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“Berna” Calabia, el muralista que con su arte embellece las calles de Pergamino
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“Berna” Calabia, el muralista que con su arte embellece las calles de Pergamino

El artista acaba de realizar un mural en el Club Argentino. Un repaso por su trayectoria y las distintas intervenciones en la ciudad. Sus proyectos y el sueño de realizar un “paseo del arte”.

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Bernardo o “Berna” Calabia, como le gusta que lo llamen, estuvo en la última edición de EN VIVO: DiarioNucleo.com, que se emite los martes a las 19 por Fana Digital. 

El artista pergaminense realizó un repaso por su trayectoria y las distintas intervenciones que ya realizó. Su último trabajo fue hace unos días en las instalaciones del campo de Deportes del Club Argentino, donde realizó un mural donde plasmó la historia del “Albo”. 

Uno te presenta como muralista, pero vos sos artista plástico. ¿Cómo te gusta que te presenten? 

- Siempre me presento como artista y aparte como muralista. Porque antes de hacer murales probé casi toda la rama del arte, o incursioné en menor o mayor medida, tanto en la música, en el teatro, hice fotografía, hice varias cosas distintas, y elegí el camino del muralismo, que por ahí fue la manera donde encontré la beta para poder dedicarme al arte. 

¿Y de dónde viene esa veta artística, esa pasión por el arte y esa búsqueda personal? 

- Pinto y dibujo desde que tengo memoria, dibujo más que nada. Después estudié en Bellas Artes, un par de años, con Luis Contreras un monstruo, un fenómeno. Después estudié diseño gráfico en la Unnoba, hice cursitos diferentes de distintas cosas. Y todo lo que es arte, en general, tanto ya sea en la música, en teatro, o cine, que también hice, a mí me salió medio natural y con facilidad, todo lo que tenga que ver con el arte. Entonces llegó un punto, que medio fue una decisión de vida, de decir, ya está, yo tengo que trabajar algo que sea artístico, por lo menos visual, que es lo que me gusta, lo que yo considero que es como un don mío, que me sale mejor que la mayoría de las personas. 

En el Barrio Acevedo está el mural de Athaulpa, que es hermoso, sinceramente. ¿Cómo fue el proceso y cuánto tiempo te llevó hacerlo?, por citar un caso. 

- Éramos varios ahí, no lo hice yo solo. Yo sí lo gestioné, fui a la Municipalidad, a Cultura, con varias propuestas distintas, siempre estoy inquieto, en esta búsqueda personal. Si no están las oportunidades que a mí me gustaría tener las busco o me las fabrico. A veces es difícil, pero es la única que queda. Surgió la posibilidad, estaban estos galpones gigantes, que yo ya los tenía vistos hacía más de un año. Había una parte que se había hecho un mural también de Atahualpa, sobre la cara, que da contra la calle, estaban muy venidos abajo esos galpones. Con la colaboración de la Secretaría de Cultura hicimos una convocatoria, éramos seis muralistas en total, vino mi hermano, también estaban Marco y Lucía Minivo, Marco Ventancur, Damián San Martín y Martín La Cuadra, que son algunos de los chicos que hacen más tiempo que vienen haciendo muralismo. Algunos, por ahí, se dedican más que otros, pero eran los que en Pergamino, hasta ese entonces, estaban más presentes; ahora aparecieron un par de nombres más, que también estoy en contacto, yo tengo buena onda con mis colegas. 

Por lo que contas, se creó un clima de mucha camaradería ahí entre ustedes ¿no?

- Sí, yo incluso los convoco, los invito, si vamos a algún festival o como esta ocasión, aparte de compartir con las personas que tienen los mismos intereses que yo, porque pintan y les gusta, es como también hacer crecer la actividad. Por lo que veo, por lo que conozco, son pocos los artistas hoy que pueden vivir del arte en sí, y los pocos que yo conozco son los muralistas. Por eso yo insisto, y lo meto y salgo a pintar en la calle. 

¿Surge la imagen en tu cabeza de un mural y buscas la pared adecuada? ¿O ves la pared y decís acá tendría que ir esto? 

- Sí, va más que ver con la pared, en mi caso. No tengo por ahí un estilo como muy definido de pintar siempre lo mismo. Si bien por ahí hago series, el año pasado, durante 2024, hice lo de las mariposas, antes había hecho lo de los dinosaurios, antes había hecho lo de los pájaros. Lo que yo veo en la mayoría de los artistas, hablando internacionalmente o nacionalmente también, que cada uno como que tiene un estilo marcado. Yo no sé, porque un día tengo ganas de pintar un animal y otro día tengo ganas de pintar un rostro, por ahí me lo marca más la pared y mucho el entorno. 

O sea, vos mirás la pared y decís "acá iría esto". 

- Sí. Depende del entorno. Depende la forma de la pared, si es cuadrada o si es alargada o si es tirada. Depende de dónde está, si está en una plaza o si está en un corte de calle o está en un lado de paso. 

