La primera edición de EN VIVO: DiarioNucleo.com, que se emite los martes a las 19 por el canal de streaming Fana Digital, a través de YouTube, Twitch y Kick, estuvo íntegramente dedicada a entrevistas a referentes de instituciones de bien público de Pergamino y contó con la presencia de Rita Brescia; de Corazones en Acción, y de Carlos Miguelena, presidente del Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Pergamino.
La segunda edición, emitida el martes 3 de este mes, tuvo en cambio un contexto artístico y fue en en esas circunstancias que Romeo Falcioni; guionista, dibujante y cineasta, amante de la historieta desde la infancia y creador de la Pergamino Comic Fest, visitó los estudios de Fana Digital para hablar de su historia, sus pasiones y los cambios que sufrió el mundo de la historieta en los últimos tiempos.
Durante su charla con EN VIVO: DiarioNucleo.com; Falcioni aseguró que “el límite entre un coleccionista y un acumulador compulsivo es muy difuso” explicó su costumbre de acumular revistas y videos, y recordó la creación de “Zombies del Espacio Sideral”, la primera película de ese género editada en Argentina, producida y filmada en Pergamino en formato VHS y estrenada en 1996 “el presupuesto para esa película era cero, pero mirándola hoy, 28 años después, creo que el trabajo fue bueno, así que aún sin recursos se pueden hacer cosas”.
Tenés curiosidad por el comic desde muy chico.
Era curioso con respecto las historias; así que me ponía a leer historietas, que en esa época no eran muchas: Gattin y El Equipo, Lupín y alguna otra, sin embargo me las leía completas y las disfrutaba mucho. Estamos hablando de finales de los ochenta y principios de los 90.
Bueno, existía y era muy fuerte todavía toda la producción de Editorial Columba: D’Artagnan, El Tony, etc.
Claro pero esas revistas contaban las historias de una forma que ya estaba pasando de moda, muy para adultos. Si agarrás una revista de esas ahora te vas a dar cuenta de que era un estilo que ya en los setenta había empezado a cambiar; concretamente a mí me gustaban otras cosas y siempre me pareció muy copado el formato europeo. Había tenido la posibilidad de leer los comics de Los Pitufos, por ejemplo, y me convencía mucho más ese estilo. Pero al clic mayor lo tuve cuando cuando conocí el cómic mainstream. Es decir Superman, Batman o La Liga de la Justicia, entre otros, y me voló la cabeza.
Te gustaba el comic europeo y norteamericano.
Exacto; todo lo que hacían DC y Marvel no tenía desperdicio; me compraba lo que podía y lo cuidaba mucho. Entre lo europeo me gustaba mucho y esas editoriales grandes. Y después tenés el europeo, que era, yo qué sé, tipo el Corto Maltés, ese tipo de cosas; aunque en este último caso seguían contando las cosas de una forma parecida a la de El Tony o D’Artagnan. Ahora lo que es el comic de Marvel y DC tenían un estilo más moderno que a los adolescentes de esa época nos encantaba. Era como ver plasmado la lectura que yo quería leer en formato dibujo
¿El hecho de tener aquellas primeras revistas fue lo que te llevó a convertirte en coleccionista?
Siempre digo que la línea entre el coleccionismo y la acumulación compulsiva es muy delgada. Empezás a coleccionar, a juntar cosas y llega un punto en el que te convertís en un acumulador. O sea, creo que hay que ser selectivo con qué coleccionás. No vas a coleccionar cajitas de cigarrillos, porque obviamente todos conocemos a alguien que lo ha hecho, o estampillas de cigarros, que también se coleccionaban. Hace poco conocí a una persona que coleccionaba las tarjetas de telefonía celular prepaga de principios de los 2000. Prácticamente se puede coleccionar de todo y bueno… eso requiere espacio y tiempo. En mi caso se me dio por el cómic, los muñecos de las historietas, los VHS. Con esas cosas tengo una relación muy amorosa, carnal diría.
¿El paso del cómic al cine se dio con el tiempo o ambas pasiones se despertaron en simultáneo?
La verdad es que, no sé si soy un cineasta que escribe historietas o soy un escritor de historietas al que le gusta hacer películas, estoy ahí en una disyuntiva, pero yo creo que el amor nació más o menos exactamente en la misma época, la idea de contar historias, ya el hecho de leerlas me quedaba chico entonces necesitaba contarlas también, por eso me puse a dibujar y a escribir historietas. Como no soy un buen dibujante, por más que sea diseñador gráfico; a veces dejo eso a los que realmente saben y me centro más en el guión. La combinación entre un buen guionista y un dibujante que sabe lo que hace es lo que permite el nacimiento de una buena historieta.
