Este martes 3 de septiembre se llevó a cabo la audiencia número 13 de la causa "Saint Amant IV" en el edificio de la Unnoba sede Pergaminio. En esta oportunidad, prestaron testimonio Marta San Martín, María Angélica Puentes, Carlos María Esquilino, Luis Garay y Alicia Cevedo.
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Rosario, integrado por Román Lanzón, Eduardo Rodríguez Da Crus y Elena Beatriz Dilario juzga delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar en la jurisdicción del Área Militar 132, que abarcaba gran parte del noroeste de la provincia de Buenos Aires integrado por los partidos de San Nicolás, Ramallo, San Pedro, Baradero y Pergamino.
La Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia es querellante en este juicio que tiene 12 imputados en delitos de lesa humanidad cometidos contra 74 víctimas.
En esta instancia el primer testimonio fue de la sobreviviente Marta San Martín, que actualmente tiene 72 años y en 1976 tenía una guardería, la única de Pergamino, y cuidaba los hijos de María Cristina Lanzilloto y Carlos Benjamín Santillán, ambos desaparecidos luego de ser detenidos en su domicilio de Pergamino y trasladados a la comisaría de San Nicolás.
Marta es hija de un funcionario de la policía provincial y fue detenida y llevada a San Nicolás luego de ir a la casa del matrimonio Lanzilloto Santillán para averiguar por qué no habían llevado más los hijos, ausentados desde hacía algunos días.
Era septiembre de 1976, se encontró con la casa toda revuelta y con agentes policiales y personas de civil dentro de la casa. Estando detenida relató que fue el médico Emilio Cantelmi a verla, a quien Marta y su familia conocían muy bien porque eran pacientes, pero negó conocerla y entonces fue trasladada a San Nicolás, donde la amenazaron durante dos semanas con que iban a matarla si no decía el nombre completo del padre y del abuelo, ambos agentes policiales.
“Había otro donde pegaban, le pegaban, le pegaban a alguien que era…eso todavía, mirá no me lo puedo sacar. Era terrible. Yo rezaba para que eso no pasara más”, relató Marta San Martín en relación a la experiencia de haber presenciado en la comisaría torturas a otras personas.
Luego contó que su marido, Pedro José Petro también estuvo detenido tres o cuatro días, luego averiguar por su paradero.
María Cristina Lanzilloto militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) y fue identificada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2004. Sus restos fueron exhumados en el Cementerio de Avellaneda, Bs. As. Su hermana Ana María también fue secuestrada junto a su compañero (Gringo Mena) y otros militantes del PRT como Mario Roberto Santucho y su compañera Liliana Delfino.
En cuanto a Carlos Benjamín Santillán, también militante del PRT-ERP, fue identificado en 2009 por el EAAF y sus restos también fueron exhumados en el Cementerio de Avellaneda.
En segundo lugar, testimonió María Angélica Puentes, quien es médica, tiene 68 años y relató que conocía a Gerardo Carlos Pérez porque era amigo de su hermano y a Leonor Genoveva Pierro, ambos detenidos desaparecidos, porque iban juntas a la escuela. Y agregó que luego fueron parte de un grupo religioso llamado Emmanuel, que era conducido por el cura tercermundista Marciano Alba. Se discutía lo que “pasaba acá y en el mundo… y era tratar de bajar a acciones concretas, era por ejemplo, ir y hacerlo muy de a poco en los barrios periféricos, sobre todo el trabajo educativo con los chicos, con juegos o hacer cosas juntos”, dijo María Angélica.
Gerardo Pérez militaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2009. Sus restos fueron exhumados en el Cementerio de Avellaneda, Bs. As.; y Leonor Pierro continúa desaparecida. Ambos fueron secuestrados en noviembre de 1976 en la vivienda que habitaban en la ciudad de Rosario.
Por otro lado, el testigo Carlos María Esquilino, quien en aquellos años tenía 19 años y trabajaba en un taller metalúrgico en San Nicolás, dijo que conoció a Gerardo Carlos Pérez porque fueron compañeros de trabajo.
Carlos María fue detenido en 1976 en un allanamiento al taller junto a todos los trabajadores. Luego fue interrogado, torturado con picana eléctrica y luego de una semana liberado a la noche con capucha en Ramallo.
“Los primeros momentos, lógico, fue muy triste, porque vos pensá que yo tenía esa edad (19 años). De ahí se sale con mucho miedo. Pero bueno, tuve la suerte de encontrarme con gente o personas me aconsejaron bien y me fui recuperando de a poco. Pude volver al taller a trabajar, Y sí, me llevó tiempo, y costó más al saber mucho tiempo después que una persona de nosotros desapareció. Claro, porque los demás, bueno, aparecimos”, expresó Esquilino.
De modo virtual continuó prestando testimonio Luis Garay, que hoy tiene 69 años, es programador universitario y vive actualmente en Santiago del Estero. Gerardo Pérez era oriundo de la misma provincia pero Garay lo conoció de nombre por su padre, Benjamín Santillán, que era maestro, tenía una imprenta e integró el Movimiento Nacional de Solidaridad con los Presos Políticos.
Luis Garay fue detenido y secuestrado el 24 de enero 1975 cuando trabajaba en el Colegio de Médicos. “Estuve detenido en un lugar que se conocía como…que era prácticamente un centro clandestino de detención, que era la dirección de informaciones policiales. Allí permanecí unos días y luego nos trasladaron a otro lugar, también clandestinamente, que funcionaba en la escuela de policía. Allí permanecí prácticamente en esas condiciones un mes hasta que posteriormente nos pusieron a disposición de la justicia federal y fui trasladado a la Unidad Penal N° 1, de varones, donde permanecí hasta el 28 de noviembre de 1976. Posteriormente fui trasladado a la cárcel de La Plata, donde permanecí dos o tres años más, y luego a la cárcel de Caseros donde estuve hasta el año 1981, principios de 1982; y posteriormente a la cárcel de Rawson donde luego fui liderado con libertad vigilada en octubre de 1982, y permanecí en la condición de disposición del PEN hasta 1983”, describió Luis.
A su vez, refirió que Pablo Díaz, sobreviviente de la denominada Noche de los Lápices, le contó que vio a Carlos Santillán golpeado y muy grave y herido en el estómago, y que le habían encargado que lo curara.
Finalmente, prestó testimonio de modo virtual Alicia Cevedo, quien es ingeniera agrónoma y esposa del también agrónomo, Alberto Kippen, ex trabajador del INTA, luego declarado prescindible en esos años y que prestó testimonio en audiencias anteriores.
Alicia relató las intimidaciones que sufrieron con su marido, el terror, la desaparición de integrantes de la comisión del gremio donde participaba Kippen, la posterior detención de él y sus compañeros y amigos como Goldberg, los allanamientos en su vivienda y las sucesivas persecuciones.
La próxima audiencia quedó fijada para el martes 17 de septiembre a las 9 hs también en la ciudad de Pergamino.
Compartir