El escultor Provenzano mostró todo su talento en Italia

Noviembre fue un mes de gran aprendizaje y disfrute para el escultor de "scrap art" (arte chatarra) Julián Provenzano. El pergaminense estuvo todo el mes viviendo en la localidad italiana Sambuca di Sicilia en donde realizó por primera vez una residencia para trabajar en una obra que pasó a formar parte del patrimonio cultural de la ciudad.

La aventura comenzó cuando Provenzano presentó su booking para una convocatoria que se realizó en Italia.  El escultor compitió con otros 200 artistas y quedó seleccionado para llevar su arte al viejo mundo.

Provenzano habló con diarionucleo.com y se mostró muy satisfecho por la experiencia que vivió en la localidad de Sambuca. "Realmente la vivencia fue mejor de lo esperaba, cómo se portó la gente de Sambuca conmigo fue impresionante, fueron extremadamente amables y la verdad es que no tengo palabras de agradecimiento. También estoy muy conforme por cómo quedó la obra terminada, realmente fue una experiencia difícil de describir".

Provenzano diseñó una cabeza de caballo a gran escala que fue inaugurada la semana pasada en la calle principal de Sambuca di Sicilia. Acerca de la obra, el artista explicó: "Tenía pensado hacer la cabeza del caballo por la influencia árabe que tuvo la localidad en su pasado pero no tenía bien en claro con qué materiales me iba a encontrar en el lugar. Ni bien llegué comencé a buscar la materia prima para la obra y la gente sumó a la idea y fueron aportando materiales", indicó.

Y agregó: "La obra tiene varias aristas. Por un lado, la gente que me acercó materiales para trabajar los pueden ver en la escultura finalizada. Y por otro lado, la obra en sí misma tiene muchos objetos representativos del lugar como es la figura del caracol y el arpa. Etimológicamente, Sambuca proviene de la palabra griega arpa. También pude añadir a la escultura frases que son significativas para la localidad".

En el lugar donde fue inaugurada la escultura del artista pergaminense solía funcionar en un pasado no tan lejano. "En el corso donde quedó ubicada la obra, antiguamente, se hacían carreras de caballos. Por eso considero que la escultura se relaciona con la historia antigua y con la historia más cercana de la ciudad".

La experiencia que Provenzano vivió durante el último mes no solo se limita a lo profesional, sino que el artista se dio tiempo también para cuestiones más personales. "Durante mi estadía pude reunirme con la familia de abuelo quien nació en una localidad que está a 10 minutos de Sambuca, y esta fue una de las razones por las que decidí competir por la residencia. Personalmente, fue como darle un cierre a su historia, desde que él viajó desde Italia a Argentina, hace 100 años, con una mano atrás y otra adelante, y ahora su nieto viaja de Argentina a Italia para hacer una escultura en su tierra natal. La verdad es que fue un viaje completo en todo sentido", dijo el escultor.