En esta nota política de domingo que acerca cada semana diarionucleo.com tiene como entrevistado a José Agudo, director adjunto de Región Sanitaria IV y referente del Unión por la Patria (UP), en el distrito y la zona.
En un jugoso mano a mano, el abogado habló de la elección que realizó Alejandro Masagué, vencedor en la interna de UP, considerando que “ganó claramente”. Inclusive adelantó que “la diferencia puede ser mayor” y están a la espera del recuento definitivo.
También habló del desempeño del oficialismo en las PASO y consideró que Javier Martínez, actual intendente, es el contrincante a vencer en las elecciones generales. Además, opinó de la situación nacional, provincial y de cómo se encuentra Hospital San José.
-¿Qué balance hace de la elección que hizo Alejandro Masagué?
-Nos tocó atravesar las PASO y estamos más que conformes con el resultado obtenido. Hubo un triunfo claro de Alejandro; incluso, creemos que la diferencia, si se confirma la apertura de algunas urnas, va a ser bastante más amplia porque hubo errores.
-¿Qué fue lo que sucedió?
-El certificado estaba armado de una manera donde figuraba la Lista 2 en primer término y la Lista 1 en segundo. Entonces, tras haber hablado con fiscales generales de muchas escuelas, notamos que no corroboraron cómo era la información que se volcaba en el telegrama y en muchos casos se volcó una información invertida. Nuestros números lo llevan a Alejandro prácticamente a 8 mil votos y la lista opositora no estaría llegando a 4.300 votos.
-¿Eso hace que la conformación de la lista para las generales se modifique?
-Efectivamente. La lista que compitió contra Alejandro, que perdió las PASO, para que pueda integrar la lista ganadora, tiene que obtener al menos el 35% de los votos del frente y entendemos que no estaría alcanzando ese porcentaje si se confirma lo que comentaba antes.
-¿Cómo se sintieron en la campaña electoral?
-Fue una campaña relativamente corta, pensando que Alejandro era alguien que no había protagonizado disputas políticas, más allá de una precandidatura concejal en 2019. Su nivel de conocimiento era bajo, seguramente lo siga siendo, pero en menor medida.
Por eso nos planteamos instalarlo y mejorar su imagen. La PASO confirmó a Alejandro como una figura política, como alguien que está en liderazgo, con un armado electoral en este caso, con una lista con una gran variedad de referencias y de procedencias, no solo políticas sino formativas. Alejandro es claramente una opción más que competitiva para lo que viene.
En las generales, Alejandro ahora sí podrá disputar ya de manera directa la elección con Martínez, el cual obtuvo un muy bajo porcentaje de votos. Lo que dejó en claro el 13 de agosto es que el 73% de los pergaminenses le dijo basta a Javier Martínez, y creo que eso es un hecho más que saliente.
El 73% eligió una opción distinta a la del actual intendente, quien desplegó una campaña que, en algún momento, resultaba hasta obscena. Nosotros no colocamos columneros, casi no tuvimos presencia en la vía pública, cosa que no vamos a repetir en esta elección general.
La campaña de Martínez me pareció hasta abusiva en un momento y por demás de abundante presencia de cartería del propio intendente. Estamos hablando de una persona que tiene un porcentaje de conocimiento que está prácticamente en el 100%. Teniendo ese porcentaje de conocimiento, no hay nadie que no sepa quién es Martínez en Pergamino y el 73% le dijo basta.
-¿Qué campaña plantearán?
-Una campaña de llegada a la gente de manera más directa, de reuniones, de trabajo en el cara a cara, de caminar todos los días, obviamente también en una estrategia de comunicación.
-¿Tuvieron contacto con el espacio de Maximiliano Brajer tras las elecciones?
-Alejandro ha hablado con personas de la lista, desde el precandidato a intendente que perdió, hasta otras personas de la misma lista de concejales. Por una cuestión de prudencia me parece que era importante esperar el escrutinio definitivo para saber cómo va a ser la composición de la lista, si va a haber integración o no. Pero más allá de eso, me parece que termina siendo anecdótico porque hubo una contienda electoral con un claro ganador: Alejandro Masagué. Es el candidato de Unión por la Patria, del peronismo, el más importante que tiene de oposición para enfrentar a Martínez.
