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Lito Nebbia en Pergamino y "mano a mano" con DiarioNucleo.com
EL PADRE DEL ROCK NACIONAL

Lito Nebbia en Pergamino y "mano a mano" con DiarioNucleo.com

En la previa al show que brindó anoche en el Teatro Unión, el artista mantuvo un diálogo con este medio. Un repaso por su trayectoria, su visión de la cultura y la música actual. Nebbia a corazón abierto.

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El rosarino, pionero del rock nacional y autor de canciones que pertenecen al acervo cultural argentino, se presentó anoche, en el Teatro Unión. Nebbia realizó un repaso por su historia junto al "El Poderoso Trío del Sur".

En un alto durante la prueba de sonido, gentilmente recibió a DiarioNucleo.com. 

Lito, ¿con qué show se va a encontrar el pergaminense? 

- Se va a encontrar con un manojo de canciones de distintas épocas, de las cuales yo uso como pretexto para improvisar mucho, que es lo que me gusta. Lo hago a eso con los distintos músicos con los que toco. Actualmente estoy con dos bandas, un cuarteto y un trío. Hoy acá en Pergamino estoy con un trío, que es el que llamamos el “Poderoso Trío del Sur” (Gustavo Gianini con el bajo y Julián Cabaza en la batería). Con cada agrupación uno tiene una química distinta, eso es lo lindo que tiene la música. Con esas formaciones voy tocando, en lugares más pequeños voy solo, con una carpeta. En cada lugar cambio muchísimo el material, solamente dejo cuatro, cinco canciones de los clásicos que la gente quiere escuchar, que las lleva en su corazón, pero tengo tanta música escrita que me gusta ir variando en cada show. Yo le debía una actuación a Pergamino, porque iba a tocar hace un año atrás y tuve un accidente antes de llegar; y de ese accidente me fracturé el húmero y la rótula, por suerte en el hospital de acá me atendieron muy bien, gente maravillosa, todos, me calmaron los dolores. Luego me trasladaron, me operé en Buenos Aires y empecé la tediosa recuperación. Así que por es volví a Pergamino porque le debía esta actuación.  

Hoy en día los artistas sacan un simple, dos, pero vos sos un músico que seguís sacando material.  

- El último año saqué dos cajas, una caja don doce álbunes y otra con seis, saqué 18 discos, donde hay de todo: grabaciones, canciones inéditas, otras en vivo, otras que estrené en lugares y después no las toqué más, estrenos con otros músicos. Yo desde que comencé mi carrera nunca he parado de grabar. Me pare que es importante el registro de grabar los discos. Siempre uno trata con que cada disco sea no sé si el mejor de todos pero distinto al anterior, siempre manteniendo el estilo de uno. Eso gracias a Dios lo tengo. Vos vas cambiando a través de tu vida en las canciones, en las letras, en los arreglos. Y también va apareciendo la química con la gente que toco. Yo escucho que por ahí hay artistas que graban un disco cada cinco años, o también de artistas que ya no se hacen más Compac, la verdad que yo la cantidad que hago y que se venden, sino no los haría, además me da satisfacción, es mi laburo. Y yo les digo cuando me dicen que no hay más Compac que se fijen en los que es el centro de divulgación de ventas de Universal. En los últimos dos meses se vendieron 92 millones de Compac. 

¿Cómo es tu forma de componer? 

- Cuando tengo un manojo de canciones se van perfilando: esto lo voy a grabar así, esto lo voy a grabar solo, esto con tal persona, y se va armando el disco hasta que lo saco. No le doy mucha bolilla a esto de qué bajada de corte. Me preocupa la música en general, y especialmente en una carrera larga como la mía el tipo que conoce más o menos lo que yo hago es alguien que vive dispuesto a que pase lo que pase, a disfrutar de una forma, que me conoce, de estilo. Hay discos que no los he presentado nunca, que parecen como discos fantasmas, sin embargo 500 tipos lo tienen, y les gusta. Porque a veces hay discos que son de estudios y hay otros que son para salir, para tocarlos en la ruta y cambiarles la dinámica. Yo pudo grabar de todas las formas, sinceramente. 

  • Gustavo Gianini (bajo) y Julián Cabaza (batería)

Has pasado por varios estilos, en una carrera extensa. ¿Dónde encontras hoy en día motivación para componer?

- No me puedo quejar, es un destino que tiene cada uno. Yo tengo un fuerte poder de vocación, que viene de mi familia, de mis viejos que eran músicos muy buenos, además ponían fichas, apostaban para que yo me dedicara a esto, me daban manija. Quizás no te das cuenta cuando sos chico pero te da una polenta infernal. Yo me encuentro con músicos, con chicas y chicas, que se quieren dedicar o se dedican a la música pero tienen el problema que en la casa la familia no los apoya. Debe ser terrible querer hacer algo y que tu familia esté en contra. Yo no tuve ese problema, lo vivo como un privilegio. Yo estaba metido en el ambiente musical con mis viejos desde los cinco, seis años. Mis viejos laburaban en los “piringundines” que había en Rosario me llevaban, yo podía entrar, entonces fui tomando toda esa bohemia de la noche, y pronto empecé a inventar mis canciones, a los doce, trece años, entonces empecé lo mío. Seguramente has copiado de algún lado, alguna idea, algo que escuchaba en todo ese entorno de mis viejos. 

