Este martes se llevó a cabo una nueva audiencia en la casua Saint Amant IV en la cual se juzgan delitos cometidos durante el período del terrorismo de estado en la jurisdicción del Área Militar 132, que abarcaba gran parte del noroeste de la provincia de Buenos Aires.
La misma se llevó a cabo en el Auditorio de la Unnoba y por primera vez dos jueces del Tribunal Oral Federal de Rosario junto al representante de la Fiscalía Dr Adolfo Villatte y el Dr Gabriel Ganón en representación de la Comisión Provincial por la Memoria estuvieron presentes.
Declararon cinco testigos. Cuatro de ellos víctimas directas de la represión estatal llevada a cabo por el Batallón de San Nicolás, la Policía Federal y la Policía de la Comisaría Primera de Pergamino.
El primer testigo fue Miguel De Luca quien junto a sus hermanos Nicolás y Carlos fueron encarcelados alrededor de la fecha del golpe militar de 1976, entre el 24 y el 29 de marzo.
El primer secuestrado ilegalmente fue Nicolás del taller que tenía en Pedro Torres y Ecuador. Sus hermanos Miguel y Carlos junto a su madre, se presentaron espontáneamente el 29 en la Comisaría Primera donde les dijeron que su hermano Nicolás no había sido alojado allí y que ellos no tenían orden de captura. Insistieron y el comisario realizó una llamada a San Nicolás y automáticamente quedaron detenidos acusados de “subversivos”.
Fueron trasladados al Batallón de San Nicolás donde fueron interrogados bajo tortura requiriéndoles información sobre nombres y actividades que realizaban. Los tres hermanos eran militantes de la Juventud Peronista.
Luego llegó el turno de Francisco Ricardo Díaz Toledo, quien declaró que comienza declarando que a fines de marzo de 1976, aproximadamente a las 23hs, una patrulla de la policía bonaerense se dirigió a su domicilio, en el campo de deportes del Club Gimnasia y Esgrima. Se encontraba en su casa con su mujer, su hijo de 6 años y sus padres.
Requisaron su domicilio para luego llevarlo, junto con su esposa, a la Comisaría Primera de Pergamino. En dicha comisaría los revisaron y los metieron en los calabozos. Fue trasladado a San Nicolás, a un lugar que él no conocía, pero con el tiempo tomó conocimiento de que era la Brigada de Investigaciones, donde es separado de su esposa y encerrado en un calabozo.
El testigo relata sobre las vejaciones y tormentos sufridos de las cuales fueron víctimas él y su esposa. El interrogatorio bajo tortura se basaba en la actividad política y si conocía a determinadas personas.
El siguiente fue el testimonio de Edgardo Batch, por aquellos años un joven de 18 años quien fue detenido ilegalmente en Calle España y Mendoza, fue cargado en un camión y trasladado a la Cárcel de San Nicolás.
Permaneció detenido una semana luego de la cual fue liberado gracias a la intervención del Padre Obispo Monseñor Carlos Horacio Ponce de León. Esto sucedió a raíz que su padre y amigos eran concurrentes a la iglesia del barrio, la parroquia San Cayetano, cercana al lugar de su vivienda.
La última testigo en declarar fue Cecilia Gárgano, historiadora, docente e investigadora del Conicet. Su investigación doctoral está centrada sobre el INTA durante la intervención militar, el foco de su investigación es si habían cambiado, y cómo, las agendas de
investigación y extensión rural del organismo.
La testigo declaró que durante los años previos a la última dictadura militar, hubo en el INTA un proceso de discusión entre los investigadores y trabajadores sobre el sentido del trabajo del organismo y a quién tenía que estar dirigido.
El INTA fue intervenido en mayo de 1975 y luego del golpe de 1976 fue puesto bajo disposición de la Fuerza de la Marina. Se nombra como interventor a un capitán de fragata, Alberto Rafael Heredia. Según el testimonio la institución tuvo una recuperación democrática en relación a la reincorporación del personal cesante.
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