Hugo Adrián Ramallo es uno de los referentes de la cultura pergaminense más reconocidos y queridos. Lleva toda su vida relacionado con la actividad musical: fue cofundador del Coro Municipal de Niños y Jóvenes junto a Angel Concilio y Brahim Julio, integró numerosas agrupaciones vocales y musicales. Es además docente y fue director de la Escuela Municipal de Bellas Artes, director de Educación de la Municipalidad y estuvo vinculado durante muchos años con el centro asistencial Mi Casa, donde desarrolló una destacada actividad social.
Amante de la música desde siempre, empezó desde muy chico a cantar y a estudiar, para luego pasar a formar parte de agrupaciones folklóricas. Dueño de una capacidad de trabajo asombrosa, apasionado por su actividad, comprometido desde lo social y notable formador de equipos, Hugo transmitió a sus tres hijos: Mariana, Natalia y Bernardo, el gusto por la música en general y el canto en particular; pasión que también heredaron sus nietos.
Luego de retirarse de la dirección del Coro Municipal de Niños y Jóvenes, sus hijas Mariana y Natalia tomaron la posta mientras que Hugo quedó a cargo del Coro Femenino, uno de los tantos desprendimientos surgidos de la agrupación original. En cuanto a Bernardo, si bien ejerce la profesión de psicólogo, es también un notable cantante y guitarrista que muchas veces acompaña al coro con su música.
El sábado 26 de octubre, el Coro Municipal de Niños y Jóvenes cumplió 50 años y lo festejó con un gran encuentro en la Parroquia Ntra. Sra. de la Merced, con todas las localidades ocupadas y gran cantidad de gente de pie, conformando un marco imponente para la interpretación de obras de estilo muy variados, todas con una ejecución impecable.
El coro interpreta una selección especial el 26 de octubre pasado en la Parroquia Merced.
En ese contexto y en relación con las Bodas de Oro de la agrupación de la que fue cofundador, DiarioNucleo.com dialogó con Hugo Ramallo que, con su estilo afable, se refirió a sus comienzos con la música, al nacimiento del Coro, y a la importancia del trabajo en equipo.
DiarioNucleo.com: ¿De dónde viene esa pasión, ese amor por la música y por el canto en particular?
Hugo Ramallo: Desde chiquito cantaba en el barrio donde yo vivía, en la calle Belgrano, y en la esquina de casa tenía a un personaje de Pergamino, un cantante con un vozarrón tremendo que era Moncho Caracciolo, que administraba la cantina de Empleados de Comercio, allí en la cortada de 9 de Julio y Belgrano, su hijo era un gran amigo mío y nos hacía cantar a los dos. Y él, el Moncho Caraciolo, me enseñaba a hacer la segunda voz. Cantábamos mucho folklore. También en la primaria, en la Escuela Nº1 para mí tomar parte, era casi una costumbre. Más adelante seguí con esa actividad de manera individual, y cuando ingresé en la Escuela Normal para estudiar el magisterio, hacíamos coros con mis compañeras. Me acuerdo de un grupo folclórico que se llamaba Los Arrieros de Amaichá, que era un grupo que servía para los actos escolares, para cantar en las peñas, y también servía para tirarnos algunas horas (risas).
Me recibí de maestro en 1963 así que agarré toda la época de furor del folklore, con la aparición de los grandes conjuntos argentinos y solistas y que luego transmitimos en peñas y festivales. Con el tiempo fuimos evolucionando y comenzamos a cantar con mi esposa, después en la peña y en el conjunto folclórico. O sea que seguí adelante, y ya después comenzó mi actividad con mi esposa, Hemilse Albarracín, conformamos el dúo Olga y Hugo, Olga es el segundo nombre de ella, y la verdad es que nos fue muy bien; de hecho formamos el dúo canto y hasta estuvimos en Cosquín. Es decir, nunca dejé de cantar y en paralelo comencé mi actividad con el coro, que en ese entonces se llamaba Coro de Bellas Artes, allá por fines de los años 50 y comienzos de los 60, que dirigía la profesora Rosa Fusco y que años después derivó en el Coro Polifónico.
Hugo Ramallo junto a referentes de la cultura pergaminense.
DN: ¿Cuántos años llevás junto a la música?
HR: Toda la vida, porque desde la escuela primaria que vengo con esto, tenía 10 u 11 años y voy a cumplir 80 así que no recuerdo un momento de mi vida que no estuviera relacionado con la música y es una actividad que me ha dado grandes satisfacciones, así como también el hecho de enseñar; lo que uno trata de transmitir a los chicos, el sentido de responsabilidad, de tirar todos para el mismo lado. De solucionar los problemas de afinación, de canto, de estudio, de letra, de estructura de las obras, todo junto. El trabajo grupal es fantástico en todos los órdenes, no solamente en el canto coral, también se aplica al campo deportivo y en otras áreas también de la vida artística como la danza, el teatro, todo lo grupal es enriquecedor en gran manera, especialmente para los chicos y los adolescentes.
