Guillermo Moreno: “Al Presidente no le molesta que se disgregue la Argentina”
El ex secretario de Comercio Interior de la Nación estuvo en Pergamino en el Sindicato Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina y habló con diarionucleo.com de diferentes temas políticos y actualidad social.
Guillermo Moreno, ex secretario de Comunicaciones y Comercio Interior de la Nación durante 2003 y 2013, estuvo en Pergamino en el Sindicato Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina y habló con diarionuclo.com de diferentes temas políticos y actualidad social.
Consideró que la actual situación “es delicada”, con cinco provincias buscando unirse, y dijo que Javier Milei “es un Presidente anarquista”. También dijo que la incertidumbre y el malestar económico generan consecuencias preocupantes con graves implicaciones para el país.
-En alguna entrevista comentó que por las noches le cuesta dormir debido a la situación del país…
-Es cierto. La última vez que me había pasado esto fue en el 2001. Estamos en una situación muy delicada. Cinco provincias que firmaron un comunicado diciendo “las provincias unidas del sur”. No sabemos si se refieren a las viejas provincias unidas del sur, que después dio la idea de esta Argentina que tenemos, o son las provincias unidas del sur separadas de la Argentina con un presidente que es anarquista. Y al ser anarquista no le dificulta que la Argentina desaparezca. Nosotros conocimos a algunos anarquistas a fin del Siglo XIX o principio del XX. Eran debates teóricos que teníamos, pero nunca pensamos que iba a haber un Presidente anarquista.
-¿Puede decirse que considera que Milei es un anarquista del Siglo XXI?
-Es distinto a aquellos anarquistas. Diría que es anarcocapitalista porque da la vida por la propiedad privada como él mismo lo dijo. Es creyente. No es agnóstico, pero en el fondo no creen en los pueblos, no creen en los países, no creen en las fronteras, no creen en la razón de Estado. Al presidente no le molesta que se disgregue la Argentina, porque de base es un anarquista. Y entonces estamos en un problema.
-¿Se considera en la vereda opuesta?
-Para los patriotas que nos disuelvan la Argentina es un problema. Nos quedamos sin algo que fue fundacional a nuestra vida que es este país. Y se da la paradoja de que Milei preside un Estado, cuando en realidad él no cree en el Estado.
La verdad que es sorprendente lo que pasó. Culpa de esto también lo tiene el gobierno anterior cuando salió a explicar que Milei era Martínez de Hoz cuando no lo era. Entonces los oficiales superiores de las Fuerzas Armadas lo votaron. La Función de Seguridad también y la tropa lo acompañó.
-Pero no ganó sólo con los votos de ese sector de la sociedad…
-Es un problema, porque Milei gana también con votos de trabajadores de la clase media. Pero nadie le explicó que era un anarquista. Él lo decía, pero nadie entendía lo que era. Bueno, esto es el anarquismo. No creer en las instituciones, no creer en la democracia, porque no creen en los gobiernos. Y la democracia es una forma de gobierno, pero los anarquistas como Milei no creen en ellos. Es un desorden que tenemos y hay que ordenarlo.
-Varias veces ha dicho que el gobierno está acabado...
-El sistema capitalista sin inversión no funciona. Esto está técnicamente terminado. Para eso vino el Fondo Monetario la semana pasada, para ordenar esto, pero la única manera de salir a flote es con producción y trabajo. Es muy difícil pensar que vas a resolver la economía argentina vendiendo menos, que fue lo que dijo el Presidente de espaldas al Congreso en el inició su mandato. Vamos camino a una depresión económica sin precedentes.
-¿Vio alguna vez una situación similar?
-Pasé el 82, el 89 y el 2001. Nunca vi esto. Es ridículo lo que está pasando. Y cuidado, porque si las empresas grandes bajan sus ventas empiezan a teclear.
-¿A qué atribuye que el mercado financiero todavía siga defendiendo las políticas de Milei?
-Es el vector especulativo-científico. El mercado que menciona no es exactamente el financiero, es el mercado especulativo.
Es peligrosa la idea de pensar en un Estado ausente…
Imaginate la Argentina sin gobierno y los chilenos con gobierno. ¿Cuánto te dura la Patagonia? una hora. Muchas de las cosas que dice y que repite Milei son de una sin razón preocupante.