-¿Cuál es el contrincante a vencer en las generales? ¿Fabían Cejas o Javier Martínez?
-Tengo un respeto absoluto por Fabián Cejas, que me parece que hizo una elección más que considerable, que sorprendió a muchos. Pero me parece que la figura a vencer es la del intendente, que lleva prácticamente ocho años en el cargo, que detenta el poder municipal, que ha hecho de su construcción política y de su construcción propiamente de gestión, algo bastante unipersonal, de lo que muchas veces se le escucha criticar a Martínez, pero que uno lo ve como figura única. Y de hecho así se vio en la campaña, donde veíamos a un intendente que aparecía en el primero hasta el último de los carteles.
Si bien ganó en términos numéricos, la lectura que hago es que Martínez perdió un caudal de votos impresionante. Y cuando un intendente se vuelve a postular, la gente hace una doble evaluación: como candidato, para hacer lo que queda o lo que se propone o lo que se plantea para el futuro, pero también de incumplimiento.
Entre figuras me quedo con la de Alejandro Masagué toda la vida. Tiene aplomo y una empatía muy importante, uno lo vio comprometido en el caminar de la campaña, en las reuniones, en un barrio, en una fábrica, en una institución, en un comercio o en un club.
-Recién decía que el 73% de los pergaminenses le dijo basta a Martínez. ¿Esa lectura se puede aplicar a nivel nacional y decir que el 80% de los argentinos le dijo basta a Sergio Massa?
-Creo que la competitividad baja que pudo tener la boleta nacional es un llamado de atención y es una alerta para un gobierno que ha tenido muchos sobresaltos. No vamos a esconder los problemas que hay, no podemos también negar que hubo dificultades prácticamente desde el comienzo de esta gestión nacional que venía a dar una pelea con las manos atadas.
El famoso préstamo del FMI es un ancla atada al cuello en el medio de un océano y es realmente una dificultad que hoy todavía sigue trabando. Y muchas veces imposibilitando el desarrollo de políticas públicas. Encima, a eso se le sumó una pandemia.
Más allá de eso, es real que hubo una gestión nacional que no encontró la fórmula para dar respuesta a las demandas de la comunidad. Massa se siente limitado por las propias consecuencias de una gestión que todavía no ha podido bajar la inflación que traíamos en niveles altísimos en comienzos de esta presidencia, pero que encima se agravó y se multiplicó.
Y sí, sin dudas hay un llamado a atención, un alerta. Confío y espero que se pueda dar respuesta, dentro del margen acotado de herramientas que se tienen, sobre todo de la macroeconomía, por el FMI, cercenando posibilidades de política productiva, limitándote la posibilidad de recursos para importar bienes para aumentar la producción, imposibilitando o debilitando la fuerza de un gobierno para poder mejorar la distribución del ingreso.
Todo eso golpea, porque la realidad del bolsillo es la más inmediata y la más urgente. Hoy, no te permiten ni siquiera poner en discusión otras políticas públicas que sí se han podido desarrollar.
La verdad que el despliegue de obras públicas que ha habido estos últimos años es notorio. Pero hablar de obra pública, del cemento, cuando a la gente le cuesta llegar a fin de mes se hace complejo.
¿Cómo evalúa la elección nacional de UP?
-La diferencia fue muy corta. Massa todavía es competitivo para lo que viene el 28 de octubre y no veo una definición de primera vuelta. Veo una elección que puede llegar a definirse en un balotaje. Unión por la Patria es el camino para poder atravesar las dificultades y llevar a la Argentina a un mejor lugar.
Es con Unión por la Patria, no con Javier Milei o Patricia Bullrich. Aventurarse a pensar en Milei presidente el 10 de diciembre, si aguantaría o no, si se sostiene o no, me hace pensar que algunos están desayunando la cena. Hay que ser muy cautos.