¿Y hacés un boceto? 

- En papel no. Hace muchísimos años que no porque es muy distinto lo que yo puedo hacer en papel o lo que después llevo a la pared. Soy más de hacer montajes o fotomontajes digitalmente en la computadora. Quizás agarro fotos y por ahí quiero hacer tal ave en tal flor y los busco, más o menos, y después los retoco digitalmente. Y ahora estoy usando inteligencia artificial, que a mí me parece una herramienta espectacular porque me evito de buscar esto, justamente. Uno que hice hace poco fue para el festival que lo organicé en septiembre del año pasado. Necesitaba una anciana, bella, con una mirada pacífica, la luz de fondo. Vos le hacés toda esa descripción y te tira la imagen que necesitás. 

Estoy de acuerdo en eso, en que es una herramienta, ya cuando te reemplazas a vos no me gusta para nada. 

- Yo eso lo modifico, le das la imagen que vos querés, le doy mi estilo, yo me baso en eso, no copio cien por cien. 

Se nota que tienen tu impronta los murales que vos creás. 

- Sí, sí, porque va cambiando y también lo que te pide el trazo y la mano, a veces no te queda tal cual. A mí me gusta usar una técnica que es de proyección, hago toda la obra de manera digital, después lo proyecto durante la noche y luego lo marco tal cual. Pongo un proyector, marco, pinto y después de día, el otro día, le hago todos los detalles y la terminación. Esa es una manera y una técnica linda. 

Y cuando mirás, ¿siempre es lo que tenías en la cabeza o a veces varía? ¿Te gusta el resultado final? 

- Es medio raro porque, por lo general, mis murales cuando los termino no me gustan tanto. Me pasa que si los veo una semana después o un mes después me gustan más. Hay algunos que sí digo este me encantó, pero me suele pasar a mí, por ahí lo hablé con otros artistas, que es normal que siempre le veo el pelito al huevo. Creo que es la manera que tengo para mejorar y hacerlo mejor. A veces mi mujer me dice: "pero vos no lo disfrutás", porque yo capaz que me vengo de pintar y mientras estoy descansando un ratito miro y esto no me gustó. Pero sí, después cuando los veo con el tiempo que ya me alejé un poco del laburo físico, me gustan más. 

Hiciste un mural de Lionel Messi ne plena “messimanía”, porque fue a finales de 2022. 

- Lo hice a los dos días del mundial. Lo venía pensando y durante la final creo que dije "tengo que pintar". Más que nada por Messi. Yo no soy tan futbolero, pero sí me hice bastante hincha de Messi, no podía entender las críticas que recibía el tipo siendo el número uno del mundo. "Fracasado" le decían al que es el mejor del mundo en lo que hace, no sé qué queda para el resto. Fue un poco para callar boquitas y como homenaje. 

Ahora el último trabajo que hiciste fue el mural del Club Argentino. ¿Cómo surgió esa propuesta?

- La semana pasada pinté el de Argentino. Me convocaron desde el club unos días antes, nos pusimos de acuerdo entre todos los símbolos y los elementos que ellos querían que aparezcan, y la semana pasada, con lluvia en el medio y todo, lo llevamos a cabo. Ellos me tiraron varios elementos distintos que representaban a Argentino en su historia. Yo fui a Argentino también cuando era chico, así que un poco lo viví del club. Aparece, por ejemplo, la esquina mítica de calle Rivadavia, aparece el escudo y adelante un monolito que fue donde fue fundado, que está en la Plaza 25; después está un colectivo, hay una foto famosa que está en Bariloche, el “Caimán”; están todos los deportes, las actividades que hacen, y aparece por el veneno la víbora, en una punta. Se quedaron contentos. 

Ahí hay algo más, está el tema del arte tuyo, pero también estamos hablando de una institución emblemática del Pergamino, en este caso es Argentino pero puede ser cualquier club de nuestra ciudad. 

- Sí, hace poco pinté también en Comu, justo para el arranque de la temporada. Y ahora tengo que hacer otro acá en la sede, así que ya van dos clubes. En Comu también fui de chico, era bastante saltarín con los clubes, pero todos tienen su historia y tienen su gente, y cada club tiene como sus clanes, viste, que te cuentan las historias, son los grupos que las van transmitiendo, y a uno le llegan como si fuesen anécdotas o historias de famosos y que son la gente del club. Gente como nosotros, nada más que con 20 años antes que nosotros de la generación. Como mi viejo me contaba la historia de sus amigos en el  básquet. 

No hay una temática, porque has pintado a Atahualpa, has pintado clubes, has pintado a Lionel Messi porque te inspiró. 

