Pergamino
HISTORIAS DE VIDA

Sergio Caviglia: Un caballero por naturaleza

A una semana del fallecimiento del conductor radial, su compañero Julio César Alboini lo recordó con una emotiva carta.

Sergio Caviglia, el “Pato” como se lo conocía en la intimidad, se fue repentinamente hace pocos días. Conductor junto a Julio César Alboini del programa radial “Viejitos Piolas”, que se emite por Radio Mon, el magazine de los fines de semana que se convirtió en un clásico de la tarde pergaminense. 

No hay quien hablara mal de Sergio, un tipo bonachón, sonriente, gentil y, sobre todo, un rasgo característico: su amabilidad. Siempre atento con los amigos, y también con sus conocidos. 

Apasionado por la radio y el respeto por el oyente, construyó un ciclo en el éter pergaminense que ya lo empieza a extrañar. 

Su compañero de ruta, Julio Alboini, escribió una emotiva carta en homenaje para su amigo. 

“´Caballero: Hombre que se comporta con cortesía, nobleza y distinción´, así sentencia la Real Academia Española la definición de esta palabra.
Pero cuando la palabra enluta los corazones, la expresión lógica y sentida es ´me quede sin palabras, no tengo qué decir´, porque es muy difícil asimilar y definir. 

La tarde-noche del domingo enmudeció a muchos, nadie tenía palabra para expresar, cuando por mensaje de Whatsapp, con voz firme y entereza, su fiel compañera, su esposa, nos hizo el triste anuncio. El caballero del micrófono y de la vida, Sergio Caviglia, nos dejaba físicamente.  

Su gran pasión siempre fue la radio, la música, los amigos, la familia y la vida. Él todo lo hacía con vehemencia y amor, con una sonrisa y un temple de otro planeta; era un fuera de serie, un todo terreno. Él que nunca te dejaba a pata, siempre se ponía en los zapatos de los demás, nunca levantó la voz para hacerse oír, nunca una crítica, y siempre el respeto. 

Dios y la vida me lo cruzó en un curso de locución en la vieja Biblioteca Menédez, en calle San Martín, en los años ´90. Ahí encontré un loco lindo que superaba a todos hablando de programas de radio, de locutores y otras yerbas. Era gran admirador de Juan Alberto Badia, a quien le hizo una nota bajo los médanos en el sur en la casa del locutor. Sergio me contó que llegó con su esposa Miriam para filmarlo. Muy meticuloso, el ´Pato´ tenía su grabador Sony recién comprado, pero  eso sí, probado antes con lujo de detalle para que todo salga a la perfección. Y así fue la nota, cálida y precisa, como era su estilo.

Desde muy joven empieza a transitar los medios de Pergamino. Masague le abrió las puertas en la vieja Radio Más, después llegó Radio Ilusión, en los ´80, y en los ´90 Radio Onda Verde, donde empezó con “Viejitos Piolas” junto a su amiga y excelente locutora Elisa. Brillaban como siempre sus programas en el aire de la ciudad.

Nuestra amistad se forjó con charlas interminables de radio, de muchos proyectos y café. Comenzamos haciendo los viernes a la noche en Radio Sueños el programa “El Boulevard de los Sueños”. Después le llega la posibilidad de hacer la voz comercial del programa de automovilismo de Roberto Ostoich en Radio Mon. 

Cuando se termina la temporada deportiva y comienza las vacaciones de algunos compañeros quedaban espacios los fin de semana, y ahí nos fuimos metiendo. Presentamos un proyecto a Carlos Trincavelli y a Susana Ottone y nos dieron el ok. Los “Viejitos Piolas” estaban presente con su música los fines de semana, por la tarde, en la 1540 del dial.

Ángel Gastaldo lo definió a Sergio Caviglia como ´el Badia nuestro´. 

Con nuestro ciclo radial llegamos a los pueblos: Mariano Benítez, Pinzon, J A de La Peña, Mariano H. Alfonzo, Acevedo, entre otros. 

Tuvimos la suerte de traernos el premio “El Faro de Oro”, de Mar del Plata, fue algo muy lindo.

Hay muchas más cosas para contar; fueron ocho años juntos haciendo el programa, y una vida de ser amigos.

´La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida´, dijo el ´negro´ Rada, y así fue su partida. Nos queda a cada uno que lo conocimos su enorme amistad y cariño. Seguro seguirá volando con su imaginación en la mesa grande de la comunicación. Un abrazo grande como vos, al cielo. Chau viejito piola”.