-Recientemente Milei le dijo a Donald Trump que había sido un buen Presidente y esperaba que lo vuelva a ser…
-El embajador norteamericano que hay ahora es de Joe Biden, no es Trump, porque es Demócrata. ¿Cómo sigue ahora? Esto es un desorden muy grande, el pibe está desordenado, tiene la cabeza desordenada. Se pelea con uno, se pelea con el otro. Creo que él se está dando cuenta que le es muy difícil y no sé cuál es su pensamiento.
-También se peleó con el gobernador de Chubut…
-Milei en realidad quiere ser el líder de una revolución, pero no sólo en Argentina, sino mundial. Quiere que lo entrevisten en el mundo entero.
-¿Cómo hace el peronismo para recuperar su electorado?
-Hay que preguntarse si perdió el peronismo. Al menos Moreno te tiene que decir que no. Porque la que perdió es la socialdemocracia encabezada por Alberto (Fernández). Él dijo que era socialdemócrata y yo, cuando Cristina lo eligió, dije: “Miren que este muchacho es socialdemócrata”. Lo conozco hace 30 años. Alberto es mucho más parecido a Raúl Alfonsín que a Juan Perón.
-¿A Sergio Massa también le considera socialdemócrata?
-Massa todavía está en formación como Máximo Kirchner o Juan Grabois. El muchacho cuando fue Jefe de Gabinete ni siquiera se había recibido de abogado.
-¿Quién es el responsable de lo que sucedió en el último gobierno peronista?
-El gobierno fue de Alberto, pero obviamente que la responsabilidad política era de Cristina. Pero fue Alberto el responsable. Es lógico que se confunda el movimiento peronista con el Partido Justicialista. Muchos piensan que es lo mismo, pero yo conocí compañeros que fueron toda la vida peronistas y nunca se afiliaron al Partido Justicialista. Por suerte, la etapa partidocrática del movimiento peronista terminó el 24 de enero, cuando la CGT, en una acción extraordinaria, hizo un paro, una movilización, y reinstaló la etapa movimentista del peronismo.
Lo que hay que hacer es reorganizar el movimiento peronista. Cuando empecé en el peronismo eran tres ramas: la sindical, la política y la femenina. Después vino Perón en el 70, la juventud algo hizo para eso y accedió a ser la cuarta rama. Y ahora hay que hacer tres ramas más: la empresarial, la de las organizaciones sociales y después la de técnico y profesional, o sea que vamos a organizar siete ramas. En esas vos vas a ver el peronismo funcionando con una herramienta electoral, que no necesariamente va a ser solamente el Partido Justicialista.
Hay ocho o nueve partidos con los que podemos armar una Confederación Justicialista y que esa sea la herramienta electoral del movimiento peronista. Yo no pondría tanto el acento en el Partido Justicialista, sino en el movimiento peronista. Después, la herramienta electoral la vamos a armar. Y tenemos que hacer un plan de gobierno cuando tengamos el peronismo organizado con sus ramas. Allí vamos a estar en condiciones de volver al gobierno.
-¿Por qué o a qué atribuye la fuerte crítica que habitualmente se le escucha contra Axel Kicillof?
-No, no, como gobernador yo lo voté. Lo que no tiene que hacer es que hablar de economía. El problema es que cuando fue ministro de Economía devaluó. Y toda devaluación, si no es compensada, destruye los salarios. El peronismo no hace eso. Igual se arrepintió de manera privada conmigo. Pero lo tiene que decir públicamente porque si no, se puede pensar que en el 2014-2015 hubo una buena política económica, y la verdad es que no lo fue. Ahí empezó este ciclo complicado.
Ahora, como gobernador no tenemos ninguna objeción. El pueblo bonaerense lo acompaña, yo lo voté, nuestra fuerza lo votó. Es una persona honesta que entiende la administración de la cosa pública.
-Usted siempre habla de que ahí se hizo el desfasaje con la cuestión de los costos...
-La verdad es que nosotros hicimos un gobierno extraordinario, pusimos a crecer la economía porque invertía el sector privado. El Estado recaudaba más de lo que gastaba. Por lo tanto, la economía crecía porque invertía el sector privado. Al invertir la economía crecía, eso permitía dejar el Estado del tamaño que tenía y cada vez la proporción privado-Estado iba en detrimento de la participación del Estado. Pero no porque lo achicamos, sino porque crecía lo privado. Bueno, esa es la economía peronista.