Durante décadas, Pergamino fue el polo textil del país. Su ubiación estratégica y el perfil audaz de los empresarios del rubro; especialmente Isaac Annan y las cualidades de la mano de obra especializada hicieron de la ciudad un punto destacado y uno de los motores del crecimiento de la ciudad y el Partido.
Si bien los cambios a nivel nacional y mundial y las permanentes crisis económicas y "cambios de reglas del juego" fueron achicando y desmembrando ese polo industrial textil que supo ser el orgullo local y la envidia de otras ciudades. Varias fábricas cerraron o se achicaron, otras se reconvirtieron y muchos ex empleados de grandes talleres iniciaron microemprendimientos en sus hogares, con una o dos máquinas y cosiendo "para afuera".
Sin embargo, más allá de los avatares y de los cambios en las políticas económicas e industriales a nivel nacional, que siempre impactaron en lo local en mayor o menor manera, la ciudad supo conservar su imagen de referente dentro del ámbito de la indumentaria, con algunos empresarios nuevos que se sumaron a los tradicionales, la aparición de nuevas marcas y emprendimientos específicos, Pergamino supo conservar algo del brillo de otras épocas.
En la actualidad la industria textil pergaminense emplea a alrededor de 5000 personas (llegó a superar los 10.000 en una época, en una ciudad con muchos menos habitantes), es líder en segmentos determinados y posee algunas marcas con proyección a nivel nacional.
No obstante, desde hace varios meses el sector atraviesa un momento de retracción motivado principalmente por la caída generalizada del consumo de bienes y servicios, que impacta directamente en el rubro indumentaria. Por distintos motivos, el aumento del costo de vida se percibe significativamente en el precio de la ropa, que para muchos resulta muy cara y para otros tantos resulta inaccesible.
Ante esta situación, el Gobierno nacional anunció el 13 de este mes que avanzaría con una fuerte reducción de impuestos a la importación de ropa y calzado, con el objetivo de que bajen los precios localmente.
Según mencionó el ministro Caputo en ese momento: “Con el objetivo de bajar los precios locales y aumentar la competencia, vamos a rebajar los impuestos a la importación de ropa, calzado y telas. A partir de un Decreto que se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial, serán reducidos los aranceles de ropa y calzado, que pasarán de 35% a 20%; de telas de 26% a 18%; y de los distintos hilados de 18% a 12, 14 y 16%”, escribió en su cuenta de la red social X.
Caputo justificó la decisión en que “La Argentina sigue siendo el país con la indumentaria más cara en la región y en el mundo”. Según precisó, un relevamiento sobre productos de marcas internacionales indica que una remera cuesta en Argentina 310% más que en España y 95% más que en Brasil. De la misma manera, una campera cuesta en Argentina 174% más que en España y 90% más que en Brasil. “Seguimos reduciendo impuestos y aranceles para fomentar la competencia y continuar bajando la inflación”, aseguró.
Una vez que la medida tomó estado público, la Cámara de Confeccionistas de Pergamino publicó en un medio local una solicitada alertando sobre la realidad que atraviesa el sector.
Entre otras cuestiones; la solicitada mencionaba cinco ejes en los que las medidas del Gobierno nacional perjudicarían al sector: Señalaban que generaría competencia desleal, pérdida de empleo, que no había medidas compensatorias, que a la larga conllevaría la destrucción del sector y que el Gobierno argentino debería pensar en la defensa del Mercosur y de la industria local.
Según la Cámara de Confeccionistas de Pergamino, el impacto de la reducción de aranceles a la importación "representa un camino peligroso que podría llevar a la muerte a nuestra industria de indumentaria. Actualmente nos encontramos en una situación en la que las desigualdades de costos y condiciones son marcadas y palpables: ¿cómo podremos competir en estas circunstancias desiguales con sectores que se benefician de precios de producción considerablemente más bajos, como es el caso de muchas industrias en el extranjero" según lo señalado en la solicitada.
Para conocer un poco más acerca de la realidad del sector; DiarioNucleo.com dialogó con Alberto Risodé, propietario de una planta textil con más de 40 años de trayectoria, que ante la consulta sobre este tema particular remarcó que "Se veía que que esto iba a pasar hace 2 o 3 meses; se venía hablando de un fomento a la importación, el gobierno cree que con eso va a favorecer al consumidor pero este beneficio será sólo para una parte de ellos; ya que a largo plazo es perjudicial" señaló y agregó que "por ahí alguien podrá comprar una prenda más barata, pero por el otro la misma gente que trabaja en el sector se va a quedar sin empleo, porque el esquema no dará para mantener las estructuras actuales" detalló.
Trabajar a pérdida
Según mencionó Alberto Risodé durante su charla con DiarioNucleo.com, la industria textil pergaminense está trabajando "a pérdida": las empresas de la Argentina están pagando tasas de interés altas e impuestos muy altos y hoy por hoy se está trabajando a pérdida. Tal vez de momento no se note tanto porque la temporada de invierno ya está hecha para los mostradores, pero la que verano, que ya tendría que haber empezado, está en veremos porque hay muchas marcas que todavía no han decidido si comenzar la producción o la van a traer directamente de afuera" comentó y agregó que "por ejemplo en mi caso, a una empresa de Córdoba le ofrecí la confección de un pantalón a 3.900 pesos y ellos dicen que importándolo les sale más barato. De hecho nos están pidiendo que bajemos los precios, precios que ya estaban acordados de antemano. Por otra parte, yo tenía una licitación de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y me la suspendieron. Ya había comprado la tela y preparado todo, y se suspendió. O sea que no sólo salimos hechos o directamente perdemos, sino que inclusive nos cae la demanda de trabajo" explicó.