Hace poco se cumplieron 28 años del estreno de “Zombies del Espacio Sideral”
Cuando me dicen que pasaron 28 años desde esa aventura me dan un cross de derecha al alma porque me parece increíble que hayan transcurrido casi tres décadas. Se trata de la primera película con temática zombie editada en Argentina; la filmamos totalmente en lugares de Pergamino, íntegramente en VHS, así que la calidad es bueno… de ese formato. Los actores éramos nosotros, adolescentes y el film carecía de un guión concreto pero al menos era divertido y tenía una lógica para contar las cosas. Hay que pensar que estábamos en 1996 y que teníamos 16 o 17 años. Podías ser muy creativo y pensar una buena historia pero el presupuesto era cero, nulo. Entonces íbamos pensando “¿y ahora qué contamos?” y amábamos una historia con lo que teníamos. Un día le saqué el auto a mi viejo, un Falcon, y surgió la idea de filmar una persecución en auto. Después se dio que me compré un ciclomotor Garelli, y entonces lo usamos para armar algunas tomas; ahí nos ayudó también un amigo que tenía un Fiat 600 y entonces el protegonista iba en la motito mientras el camarógrafo lo filmaba desde el Fiat.
Un trabajo artesanal.
Todo artesanal, a pulmón y con mucho laburo pero si te ponés a mirar el producto está y si se tienen en cuenta las circunstancias podemos decir que es bueno; está hecho por adolescentes. Además “Zombies del espacio sideral” es pre Google, pre redes sociales, pre smartphone, pre todo.
O sea, nos arreglamos para generar un montón de recursos de la nada. Por ejemplo, yo hacía el maquillaje, me gustaba en ese momento hacer mucho maquillaje, y toda la parte de efectos especiales, usando carne picada, piel de pollo, o gelatina, para representar la sangre. Era una cosa rarísima para un momento y había que imaginarse todo porque lo único que teníamos como para averiguar era la revista Haciendo Cine, cómo se hacían ciertas cosas que te tiraban.
La hicimos ente tres personas y un montón de amigos que hicieron papeles en la cinta. Cuando terminamos de editarla pusimos un televisor y una videocassettera en el garage de la casa de mis viejos y la disfrutamos como si estuviéramos en un cine.
Casi 20 años más tarde, pudo tener un estreno digno; en CABA y con un público mucho más amplio, doscientas y pico de personas, en un cineclub de Palermo cuyo nombre no recuerdo. Recuerdo mi emoción porque esperaba un abucheo y la gente empezó a aplaudir. Se divertía, se mataba de risa; que era lo que pretendíamos desde un principio.
Seguramente alucinarás con todos los recursos que hay hoy disponibles para la cinematografía.
Totalmente. Con la posibilidad de hacer efectos especiales con inteligencia artificial; con el simple hecho de tener un celular, un buen celular, que te permite tantas cosas que antes parecían imposibles. Justo estuve hace poco discutiendo este tema con Tomás, mi hijo, que está haciendo justamente un corto para presentar en la facultad, y el proyecto le pedía filmar una persecución a pie con efecto de movimiento tipo Proyecto Blair Witch. Y resulta que grabaron con un iPhone y cuando miraron la filmación se dieron cuenta de que casi no se movía. O sea, es tan estable la cámara del celular que no le permitió lograr el efecto buscado. Qué no hubiera dado yo en mi adolescencia por tener un estabilizador así.
También está el tema de las luces, de la edición. Todo mejoró y se hizo más fácil pero siempre se necesita la imaginación y la creatividad para lograr un buen producto.
Con respecto al tema de los comics, esa pasión terminó decantando en la Pergamino Comic Fest.
A la Comic Fest, la arranca Gabo (Peralta), siendo profesor de dibujo de Bellas Artes. Yo estaba viviendo en Buenos Aires y un día me llamaron y me contaron que lo iban a hacer. Me empecé a reír porque se trataba de un viejo chiste entre nosotros; que tenía que ver con la San Diego Comic Con, que es una fiesta increíble.
Les dije que venía como amigo para dar una charla y al final me enganché por completo y empecé a llamar a mis amigos del ambiente para que se sumen. Hoy es el evento cultural más grande que tiene Pergamino; con gente de todas partes del país.
Es una locura ver cómo crece año a año y me parece que ya quedó instaurado en el inconsciente colectivo de la ciudad. Es como que hacía falta algo así. No solamente por los chicos sino también los invitados, cuya calidad va creciendo año a año y todos quieren estar. Eso es lo lindo. Se forma como un ambiente súper íntimo, muy buena onda, familiero; difícil de explicar. A la Comic Fest hay que vivirla para entenderla.
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