nosotros el agua al cuello es porque otra gente ya está ahogada hace rato. Entonces, ahí empieza a ser necesaria la acción y aparecen nuevas juntas, nuevas reuniones de gente. La gente se empieza a congregar de otra forma. Sin embargo no perdamos de vista que esto no llega hasta acá sino que vienen por todo: por nuestros territorios, por nuestros bosques, por nuestros ríos. En ese sentido hace poco recibimos la noticia de que un empresario qatarí compró 10,000 hectáreas en la Patagonia, en la naciente del río Chubut para construir un proyecto privado, Entonces, eso ya me parece de una extrema gravedad, el hecho de tener tropas extranjeras en nuestro territorio me parece gravísimo. Es un atentado contra nuestra soberanía y entonces ahora que les llegó el agua al cuello a la clase media, parece que hubieran despertado.

¿Eso es lo que quienes trabajan en la cultura buscan visibilizar?

A mí me da mucha pena pensar que la memoria es tan frágil en muchas personas y que después se votan en contra. Entonces, es un ejercicio de todos los días y con todos los gobiernos hablar de Derechos Humanos, justicia social y justicia climática.

¿Cómo te relacionás con esta nueva realidad, con la virtualidad, con la inmediatez, un tema siempre complicado para un escritor?

Una cosa no quita la otra; hay un público al que le gusta leer y va a seguir leyendo; pero lo cierto es que el modelo de comunicación de los medios digitales y de los medios nacionales en general tiene una tendencia al recorte, a la precisión, a ser conciso, sobre todo para que la información no se diluya. Porque sabemos que la gente empezó a leer titulares y eso tiene que ver, creo yo, con la atención y con el uso de las redes sociales. Pero es una responsabilidad civil, una responsabilidad personal, cotejar la información, saber de dónde viene lo que estás leyendo. Lo ideal es leer en varios medios la misma noticia, que es lo primero que te enseñan en una escuela de periodismo.
Por otra parte, creo yo que la gente sigue leyendo, que todavía le gusta el cine y ver una película de tres horas pero eso no quita que sean furor los videos de 15 segundos en TikTok. Lo que sí se está perdiendo un poco es la atención y por eso hay que tratar de interpretar el rumbo de cómo la sociedad lee las noticias y tratar de meterse por ese lado, Interpretar cómo las personas acceden a la información y generar estrategias para que esa información sea útil para las personas.
Otro problema es el sensacionalismo, el clickbait. Esto de poner cualquier titular con tal de que la gente haga click son cosas que para mí, desde la práctica periodística hay que revisarlas. Pero también desde un marco legal hay que empezar a revisar cómo los periódicos manejan la información, cómo los medios manejan la información y cómo esa información beneficia a ciertos grupos económicos.

¿Y eso que pasa en el periodismo también se refleja en la literatura, es decir, la busqueda de lo breve?

Es un tema complejo porque no debemos perder de vista también que hay gente que quiere leer libros de 800 páginas, pero eso no quita que después vaya a sentarse a mirar las noticias y lea solamente los titulares. Insisto en que para mí una cosa no quita la otra.
Es trabajo del periodismo reinterpretar cómo se consumen las noticias y empezar a adaptarse a eso, me parece y sobre todo, creo que es responsabilidad de la gente buscar alternativas para informarse. Hay muchísimos medios digitales que no son parte de la hegemonía de la comunicación, que tienen muy buena información como Revista Cítrica o Sudestada entre otros. 

¿Cómo lector qúé obra te interesa en este momento?

Siento que hay muchos libros y mucha información que me estoy perdiendo pero también comprendo que no se puede acceder a todo. Siento que debería leer un poco más y no lo hago por falta de tiempo. Ahora estoy leyendo a Stanislaw Lem y en cuanto a lo nacional siento que hay muchísima producción. Hay cosas para cada tipo de lector; tenemos una de las literaturas más reconocidas y respetadas en el mundo y eso yo creo que no se ha perdido. Sí me interesa ver qué están haciendo autores en relación a los temas que a mí me importan. Entonces, por ahí pienso en autores como Claudia Aboaf, como (Gabriela) Cabezón Cámara, que están preocupadas no solo por su producción literaria, sino también por lo que sucede a su alrededor a nivel ecosistémico, a nivel político. Creo yo que es responsabilidad también de quienes producimos textos estar en contacto constante con la realidad. Más allá de que hagamos ficción, la ficción tiene el propósito, creo yo, de ayudarnos a interpretar lo que pasa, lo que nos rodea. 

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