DN: ¿Cómo fueron aquellos comienzos del Coro, en 1974?
HR: Bueno, nosotros comenzamos con Ángel (Concilio) y con Brahim (Julio), un curso de formación fundamental para nuevos directores de coros de niños, que lo dictaba Jorge Vanasco, un director de Buenos Aires que en aquel momento venía a dirigir el Coro Polifónico. Ese curso realmente nos abrió la mente, nos abrió el camino para seguir obviamente estudiando y perfeccionándonos en la dirección coral. Y fue realmente muy, muy bueno.
El coro existía desde 1974 y lo habíamos creado con Ángel Concilio en un principio con la idea de crear el coro para niños y jóvenes y con la idea también de desarrollar una inquietud que había en aquel entonces con la idea de fomentar lo que es la música coral.
Había antecedentes de agrupaciones, pero todas de adultos, y realmente un coro de niños, que en muchas ciudades ya lo tenían, era un faltante en la vida coral de la ciudad de Pergamino, lo cual llenó un vacío que hasta ese momento se notaba, porque para que la vida coral tenga realmente protagonismo, lo bueno es comenzar la actividad con niños, que son los que después van a ser los adultos que siguen cantando.
Para Ramallo, la experiencia de los numerosos viajes realizado con el coro es "enriquecedora para los miembros y también para los directores".
DN: ¿Cuáles son las características principales de la música coral?
HR: En realidad hay dos cuestiones. Una que se llama versión coral, que es un arreglo coral sobre una canción conocida, por ejemplo, si yo hago una versión coral sobre Luna Tucumana, por ejemplo, si yo hago una canción de Yupanqui, que todo el mundo lo conoce, en ese caso hago una versión personal porque debe haber 500 versiones de Luna Tucumana. Y por otro lado tenemos lo que se llama composición coral, que son obras escritas específicamente coro, que no tienen una melodía anterior sino que tienen una estructura originalmente escrita para coro. En esas dos temáticas hemos desarrollado la actividad del coro de niños, siguiendo el estilo de los mejores compositores que pudimos encontrar y que escriben muy bien para las voces infantiles.
DN: En todos estos años, bueno, el coro ha tenido gran cantidad de reconocimientos y participaciones. ¿Podrías sintetizarnos algunos de los momentos que vos consideres más importantes en toda esa trayectoria?
HR: Las giras internacionales nos marcaron definitivamente porque nos encontramos no solamente con otras culturas sino con otras formas de abordar el canto coral. Hicimos giras por España, Francia, México, muchas actuaciones en Chile, muchas actuaciones en Brasil, en Uruguay y obviamente en toda la Argentina. Y el hecho de haber compartido conciertos con agrupaciones ya muy prestigiosas, como por ejemplo los Niños Cantores de Viena, que es el coro más famoso del mundo y llegamos a cantar con ellos en Viña del Mar, en 1999.
Después también en la gira por España hemos cantado con las dos escolanías más importantes. Es decir, las escolanías son coros de niños que cantan liturgia exclusivamente en los monasterios. El coro de niños del monasterio del Escorial en Madrid y el coro de niños del monasterio de Montserrat en Barcelona son dos agrupaciones extraordinarias.
Por otra parte, en México cantamos con el coro de la UNAM, de la Universidad Autónoma de México, con el coro de Niñas de Viña del Mar, también muy prestigioso, y obviamente con los mejores coros argentinos: el coro de la Ciudad de Niños, el coro de Niñas de Córdoba, los de Mendoza, de Santa Fe, bueno, en fin, con esas agrupaciones uno se enriquece, no solamente los directores, también los chicos.
Hugo Ramallo dirigiendo el Coro Femenino el pasado 26 de octubre en la Parroquia Merced.
DN: En todos estos años ¿aproximadamente cuántos niños participaron en el coro?
HR: Pienso que estamos cerca de 2.000 chicos, lo cual significa que además de movilizar a los niños, varios de los cuales estado muchos, muchos años en el coro y otra vez han estado un poco menos pero han tenido la experiencia, movilizan también a sus familias, lo cual significa que alrededor del canto coral hay mucha gente. Obviamente que si tomamos en cuenta además los coros de adultos, los de la tercera edad y los de algunas instituciones especiales, llegamos a la conclusión de que la gente que mueve y canta coral en Pergamino es muchísima.
DN: Seguramente para vos es un orgullo que tus propias hijas te estén acompañando y que dirijan ahora también.
HR: Ellas pertenecen a una de las primeras promociones del Conservatorio Provincial de Música y la verdad que sí es un orgullo que ellas estén en este momento dirigiendo el coro. Tanto es así que en estos días tienen conciertos en Tandil y en Tres Arroyos. El coro sigue moviéndose a pesar de la fecha y con una cantidad de chicos realmente muy importante. Todos mis hijos están profundamente relacionados con la música: Bernardo, por ejemplo, es un excelente guitarrista y cantante, que también muchas veces apoya con sus instrumentos la tarea de los niños.
DN: Has logrado que tu pasión por la música y por el arte, se transmita al resto de tu familia.
