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El recuerdo del paso de "La Calandria" por el casco urbano de Pergamino
LOCALES

El recuerdo del paso de "La Calandria" por el casco urbano de Pergamino

El traslado del reactor nuclear que presta servicios en Embalse fue un prodigio de la logística y tuvo su paso por la ciudad el 2 de octubre de 1977.

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El domingo 2 de octubre de 1977, Pergamino fue testigo de un hecho único en su historia, el paso del cuerpo principal del reactor nuclear que formaría parte de la central nuclear de Embalse, en la provincia de Córdoba, por la Ruta 188, para continuar luego por la Ruta Nº 8 hasta arribar a su destino para el montaje de la planta de energía atómica.

El traslado fue confiado a la empresa Román S.A. y fue todo un prodigio de la ingeniería y la logística, ya que el cuerpo del reactor pesaba 450 toneladas y para su traslado fue necesario diseñar una plataforma con características específicas que pudiera soportar tanto su peso como su volumen; todo el convoy medía 70 metros y estaba soportado por 180 ruedas de diseño especial; se desplazaba a una velocidad aproximada de cinco kilómetros por hora.

El tractor era un equipo marca Mack, modificado y adaptado para la tarea bajo la supervisión de Lester Waller, un ingeniero de la firma estadounidense. 
El reactor estaba fuertemente custodiado por miembros del Ejército y la Gendarmería. Tanto es así que el traslado fue denominado "Operación La Calandria", nombre que quedaría grabado para siempre en el recuerdo de los pergaminenses que pudieron presenciar el paso de la caravana por el casco urbano de la ciudad.

Según relatan las crónicas de la época, cada metro del recorrido fue estudiado en profundidad de manera tal de buscar con antelación soluciones a los problemas que se fueran presentando: en el tramo próximo a Pergamino, los principales obstáculos eran las curvas de la ruta 188, especialmente la de Gerde, en las afueras de Acevedo, y la de J.A. de la Peña; el puente de las vías del ferrocarril Mitre, sobre la Ruta 188, que ya en ese entonces los pergaminenses llamaban "Puente La Virginia", ya que durante décadas mostraba en sus laterales una publicidad de la conocida marca de café; y el cruce del arroyo Pergamino, que sería la prueba más difícil de todas, ya que exigía la instalación de un sobrepuente que había que colocar encima del ya existente porque de lo contrario las cotas de la traza no permitían el tránsito de la plataforma que trasladaba el reactor.
 
Si bien el paso sobre el arroyo era la tarea más demandante, la imagen que más recuerdan los testigos del paso de "La Calandria" fue la del puente "La Virginia" levantado 15 metros por encima de su posición habitual mediante dos grúas de gran tamaño: la actividad se registró el domingo 2 de octubre, alrededor de las 16:00, luego de que ingenieros civiles, miembros del ejército y representantes de Ferrocarriles Argentinos hicieran el trabajo previo de desacople de los rieles y liberación de la estructura del puente que, una vez finalizado el paso del convoy, fue colocado en su posición habitual y habilitado nuevamente al tránsito ferroviario. 

Cuarenta y siete años después, cambiaron los alrededores pero el puente se ve exactamente igual.


Mientras "La Calandria" circulaba por la hoy llamada Avenida Venini, frente a la estación de servicio Chuit y Maglione, la antigua "Citex", el restaurante "La Curvita" y otros comercios típicos de la zona a finales de la década del setenta, miles de pergaminenses saludaban y aplaudían al paso del reactor que en ese entonces no sólo significaba una curiosidad sino tambíen representaba el progreso tecnológico, teniendo en cuenta que la central de Embalse fue la segunda en ponerse en funcionamiento en el país, luego de la inauguración de Atucha, en la localidad de Lima, partido de Zárate, provincia de Buenos Aires.

Una vez que el convoy arribó al Cruce de Caminos, los ingenieros y operarios comenzaron a montar el sobrepuente sobre el arroyo Pergamino, para llevar a cabo la segunda etapa del paso por el casco urbano de la ciudad. Mientras tanto, el camión permaneció en la zona del Cruce, fuertemente custodiado, hasta que finalmente el jueves 6 de octubre de 1977, pasado el mediodía, la caravana volvió a ponerse en marcha en dirección norte - sur, con rumbo hacia el puente del arroyo, donde ya se habían hecho los trabajos pertinentes. 
El cruce se realizó sin ningún tipo de inconvenientes, el sobrepuente se hundió 30 centímetros bajo el peso del reactor, exactamente según lo calculado y, lentamente, "La Calandria" se fue perdiendo de vista, quedando para siempre en el recuerdo de los pergaminenses que pudieron presenciar el acontecimiento.
 
El operativo fue todo un éxito y el reactor, de tipo CANDU (Canadian Deuterium Uranium) llegó intacto a destino y fue instalado en la central nuclear, puesto en marcha en 1983 y acoplado al Sistema Interconectado Nacional en 1984. En 2016 se le realizaron una serie de tareas de reacondicionamiento y en 2019 fue puesto nuevamente en servicio, con una vida útil estimada en 30 años.

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