Hay un cambio de época. ¿Es diferente tocar en la actualidad?

- Para mi es exactamente lo mismo, sé que hay otras maneras, siempre pasó lo mismo. Cuando yo salía a tocar mis primeras canciones, yo tenía 15, 16 años, y la propuesta que tenía con la banda en ese momento, antes que Los Gatos, era una propuesta para la época innovadora, nos rechazaban de todos lados. Sé lo que es que te rechacen por querer hacer algo innovador, y tranquilamente comprendo que aparezcan cosas nuevas, es normal. Siempre aparece una nueva generación que aparece con sus idas, que quieren tener su sonido, su voz. Esto no quiere decir que uno no tenga que acordarse en el pasado, en otras cosas que han salido. Por ejemplo, un tipo que se dedica a tocar rock, y compone, es imposible que no conozca a los Beatles, a pesar que no nació cuando los Beatles estaban en el apogeo. Con el tango pasa lo mismo, quizás nacieron escuchando a Piazzolla, pero algún día se tienen que tomar con Salgán, porque esas son las bases de la música en general, de esos géneros. Ahora hay una cantidad de variantes inimaginables que cuando yo comencé. Muchas de estas formas están producidas por el negocio, porque vende. Hay de todo. Hoy en día mucha gente se junta a tocar con otro por el valor trascendental que tiene en la taquilla. Son maneras, yo no hago eso, a mi me gusta tocar con gente que me gusta como tocan y al revés también. Esa es la manera más piola de estar arriba del escenario.  

En estos tiempos donde la cultura está tan amedrentada. Recién veía alguien acá que tiene una remera que dice: “sin música la vida seria aburrida”. ¿Qué opinas? 

- La música es un alimento al alma, y todas las expresiones del arte. Es imposible vivir sin eso. Eso le hace bien a la gente, de cualquier clase social. La música es rica en toda esa variedad que puede ofrecer. 

Seguramente te preguntaron miles de veces. ¿Cómo era toca en la mítica La Cueva? 

- Era un trabajo, lleno de pulgas, que sacábamos la guita para poder pagar una pensión en Once, donde dormíamos siete, y de la plata que nos quedaba comprábamos un café con leche y un atado de cigarrillos que compartíamos. Lo que tenía de lindo La Cueva como cosa nocturna era que se fue formando como un punto de encuentro con la juventud, que no entraba a La Cueva pero te encontrabas en una placita de enfrente y chalabas, y hablabas de música y después te ibas a tomar un café y te quedabas hasta las cinco de la mañana, eso es lo que tiene de mito. Nosotros cuando llegamos de Rosario no teníamos parientes, no conocíamos a nadie, no teníamos ni para comer.  No era como hoy en día que hay músicos en todos lados. Era un lío, te agarra la policía por andar a la noche. Yo conseguí el trabajo en La Cueva haciendo un cambio a un bajista. El tipo los jueves quería salir con la novia, y este era un trabajo muy esclavo, de lunes a lunes, de diez de la noche a cuatro de la mañana sin parar. En un momento con el resto de mis compañeros pudimos cubrir los jueves y de ahí, de apoco, nos quedamos estables. Antes que saliera el disco de Los Gatos, el que conocen todos, tocamos como un año ahí en La Cueva. Era un trabajo lindo, hacías de todo, no había equipo de sonido, no cantabas, era todo instrumental con los equipitos que teníamos cada uno. Tocábamos en la medida que entraba alguien, no todo el tiempo, había poca gente porque era un lugar raro, no era famoso, el prestigio vino después de lo que pasó con nosotros. El dueño del lugar hacía sonar una campanita avisando que venía alguien y nosotros entrábamos a tocar, se iba la gente y decía “che, paren”. Era un trabajo. Lo hicimos con mucha dignidad. Le pedíamos al dueño a veces el lugar para ensayar a la tarde y de ahí sacamos todo el álbum de Los Gatos, cuando llegó la prueba ya teníamos todo listo, pero fue por haber ensayado en ese espacio. Teníamos la idea fija de poder grabar un disco.     

Litto, en la diaria, ¿qué música o artista escuchas? 

- Es un lío. Tengo 27 mil discos. Escucho de todo, digital, físico, MP3, todos los formatos son bien recibidos, tengo mucho vinilo, que para mi es el mejor formato. Escucho de todo, hay cosas que escucho eternamente, desde mi adolescencia, como Frank Zappa, Miles Davis, Jobin, Frank Sinatra, entre otros. De la siguiente etapa me gusta cuando cambia el rock. En la primera época los héroes eran los violeros, después viene la época de los tecladistas. Si no ha salido en los últimos diez años, por nombrar una fecha, algo de tal envergadura como cuando salieron los Beatles, o cuando salió Génesis, o Jendrix, o Dylan, que marcaban algo que hasta hoy en día estaban en todos los lugares. Que salen buenos músicos, sí…Yo creo que en el mundo nunca hubo tantos buenos músicos como hoy en día, lo que pasa que no se divulga.  
 

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