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José "Neme" Carenzo; 54 años con el Teatro, habla de "La Sombra de Shéspir", su primer unipersonal
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José "Neme" Carenzo; 54 años con el Teatro, habla de "La Sombra de Shéspir", su primer unipersonal

Durante su visita a EN VIVO: DiarioNucleo.com el martes pasado, el reconocido actor comentó sus inicios en la actividad y contó el nacimiento de "Habemus Theatrum", el reducto de teatro independiente que fundó hace 11 años junto a Gustavo Bevacqua

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En la última edición de EN VIVO: DiarioNucleo.com, que se emite los martes a la 19 por el canal de streaming Fana Digital; José "Neme" Carenzo, actor pergaminense con 54 años de trayectoria, brindó detalles sobre "La Sombra de Shéspir" una obra unipersonal que cuenta la historia de un actor de mediana edad que nunca pudo representar un texto de Shakespeare y que busca la forma de hacerlo; mezclando lo autobiográfico con la ficción y con muy buena respuesta por parte del público.

Además, Carenzo habló se sus comienzos en la actuación, de la época de Juventud de Teatro, la mitica formación que integró junto a otras destacadas figuras locales, y de "Habemus Theatrum", la sala independiente que inauguró hace 11 años junto a su amigo Gustavo Bevacqua.

Hay una anécdota particular para contar tus inicios en el teatro

Así es; vivía a la vuelta del Club Gimnasia (ubicado en 11 de Septiembre y 9 de Julio) y un día Jorge Sharry, que era vecino mío y ya en aquel entonces actuaba en Teatro Pergamino, que funcionaba en el edificio de la Escuela Nº 22; me fue a buscar y me preguntó si me animaba a actuar en una obra de teatro. De inmediato le contesté que no, que no tenía idea de eso , que jamás había pisado un escenario. Y entonces él me dijo "pero es que necesitamos a alguien que aparezca en calzoncillos" y yo, exhibicionista de por sí, agarré viaje y a partir de ahí le tomé el gustito.

Hasta ese momento te dedicabas al basquet

Claro; jugaba en Gimnasia y tiraba para ese lado, durante un tiempo hice las dos cosas pero después me quedé solo con el teatro, hubo un impasse de dos años cuando me tocó hacer el Servicio Militar, pero cuando volví ya no paré más. 

¿Por qué tanto tiempo en el servicio?

Porque era un excelente soldado y me tocó la última baja (risas); en realidad estuve 15 meses ahí. Entré en marzo de 1974 y salí en mayo de 1975. A pesar de ser el Ejército y no la Marina, fue largo. Eran épocas muy difíciles, con mucha violencia, así que a las bajas las daban con uentagotas. Así que durante esos dos años no hice nada. Después me reincorporé con todo.


 

¿Recordás cuál fue la primera obra que interpretaste? 

 

Fue "Altitud 3200", de Julien Louchaire; ahí fue donde aparecí en calzoncillos. Después fundamos con Jorge (Sharry) Juventud de Teatro, en noviembre del 1970 e hicimos "Retablo Jovial", dirigido por Rubén Albarracín, y obras de Alejandro Casona, hasta que me tocó hacer el Servicio. 
Ya después de 1977 le dimos impulso a lo que fue Juventud de Teatro, de la que formamos parte hasta 1991. 

Te tocó una época muy rica para Pergamino, del arte en general y del teatro en particular.

Exacto, una época hermosa donde nos tocaba actuar en distintas salas y con compañeros inolvidables. Recuerdo que el auditorio del Banco Local, hoy fuera de servicio, fue la primera salita medianamente apta para teatro. Nos tocó inaugurarlo en 1980 con la obra  Julieta, del autor pergaminense Jorge Grasso. Ya habíamos hecho anteriormente otra obra suya pero lo cierto es que estuvimos deambulando por distintos lugares; el Aula Magna del Colegio Nacional, el auditorio de la vieja Cámara de Comercio en calle Florida, cuyas butacas están hoy en Habemus Theatrum. Es decir, no había una sala fija. Asi que el único lugar donde mediamente se podía desarrollar la actividad era el Banco Local. Lamentablemente, después se cerró. Si bien era un lugar muy lindo para el espectador, el escenario era muy chico. 
Otra sala donde trabajamos fue la Unión Ferroviaria, hoy Teatro Unión. 

Te ha tocado trabajar con los más destacados actores locales: Jorge Sharry, Marta Lere,  Rosana Cura, Omar Re, Claudia Aiello...

Claro, con Jorge fundamos Juventud de Teatro y después se incorporó Marta Lere, Rosana Cura, Claudia Aiello, Raúl Nota, Fernando Crespi, Roberto Iriarte y todos esos tremendos actores; la gran expansión se dio entre 1977 y 1980, y después seguimos trabajando sin interrupciones hasta 1991. Con Jorge somos los más veteranos de aquella camada. 

Tuviste también una gran relación con Edna Pozzi

Así es. Ocurre que yo trabajaba en el Tribunal de Trabajo Nº 1 de Pergamino y Edna era nada menos que jueza de esa dependencia. En ese contexto hemos tenido charlas inolvidables. Tengo de ella el mejor de los recuerdos y siempre la respeté muchísimo. Fue brillante como poeta, como jueza y como persona. 

