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Valu Ramallo en Pergamino:  comenzó cocinando en un garage y hoy recorre el país enseñando pastelería

En charla exclusiva con DiarioNucleo.com, aseguró que prefiere "un buen pedazo de torta a setenta galletitas saludables".

Días pasados, en una cafetería céntrica de nuestra ciudad, la carismática cocinera e influencer Valu Ramallo ofreció una clase sobre cómo preparar "con ingredientes que tenemos todos en casa" sabrosos pasteles y confituras. El evento se desarrolló a sala llena con un público muy interesado en adquirir conocimientos en esta actividad, que crece y se especifica a gran velocidad.

En diálogo con DiarioNucleo.com, comentó que los pilares de su éxito actual son la formación de un buen equipo y la búsqueda de confianza en la marca. 

"La idea de este tipo de charlas es romper con el mito de que la pastelería es difícil", señaló y agregó: "Busco dar un pantallazo general de las tartas y tortas que podemos hacer casa, de las cremas y todo, mostrar el punto del almíbar para hacer el merengue a ojo, darte cuenta cuando la burbuja explota en el centro, sin necesidad de usar termómetro" explicó y añadió que " cuando era chica, leía revistas de cocina y decía 'no, esto no lo puedo hacer' y de repente fui trabajando en la pastelería y me di cuenta de que no es necesaria tanta tecnología para que las cosas salgan bien" remarcó.

 

¿Considerás que hay un revival de la pastelería?

Creo que sí, y también creo que el tema de las redes empezó a moverse mucho y surgió la idea de empezar a hacer cosas diferentes porque buscaban que la gente saque una foto y lo suba a las novedades, entonces siento que hoy en día las pastelerías todo el tiempo están incorporando cosas nuevas, hay muchas tortas con Oreo, reversiones de la chocotorta, que está buenísimo, yo siempre digo que lo que más me gusta de mi trabajo es que nosotros tenemos una carta fija pero tenemos un mostrador, entonces un día, ahora que arrancaron las mandarinas, hacemos un budín de mandarina y frutos rojos. Entonces es muy positivo ir cambiando y ofreciendo cosas nuevas para tu público.

En la pastelería ¿el aspecto estético es más importante que en el resto de la cocina?

Claro, es así porque, si entrás a una parrilla, sentís el olor del asado y ya te lo querés comer, en cambio la pastelería, que consiste en productos fríos, la idea es que entre por los ojos. Obviamente que para mí la prioridad es el sabor, pero a la hora de vender siempre es importante que esté vistoso, que esté lindo, que esté prolijo, y nosotros le damos mucha importancia a eso. 

¿Ese aspecto vistoso también puede lograrse con elementos sencillos?

Totalmente, en la clase por ejemplo enseño a decorar con un solo pico, con diferentes modalidades y texturas, para que no tengas que volverte loco saliendo a buscar diferentes cosas. También uso  un sachet como manga o una lata como elemento cortante. Son cosas que vas aprendiendo, por ejemplo, me pasó de ir a dar una charla a Salta y que no haya electricidad, entonces empecé a hacer cosas así, más allá del horno obviamente, con batidora de mano, siempre me gustó eso.

 

¿Cómo pasaste de cocinar en tu casa a convertirlo en un emprendimiento?

Hace ya diez que junto con mi hermano pusimos en marcha la pastelería; teníamos apenas 25 y fue justo el momento en el que las redes empezaban a crecer yo trabajaba en la rural con Chris Petersen y él me dijo que si quería crecer tenía que empezar a aprovechar el público de las redes y hacer otras cosas. Así que tomé su consejo y arrancamos junto con mi hermano en un garage los dos solos, haciendo mesas de dulces para catering, después nos mudamos a un local más grande y finalmente pusimos un café Hoy en día trabajamos mucho para afuera ya que lo dulce es algo que por lo general molesta, lleva mucho tiempo de horno, mucho tiempo de heladera y hay que cuidar las temperaturas; entonces mucha gente empezó a tercerizar y eso a nosotros nos hizo crecer bastante. Alquilamos una cocina grande, donde ahí producimos más como en serie, más en cantidad.

Hoy en día existe cierto rechazo a la comida altamente calórica ¿cómo te llevas con ese tema?

Yo siempre digo que prefiero un alfajor que una torre entera de panqueques light. A mí me pasa mucho en las redes que me preguntan cómo reemplazar tal o cual ingrediente, o si pueden usar edulcorante. En mi caso la idea es hacer una torta para un cumple, para una juntada, para un asado, no para todos los días. Hoy cosas que no significan una gran diferencia en la cantidad de calorías pero sí perjudican mucho el sabor. Si vos hacés un cheese cake con queso crema light, la realidad es que no va a cambiar mucho y tal vez no quede tan rico. Hay gente que se vuelve loca por ver dónde puede reducir algo, o que quiere usar galletitas integrales para hacer la base. Estas cosas no son para todos los días pero remarco que prefiero comerme una porción de torta a setenta galletitas saludables.

¿Cómo recibe la gente los consejos que das en tus charlas?

La verdad es que siempre muy bien. Tuvimos un parate por la pandemia y porque fui mamá pero apenas pudimos retomamos los viajes; estuvimos en Salta, Córdoba, fuimos muchas veces a Tucumán, visitamos Ushuaia. Comodoro Rivadavia, Río Gallegos y Bahía Blanca, estuvimos también en la Fiesta del Postre, en Balcarce y obviamente en Buenos Aires hacemos este tipo de charlas muy seguido y siempre encontramos mucho interés y predisposición.

Además, con el transcurso de los años terminaste imponiendo tu marca.

Me costó usar mi nombre como marca pero bueno, las redes ya estaban así con mi nombre y al final decidí dejarlo así aunque me parecía mucha responsabilidad. Hoy ya nosotros con mi hermano, con los chicos que trabajan, hablamos de Valu Ramallo como una marca y eso está bueno, la verdad que formamos un excelente equipo de cocina: cuando quedé embarazada armé un equipo; tuve a mi hijo en julio y estaba desesperada preguntándome qué iba a hacer. Y ocurre que septiembre mi abuela cumplió 80años y pidió toda la mesa dulce del local y cuando la vi estaba impecable. Estaban todas las tortas y se veían mejores que si que las hubiese hecho yo. En ese momento me convencí de que hay que confiar en los equipos que uno arma.