Como dijo Cristina no hace mucho tiempo, hay insatisfacción democrática. Para mí son dos palabras que reflejan claramente lo que hoy nos está pasando. La gente cuando siente que la inseguridad es algo que lo puede afectar en cualquier momento, cuando siente que no puede planificar ni ordenar su economía, ni pensar cuál va a ser su realidad el próximo año, hacen muchas veces que se pierda la posibilidad de analizar cualquier otro tipo de medida o política pública.
-Con el diario del lunes pareciera que al único que no afectó la “ola Milei” fue a Axel Kicillof…
-Hizo una gran elección, pero hay que estar muy atentos a lo que pueda pasar, porque uno no va a negar ciertas situaciones sociales que pueden estar dándose en algunos lugares, pero sorprende un poco lo que pasó sobre todo estos últimos días en la provincia de Buenos Aires con ataques directos. ¿Por qué? Porque el gran ganador, la gran figura del 3 de agosto fue Axel Kicillof superando incluso a la sumatoria de las dos fórmulas de la principal fuerza política opositora que compitieron para ir por la gobernación.
-¿Empezaron esos ataques?
Sí, yo estoy convencido. Desde el momento cero que se intenta magnificar cualquier deficiencia que pueda haber. Los ataques también empiezan a aparecer cuando uno ve que se trata de hablar de una provincia inviable y dicen que hay que dividirla.
Se busca plantear un escenario de caos permanente, como sucedió estos últimos días, con los ataques a algunos comercios, sobre todo en distritos del conurbano, ataques que finalmente los hubo, de los cuales también hubo una gran cantidad de detenidos con antecedentes penales.
-¿Cómo estaba el Hospital cuando llegó a su cargo y cómo está hoy?
-El hospital sigue teniendo dificultades prestacionales. Es un lugar con 900 personas trabajando, con 150 camas, siendo el único lugar de referencia pediátrica en todo el partido de Pergamino y muchas veces cubriendo demandas de la zona. Siendo el único efector sector norte que tiene una unidad coronaria, dos guardias que se encuentran prácticamente trabajando a niveles de colapso.
Porque pasó la pandemia, pero el Covid no desapareció. Y seguimos con la pandemia de los accidentes viales. Todos los días hay decenas de accidentados y los naturalizamos.
Eso colapsa permanentemente el sistema de salud, demanda la atención de guardias, sus sistemas de trabajo de emergencia, sus servicios de diagnósticos por imágenes y ocupa las camas de unidad de terapia intensiva generando dificultades.
Más allá de todo, tenemos muchas nuevas especialidades en el hospital. Ahora nos encontramos con que la queja es que damos turnos a 30 o 35 días para alguna especialidad, pero esa especialidad cuando asumimos no estaba; caso reumatología, neurología infantil o alergista.
Hemos mejorado la infraestructura y el equipamiento. Eso también hace que cada vez concurra más gente a buscar prestaciones. Invertimos decenas de millones de pesos en el sistema informático y de redes, hemos llenado el hospital de equipamiento, cuatro ecógrafos nuevos, equipo de artroscopia, para traumatología, climatización central para un montón de servicios, hemos aumentado los planteles, hemos duplicado prácticamente la cantidad de psicopedagogas que hay en el hospital, de fonoaudiólogas, a las cuales también hemos comprado el audiómetro.
La realidad de la infraestructura del hospital era lamentable, era desastrosa, techos que se llovían, aberturas que se caían por todos lados, paredes sin pintar, una red informática que prácticamente era inexistente, dos computadoras para todos los consultorios externos, hoy tenemos más de 30 y estamos trabajando y modernizando el servicio diagnóstico por imágenes.
En unos días vamos a anunciar la concreción de algunas cuestiones civiles, incluso en algunos casos para la creación de nuevos servicios en el hospital, así que muy conformes con lo hecho, pero también sin esconder y sin negar que no hemos podido dar respuesta a toda la demanda existente.
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