Desde aquella aparición en Altitud 3200 hasta hoy pasaron 54 años, y a esta época la vivís haciendo nada menos que un unipersonal, con un nombre curioso "La Sombra de Shéspir", no de Shakespeare.  

Se llama así porque cuando uno nombra al genial dramaturgo es muy raro que lo haga con la fonética adecuada; así que bueno, le pusimos así como se pronuncia, no como se escribe. 
La obra narra la historia de un actor de mi edad, o un poco más, un poco menos, que nunca pudo hacer Shakespeare; que es lo que me pasó por distintos motivos, ya que siempre me tocó representar obras de autores argentinos y latinoamericanos.

¿Y vos tenías interés en hacer algo de Shakespeare?

Sí, por supuesto, pero nunca se dio. Entonces ocurre que el año pasado Raúl Notta estaba haciendo un curso de dirección y tenía que presentar una escena; así que me dijo "¿te animás a hacer este?". Se trataba del monólogo "Ser o no ser", de Hamlet. El presentó ese trabajo ante el profesor que daba el curso e hicimos dos o tres representaciones. Después se sumó Gustavo Bevacqua, que es mi socio en Habemus Theatrum y terminamos agregando dos monólogos más. 

Y la obra narra la historia de un actor. 

Con el tema de los monólogos surgió la idea de contar la historia de un actor que quiere hacer Shakspeare; en esta historia hay cosas que realmente me pasaron a mí y cosas que no, que están ficcionadas, sobre la base de los textos de Shakespeare. 

¿Te resulta muy demandante actuar en "La Sombra de Shéspir"?

Bastante. Cuando termina la obra suelen preguntarme ¿cuánto adelgazas? Y lo cierto es que bastante porque me muevo constantemente, hay toda una capa, cuando hago a Ricardo III, cuando represento a también a Otelo. Uso ropa que me hace transpirar la camiseta, como diría un jugador de fútbol, aunque en vez de correr toda la cancha hay que correr todo el escenario.

¿Qué demanda particular tiene el unipersonal? porque da la impresión de que es como saltar sin red.

Es así. Estás solo en el escenario, a la buena de Dios. Obviamente que hay toda una contención  porque a este trabajo lo hice durante ocho meses, trabajando tres veces a la semana; con más de 90 ensayos. Pero de todas formas cuando se levanta el telón estoy solito y tengo que recurrir al oficio de tantos años; buscar el punto, dónde apurar, dónde parar la pelota. Lo cuento en modo futbolero porque me gusta mucho el fútbol y estar ahí, en la cancha o en el escenario me provocaba una adrenalina muy grande y siempre sostuve que el día que no sienta la adrenalina previa, no hago más nada. 

¿Cómo fue la respuesta del público a "La Sombra de Shéspir"?

Muy buena. Hicimos cuatro funciones a sala llena y vamos a reponerla ahora a mitad de febrero. No seguimos ahora porque estamos con los talleres y las muestras de fin de año. Así que decidimos cortar el 15 de diciembre; en enero no vamos a estar así que bueno; volveremos en febrero. 

¿Qué siginifica para vos Habemus Theatrum?

Habemus es mi último hijo. Nació en agosto de 2013 y lo estrenamos con una obra en la que que trabajaba con mi hijo Ernesto. Se llamaba "75 puñaladas".
El 6 de octubre fue la inauguración oficial con "Perfectos Extraños"; una obra que dirigí y en la que trabajaban, Luis (Furlano), Gustavo (Bevaqua), Vicky y Leo Gazza,
Al año siguiente llegó "El año de Ricardo", con Pamela Lombari y desde entonces seguimos para adelante. Primero en Pinto casi Italia; donde estuvimos hasta noviembre del 2019, un mes después de la famosa pedrada del 9 de octubre que rompió medio Pergamino; también destruyó el techo de Habemus. El arreglo se demoró por distintas cuestiones con el seguro y el propietario del lugar pero directamente nos tuvimos que ir porque hicimos una función y se nos llovía la sala con la gente adentro. Entonces agarramos los bártulos y el 30 de noviembre dimos de baja el viejo lugar y nos mudamos a Jujuy 227; donde seguimos hasta hoy.


¿Cómo funcionan los talleres y las obras que se presentan en Habemus Theatrum?

Trabajando mucho. La verdad que ha sido una muy buena respuesta de la gente, con sus vaivenes. Hubo obras que anduvieron muy bien y otras que por ahí, no solamente de producción nuestra, sino también que alquilamos la sala para otros elencos que van ahí, con diversa suerte
Tengo que resaltar que las producciones que se hicieron han dado buenos resultados este año, coronado por "La Sombra de Shéspir".

¿Tenés algún proyecto para después de esa presentación? 

A fin de año nos volvemos a juntar con la gente con la que hicimos "El Inglés", obra que también vamos a intentar reponer. Se trata de una obra que recrea la primera invasión inglesa a Buenos Aires y que se puso en escena en la década del 70. La nada menos que Pepe Soriano con el cuarteto Zupay, que son los autores de la música, y se conjugan en el teatro la melodía, el canto y la danza. 

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