- A mí, en realidad, siempre me gusta más hacer motivos que tengan que ver con la naturaleza. No me gusta mucho, y no me considero tan bueno, en hacer retratos de alguien en particular. O sea, el Messi, el Atahualpa fueron trabajos en mi desempeño medio puntuales, porque son, justamente, retratos de alguien, cuanto más conocido es más igual te tienen que salir. Me salen, pero no los prefiero, me cuestan un poco. Sí cuando es una cara random, una persona cualquiera que no tiene que ser conocida, o si no me gusta mucho hacer animales, motivos de la naturaleza, me gustan las flores. 

O sea que de inclinarte por algo vas por ese lado.

- Sí, sí. Va para ese lado. Me va cambiando, a veces tengo ganas de hacer una cosa, otras veces tengo ganas de hacer otra. 

Ojalá muchas esquinas, muchas paredes de la ciudad estén intervenidas y tengan murales porque ofrece otra percepción para las personas, cambia, sin dudas, la fisonomía. 

- Sí, tal cual. Yo siempre digo que te crea una experiencia, porque vos vas caminando por la calle, que de repente son todas las paredes iguales, y vos viste eso y te causó algo adentro, ya sea gusto o risa, lo que sea, te genera un sentimiento o algo distinto, o te cambia la mañana, te cambia el camino. Me ha dicho gente que cambian el camino para ir a trabajar para pasar por alguno de los dibujos. Eso es un poco lo que yo apunto a mediano, no sé si largo plazo, pero en un mediano plazo de poder lograr. A mí me encantaría, y estoy laburando a ver si puedo conseguir crear un programa de arte urbano en Pergamino, me gustaría contar con los recursos para decir sé que este mes, y el que viene, y el que viene intervengo acá, acá y acá, puedo abrir para contratar gente, agarro dos murales yo y tiro uno para otro artista, agarro otro yo y abro para otro. Esos son un poco los planes, estoy laburando con eso. 

En lo técnico, ¿qué pintura utilizas? 

- Por lo general uso látex, que es lo mismo que se utiliza para pintar viviendas; aunque ahora estoy usando bastante aerosol

¿Y en cuanto a los colores cómo es la elección? 

- Depende, cambia mucho entre un motivo y otro. Hay algunos que los puedo comprar directamente, que los compro ya formados. Los aerosoles tienen una gama amplia, o sea que yo también los elijo. Aparte los tengo que pedir por Internet, porque acá no están. Entonces, eso sí va un poco más minucioso. Pero lo que es látex va bastante a ojo.

¿Le hacés un trabajo previo a la pared? 

- Por lo general la pido ya preparada, hidrolavada, e incluso ya fondeada. Yo voy y hago solamente la parte artística, porque si no es más material, son uno o dos días más de laburo. 

Por último. ¿Qué proyectás para el futuro a corto y largo plazo?

- Lo que te comentaba recién: el trayecto de arte urbano, no solo para mí sino también para abrir el panorama para otras personas, de poder hacer esto,  laburar en la calle, que también es lo que a mí me gusta, que le tomé el gustito estos últimos tiempos, porque esto es lo que genera en el peatón. Hay algo que lo hace especial, y es hermoso pintar en la calle, porque mientras estás trabajando la gente pasa y te grita "¡capo!" o te llevan gaseosas y sandwiches. Ese intercambio con la gente es genial. Por otra parte, también es positivo trabajar en proyectos propios ya que, si bien yo vivo de esto, al artista le molesta un poco hacer todo a pedido. Llega un momento que vos decís "está bien, estoy haciendo lo que a mí me gusta, pero bueno, no quería hacer todo a pedido" hay ocasiones en las que tenés ganas de pintar algo que se te ocurre, que nace en tu propia mente. Por eso es que salgo mucho a la calle.
Por último, estoy en camino de dar un pasito más en mis obras y empezar a hacerlas de mayor magnitud; es decir; conseguir buenas fachadas o un edificio de un par de pisos o paredes grandes para poder hacer algo más grande.

De eso no hay mucho en Pergamino.

- No, es verdad. No hay muchos clientes de ese estilo ni tanta infraestructura. Hay paredes para hacerlo, pero no salen ese tipo de laburos. Entonces por ahí tengo que buscar la forma para crearlo yo. Hay muchas ciudades en el mundo con murales; en Europa hay un montón de lugares que se convierten en un atractivo turístico, barrios enteros.  A mí me encantaría que cuando yo sea viejo pueda decir "yo dí el primer paso para que existiera un paseo de arte urbano a cielo abierto en Pergamino". Un lugar en le que vos sepas que caminás por allí y tenés 7 u 8 cuadras de mural.

¿Y confiás en poder concretarlo?

- Tengo ahí un par de puertas que se me van abriendo, pero todavía no logro empezar el año y estoy viendo también el tema de talleres o clases, porque la verdad que me están preguntando muchísimo. Me gusta hacerlo esporádicamente, dar algo intensivo, tres o cuatro clases. Cuando lo hice quedaron todos contentos.

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