En un escenario económico gobernado por el incremento constante y generalizado de los precios de los bienes en el mercado, la carne se ha convertido en la excepción a una regla que se ha mostrado casi infalible en el último año.
De acuerdo con los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la inflación de abril cerró en un 8,4% con respecto a marzo, mientras que el incremento interanual alcanzó el 108,8%.
En ese contexto, la carne vacuna parece haberse desprendido de la tendencia alcista de los precios de la economía nacional y en el sector advierten sobre un "atraso" de "por lo menos un 70%" con respecto a los valores reales.
En concreto, esto se traduce en precios de distintos cortes que se mantienen estables en las góndolas desde hace más de un cuatrimestre, situación que, a su vez, posiciona a la carne argentina como una de las más baratas en la región sur del continente.
"El precio de la carne está atrasado. Tenemos casi un 110% de inflación interanual y un aumento del 30% en el mostrador. Es decir, que estamos por lo menos en un 70% atrasados. Y la hacienda está prácticamente al mismo valor que el año pasado", advirtieron.
En la misma línea, la situación complica el panorama en el sector ganadero, así como también abre un signo de interrogación con respecto al futuro de la economía, ya que si esto se sincera, la situación con respecto a la inflación puede ser aún más complicada.
Por lo pronto, referentes del mercado de la carne de la Región consideran que la cuestión de los precios no sufriría mayores alteraciones hasta fin de año, lo que si bien, por un lado, alivia en parte la presión sobre el bolsillo de los consumidores, por el otro, aumenta la incertidumbre entre los productores.
Lo que está ocurriendo es que el precio viene atrasado desde de la suba que hubo en el último bimestre del año pasado, que en realidad fue recuperación de valores, teniendo en cuenta que ya por entonces venían por detrás del ritmo inflacionario.
Por otro lado, la sequía afectó a la Región profundizó la tendencia al estancamiento del precio, al generar una sobreoferta de la hacienda en pie, por la falta de alimento para los animales, que forzó a los establecimientos a acelerar los procesos de envíos a faena y descartes.
El precio de la hacienda en pie en términos nominales subió muy poco, mientras que el precio en el mostrador también comenzó a tener una leve variación, por la suba de costos para el carnicero, los matarifes y los transportistas. Entonces, tenemos hoy una oferta grande y una demanda que está abastecida.
En cuanto al pronóstico de cara a los meses por venir, Paz estimó que no habrá cambios significativos "al menos hasta octubre o noviembre", debido a que, "sigue habiendo una oferta importante y, además de la oferta del campo, ahora viene la oferta de feedlot (establecimientos de engorde de ganado)".
"Lo que se prevé es que haya una oferta abastecida en el corto plazo, pero sí puede ocurrir que en octubre o noviembre, como se concentró la hacienda en feedlot en el arranque del año, podría haber entonces una oferta menor, y eso podría derivar en una recuperación del precio", adelantó Paz.
No obstante, el directivo admitió que, más allá de lo que se refleja en las góndolas, se trata "un problema importante para el productor, porque lo que hay es una licuación del capital del trabajo".
Por debajo de la media
Los números publicados por el Indec en abril corroboran la situación que vive el mercado de la carne, ya que el organismo informó un salto del 9% en las góndolas para la categoría "Carnes y derivados" con respecto a marzo en la Región Pampeana -que incluye a Junín-, un número que quedó por debajo de los aumentos en "Lácteos y huevos" (11,8%); "Verduras, tubérculos y legumbres" (22,7%) o "Azúcar, dulces y chocolates" (10,7%).
Asimismo, el incremento general de la categoría "Alimentos y bebidas no alcohólicas" también superior al de "Carnes y derivados", con un 10,8% en relación al tercer mes del año.
De acuerdo con el último relevamiento de precios realizado por Democracia, cortes como el asado de tira se conseguían en abril, en los principales supermercados de la ciudad, a $999 el kilo, a través del programa nacional Precios Cuidados.
Por otra parte, desde la Cámara Argentina de Consignatarios de Ganado explicaron a Democracia que, si bien los acuerdos de precios generados por el gobierno nacional se evidenciaron en precios diferenciales en las góndolas, se trata de un factor que tiene "incidencia mínima" en el rezago de los precios en el mercado.
A nivel continental, el contexto llevó a que la Argentina exhiba hoy uno de los precios más bajos de carne bovina en la región, de acuerdo con un informe difundido por el Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), en base a un relevamiento que incluyó también a Brasil, Chile y Uruguay.
Según el documento, basado en datos de precios promedio en base a ocho cortes tradicionales (colita de cuadril, lomo, bola de lomo, peceto, cuadril, vacío, aguja y nalga), el kilo de carne en Argentina promedia los $2687, apenas por encima de Brasil ($2545) y marcadamente por debajo de Uruguay ($3174) y Chile ($3555).
Así, uno de los productos clave de la economía argentina continúa con precios de mercado bajos, considerados desde la perspectiva regional, aunque, en el plano interno, golpea al bolsillo de los consumidores, cuyo poder adquisitivo sigue viéndose afectado por la inflación.
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