HR: Es algo que viene también de mi padre, que tocaba instrumentos y cantaba realmente muy bien y por mi parte espero de verdad que esto continúe con mis nietos, algunos de ellos ya cantan en el coro y son músicos.
Hugo Ramallo junto a su esposa, Hemilse Albarracín.
DN: ¿Qué sentiste al ver la Parroquia Merced colmada para festejar los 50 años del Coro?
HR: Fundamentalmente tuvimos una noche inolvidable con la iglesia colmada de gente y podemos decir que el 80% de los asistentes tenía alguna relación con el Coro de Niños. O sea, familiares que habían estado en otras épocas, alumnos de otras épocas. Actuaron el Coro de Niños, el Femenino, que es el que dirijo actualmente, y el Mixto, todos relacionados con la vida del Coro de Niños. O sea que en este momento tengo chicas en el Coro Femenino que son de la primera época del Coro de Niños. A ellos los llamo “grupo fundacional”, gente que en 1974, con Angel Concilio y conmigo, cantaban en el Coro de Niños, con 12, 13 y 14 años, y ahora son gente que se sigue perfeccionando con ese entusiasmo que los hace tan especiales.
Fue una noche realmente maravillosa porque las Bodas de Oro no se cumplen todos los días y los coros actuaron realmente muy bien y después la Masa Coral, con chicas que venían de Buenos Aires, de Rosario, conformaron un grupo extraordinario.
DN: ¿Qué requisitos son necesarios para poder cantar en coro? ¿Se necesita alguna habilidad especial o simplemente que a uno le guste la música?
HR: No se necesita ningún tipo de habilidad especial porque está en la responsabilidad del director desarrollar la voz de sus alumnos y empujar todo el talento que el niño tiene de manera natural para que cuando llegue a una actividad coral o a una actividad musical con 8, 9 o 10 años, tenga un pequeño antecedente. Puede haber algunos problemas de afinación y en algunos casos vienen de una familia con padres o madres que tienen unos registros feos para hablar, o que son disfónicos o hablan con un tono de voz muy alto y los chicos asimilan todo eso, y el director de coro debe tener la habilidad para incorporar los elementos del canto coral lentamente en los niños. Ellos aprenden con gran velocidad a dividir voces, a cantar a varias voces, a cantar por libre, recursos que una vez adquiridos no se pierden nunca más. El que ha pasado por un coro de niños puede cantar en un coro universitario, profesional, cualquiera, porque tiene una experiencia extraordinaria.
Ahí es necesaria la maña o la capacidad del director para mantener aglutinado el grupo y justamente para que todos tiren para el mismo lado. Cuando uno habla de disciplina, a veces se toma un poco a mal ese término, pero la disciplina en realidad es encauzar el gusto por lo que está haciendo de la mejor manera. Entonces uno disciplina a un chico, pero no como una disciplina militar, sino como una disciplina de responsabilidad y de tirar todos para el mismo lado. Y puedo asegurar que los chicos lo absorben inmediatamente.
Hugo asegura que "no hay edad para empezar a cantar".
DN: ¿Hay una edad para empezar a cantar?
HR: Definitvamente no, se puede empezar en cualquier momento. Lo que hay que hacer es animarse y después lo vas llevando de acuerdo con tus posibilidades vocales. Suele haber gente que pasa muchos años sin cantar y, bueno, hay que ablandar esas cuerdas vocales, hay que hacer buenas técnicas de canto y hay que someterse sobre todo al trabajo de una buena profesora o profesor. Hay gente que empieza a cantar muy grande. Acá, por lo menos, hay varios coros de gente de la tercera edad y que cantan muy, muy bien.
DN: ¿Considerarías que la música coral en la Argentina pasa por un buen momento?
HR: Hay que dividir la cuestión lo que es un coro profesional y un coro amateur, pero hay muy buenos en ambos casos, hay un gren nivel en la Argentina, que hacen brillantes papeles en los concursos internacionales, ya en Estados Unidos, en Europa, en Japón, en distintos países, hay coros aquí muy, muy buenos. Uno de los coros más prestigiosos acá es el que dirige Carlos López Puccio (miembro de Les Luthiers); que pára mí el más representativo del país.
DN: ¿Cómo sigue esa historia?
HR: Seguiremos con la misma tónica que llevamos adelante desde hace 50 años, ensayando, proyectando, organizando objetivos para el próximo año. Siempre hay contacto con los demás directores, con festivales, encuentros y concursos inclusive, es permanente. Nosotros obviamente estamos suscritos a un montón de páginas musicales y corales y tenemos un gran contacto con toda la masa de directores y directoras de coro y así como surgió el viaje de este fin de semana surgen varias actividades y presentaciones.
Pueden surgir cosas muy lindas como por ejemplo participar en un concurso o asistir a un gran encuentro, que en la Argentina hay muchos y muy buenos. Seguimos adelante trabajando como lo hicimos siempre, no hay otra fórmula y es lo que funciona, estos 50 años son la prueba más evidente de lo que estamos diciendo.
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