Tomás Pérsico, el artista de Pergamino que sufrió bullying por perseguir sus sueños y hoy brilla en el circo
En un mano a mano con diarionucleo.com, habló sobre cómo descubrió su pasión por la acrobacia, de su trabajo junto a Flavio Mendoza y de la importancia de trabajar duro para llegar a la meta. "Transformé en motivación el acoso que recibía", expresó.
Tomás Pérsico se fue de Pergamino cuando tenía 17 años hacia Buenos Aires para cumplir la meta que se había impuesto cuando era tan solo un niño, perfeccionarse en el arte de la acrobacia y el contorsionismo.
A los 10 años ingresó en una escuelita de circo que estaba ubicada en la esquina del comercio de empanadas que tenía su madre y fue allí donde descubrió su gran pasión, la misma que lo sigue acompañando hasta el día de hoy y la que le enseñó que no existen los imposibles.
“Cuando era chiquito probé varios deportes: fútbol, básquet, tenis y voley pero ninguno me terminaba de gustar. En esa época yo era demasiado hiperactivo, estaba todo el tiempo haciendo lío pero porque no encontraba una actividad en la que poner todas mis energías. Hasta que de repente, y casi de casualidad, me anoté en Cirkimania y comencé a hacer “circo integral”. Ahí descubrí el contorsionismo, telas, aro, acrobacia y trapecio, actividades que me hacían re feliz y con el tiempo se transformaron en mi pasión”, dijo Pérsico a diarionucleo.com.
El acróbata pergaminense recordó que esta elección que había hecho y que lo llenaba de gratificación también provocó que algunos de sus compañeros de la escuela le hagan bullying. Dado a que todavía existen creencias populares que emparentan la masculinidad con la práctica de deportes físicos, Tomás era el centro de las burlas por animarse a hacer algo distinto y no entendía por qué algunos de sus compañeros no aceptaban su elección.
“En el 2010 solo las chicas hacían tela y contorsión, y yo era uno de los pocos varones en la escuela de circo. Recuerdo que también me decían: “¿Para qué haces eso? No ves que nunca vas a llegar a nada””.
Si bien sufrió, su espíritu y convicción no se dejaron doblegar y supo transformar el dolor de la incomprensión y de las burlas en una reafirmación de sus anhelos de ser artista para poder lograr lo que muchos consideraban como un imposible.
“Hoy en día le agradezco a ese Tomy adolescente por haber tenido la valentía de perseguir sus sueños en cada decisión porque cada una de ellas fue muy importante en mi vida. Estoy muy contento de haber tomado las decisiones correctas sin saber lo que podía llegar a pasar. Cada una de esas elecciones también significaron dejar otras como amistades y la familia al venirme a Buenos Aires o padecer bullying por elegir el circo. El camino que escogí fue el correcto y tuve la valentía suficiente para poder afrontarlas”.
Cuando terminó la escuela secundaria, el artista pergaminense ya estaba listo para llegar a la gran ciudad y demostrarles a todos aquellos que no lo comprendieron que hay que hablar menos.
Mirá de quién te burlaste
Tomás llegó a Buenos Aires a los 17 años con la excusa de estudiar la carrera de Diseño en la UBA. Este plan duró sólo seis meses y decidió dejar la carrera porque su plan era estudiar en las mejores escuelas de circo de la ciudad para seguir perfeccionándose . Fue en ese tiempo cuando se presentó ante Flavio Mendoza.
“Le dije: “Hola mi nombre es Tomás y hago acrobacia, tela y contorsionismo”. Fuí de frente, le conté que tenía una meta a cumplir y que quería trabajar con él”. Fue así como el artista pergaminense se unió al "Circo del Ánima" y comenzó a aprender el arte del oficio del circo en una de las mayores empresas del país con tan solo 19 años.
Una vez que su nombre comenzó a ser reconocido en el ambiente circense, llegaron las invitaciones a diferentes programas de televisión, como por ejemplo “Got Talent” de Telefe en donde sorprendió a todos con sus habilidades.
Actualmente, Tomás forma parte del circo “Servían” y se presenta en las ciudades más grandes del país. Lejos de conformarse con el currículum brillante que forjó en tan poco tiempo, el artista continúa soñando en grande y sigue fijándose metas. “Me encantaría trabajar en el “Cirque du Soleil”, ese sería el próximo escalón en cuanto a empresas. En el país llegué al punto más alto que fue trabajar con Flavio y ahora apuntó a trabajar en el circo que es el referente de todo a nivel internacional”, expresó.
- ¿Qué le dirías a aquellos chicos y adolescentes de Pergamino que hoy sueñan con ser artistas?
- Mi consejo es que no pierdan el foco de la meta. Deben tener en la mente lo que realmente quieren hacer y no tienen que dejar de luchar hasta conseguirlo. Tienen que buscar por todos los caminos posibles porque no existe un solo camino para cumplir sus metas, hay muchos caminos posibles y siempre hay que trabajar muy duro en pos de lo que uno quiere.