Caída en la producción
Consultado sobre el índice de caída en la producción, el empresario explicó que "en mi caso es entre un 15 y un 20 por ciento. Y puedo asegurar que tengo contacto permanente con muchos comerciantes y ellos me dicen que las ventas cayeron mucho; así que al no vender en mostrador caen fuerte los pedidos a fábrica. Eso complica todo porque los comerciantes a su vez deben pagar salarios, costos e impuestos, y si no venden terminan trabajando a pérdida también" detalló.
Ropa cara
Ante la consulta en relación con los dichos del ministro Luis Caputo acerca de que Argentina tiene la ropa más cara "en la región y en el mundo", Risodé explicó que "Entre esas declaraciones y los precios que ve en el mostrador la gente piensa que la ropa en nuestro país es cara porque los confeccionistas tenemos márgenes de ganancias exhorbitantes y eso no es así. El problema se da por los impuestos que estamos pagando, que son carísimos. En este país producir es más caro que cualquier otra cosa; agregamos valor, generamos empleo y consumimos materia prima. Es decir, somos un factor importante de la economía nacional pero nos castigan con los impuestos. Entonces no hay manera de hacer un producto más barato" se quejó.
Competencia
"También dicen que los industriales argentinos no queremos competir y esto no es cierto" siguió diciendo Risodé en su diálogo con DiarioNucleo.com y agregó que "en realidad lo que ocurre es que con esta carga impositiva no se puede. Creo que con una reducción podríamos competir porque además tenemos calidad y diseño de primera, pero no lo van a hacer, no nos van a bajar los impuestos. Hay que tener en cuenta también que en el costo de manufactura de una camisa o un pantalón está la carga impositiva y nuestro margen es mínimo. Especialmente para los confeccionistas chicos o medianos como es mi caso; porque si tenemos que reemplazar o arreglar una máquina los costos son muy elevados. Lo de que no queremos competir o que tenemos márgenes muy grandes no es verdad, es una idea que se ha instalado pero que es equivocada. Hoy por hoy está muy difícil.
Alberto Risodé se mostró exceptico ante la posibilidad de una reducción en los impuestos y señaló que "no lo va a hacer porque quieren seguir recaudando lo poco o mucho que recauden y saben que el que quiere comprar ropa, bueno, la va a comprar más barata porque la va a tener en importación. Pero aclaro que a esta historia ya la vivimos y acá no hay vuelta de hoja. La apertura indiscriminada de la importación va a traer una baja en los precios a mostrador pero termina en desempleo y cierre de empresas. Aparte en la Argentina la empresa textil no es tan fuerte como a lo mejor la automotriz y se resiente enseguida. Por ahí ganás en un mes ganás todo lo que perdiste en un año, pero también en 15 días podés perder lo que te costó toda la vida.
Empleo
Preguntado sobre la posibilidad de que se produzcan despidos; Risodé informó que "Es muy lamentable pero se habla de eso, de una cifra que sería de 55.000 personas en todo el país, según un congreso de la Cámara de Confeccionistas que se hizo en Mar del Plata. Habrá que ver qué ocurre en Pergamino, donde todavía se viene trabajando y lo poco que queda es la temporada de invierno. Están cumpliendo con ropa que ya vendieron pero no sé qué va a pasar con el tema verano" detalló y añadió que "aunque no traigan nada de afuera, aunque no abran la importación, la situación es brava, es complicada. Porque aunque tengamos trabajo estamos a perdida; yo fabrico un pantalón y lo vendo a 3900 pesos, que son dos alfajores, y ahí van también todos los impuestos provinciales, municipales, cargas sociales de trabajadores, va todo. Desde los impuestos nacionales hasta las tasas municipales, que aumentaron un montón" remarcó.
Importación vs. industria nacional
Con relación a la apertura de la importación, Alberto Risodé opinó que "lo que están haciendo es una receta clásica, traer ropa de afuera aprovechando el dólar barato y una reducción impositiva. Seguramente en un principio la gente va a encontrar ropa más barata en las tiendas y un sector de la sociedad podrá comprarla; pero a la larga ya sabemos como termina, tenemos la ventaja de conocer el final porque ya lo vivimos. Termina en pérdida de puestos de trabajo a corto plazo y en cierre de empresas a mediano plazo. El empleo textil es genuino y de calidad, exige mano de obra calificada y si la empresa está saludable representa mucho para el trabajador. Creo que a Pergamino lo podés levantar desde la confección, dinamizar la economía, generar un montón de puestos de trabajo que además fomenta el consumo de otros bienes, el crédito. Acá lo vivimos cuando estaban Wrangler, Fiorucci, Calvin Klein...hoy por hoy tenés dos o tres fábricas grandes nada más, y se acabó la torta. Pero antes teníamos las fábricas grandes que producían la marca de ellos y a su vez les daba trabajo a los talleres como el mío, y yo al mismo tiempo tercerizaba en talleres particulares y ganábamos todos. Se calculaba que había en la confección de Pergamino alrededor de 10.000 personas.
"Pelearla" para sobrevivir
Consultado sobre las medidas a tomar en lo personal ante la presente situación del sector; Alberto Risodé mencionó que "Voy a tratar de aguantar y ver que pasa con el mercado. Hemos sobrevivido a otros cimbronazos parecidos pero ahora tenemos dos problemas, la caída en el cosumo y el tema de la importación. Es lo que uno hace, lo que hizo toda la vida, no es fácil ni lindo patear el tablero y apagar todo, hay muchas cosas. De todos modos está difícil. Hoy por hoy las marcas, la que te dá trabajo, te va a decir, 'bueno, bajame el precio y te doy...'. No sé, si antes te daba 3.000, ahora te va a dar 800. Estamos trabajando a la baja pero trataremos de salir adelante" finalizó.
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