Pergamino
PASATIEMPOS

Cómo es el ferromodelismo, el hobby que lucha contra el paso del tiempo y la era de las pantallas

Patricio D´ottavio es uno de los pergaminenses apasionados por los trenes en escala. Su primera formación fue un regalo de comunión, desde allí no paró hasta tener su propia maqueta en una de las habitaciones de su casa.

Puede decirse que un Hobby es una actividad que se realiza como un pasatiempo en momentos libres. Pero muchas veces, se termina convirtiendo en una pasión. Como en el caso de Patricio D´ottavio, un pergaminense que conoció el ferromodelismo de chico y nunca más lo abandonó.

En diálogo con Diario Núcleo contó que su primera pista de trenes, el clásico óvalo, fue un regalo de comunión. De allí en más, cada vez que podía, pedía para sus cumpleaños, Navidad o Reyes, regalos que tengan que ver con su hobby; desde un vagón o más rieles, hasta una locomotora. “Siempre me gustaron los trenes reales”, admitió.

Con el paso del tiempo fue conociendo gente que también comparte su misma pasión, aunque reconoció que en la actualidad cada vez son menos aficionados, dado que la cultura del tren se fue perdiendo y la llegada de las pantallas destrozaron las manualidades. A pesar de ello, D´ottavio considera que, con exposiciones, los niños despiertan su curiosidad, por lo que es importante tener ese tipo de espacios.

El pergaminense consideró que su hobby es poco frecuente por lo que la masividad no tiene mucha compatibilidad con el rubro. Pero tal vez eso, sea uno de los condimentos especiales a la hora de contar una historia destacada. 

Qué es el ferromodelismo

Ya quedó claro que el ferromodelismo es un hobby que surgió a finales del Siglo XIX siendo los trenes uno de los primeros juguetes reducidos a escala, aunque comparados con los de la actualidad, aquellas primeras locomotoras eran de mayor tamaño. Durante el Siglo XX el rubro evolucionó, aún más después de la Segunda Guerra Mundial. “Al principio los juguetes eran de hojalata o de materiales más duros. Pero luego llegó el plástico y las reproducciones mejoraron considerablemente”, remarcó D´ottavio. 

Allí el ferromodelismo alcanzó una especie de masificación, sin llegar a ser popular pero que tiene su propia impronta e historia. Inclusive en nuestro país también tuvo movimiento importante durante muchos años en diferentes provincias.

Pero la cuestión comenzó a modificarse hace unos 30 años con la llegada de otras opciones más modernas y tentadoras. En paralelo, los trenes reales dejaron de prestar servicios al interior, por lo que, un joven de 30 años, y del interior, casi no recuerda la llegada al tren a su ciudad. “Eso hace que los chicos no conozcan al tren real ni tampoco juegue con un tren en miniatura”, expresó el ferromodelista, que a su vez remarcó que el mundo online terminó de romper con muchas aficiones.

El sueño de la maqueta hecho realidad

Con el paso del tiempo el pergaminense comenzó a ahorrar, dejando atrás la etapa de regalos por eventos especiales, y cada vez que podía iba sumando locomotoras a sus vitrinas, vagones o rieles a sus equipos. Pero siempre con el objetivo de llegar a tener o construir una maqueta con un tendido y así disfrutarlo aún más.

De aquel set de inicio hasta llegar a la maqueta pasaron muchos años. Pero hoy D´ottavio tiene en su casa un cuarto especial dedicado para su hobby que muestra con orgullo. “Es un proceso que me fue atrapando y año a año fue creciendo, pero sin presiones, eso es lo bueno”, agregó.

Armar y desarmar las pistas lleva su tiempo, pero eso no significa que no se pueda disfrutar. Al contrario. El problema es que esta pasión ocupa espacio físico. Volviendo a los inicios, D´ottavio recordó que armaba su pista en algún lugar de la casa con el permiso de los padres, pero estaba claro que ese armado no podía ser eterno, ya que muchas veces la mesa del comedor era el lugar ideal. Entonces, la llegada de las vacaciones de invierno o verano eran esperadas con ansiedad, porque allí había más tiempo de jugar y negociar con sus padres la duración de la exposición de las vías en algún sitio de la casa aprobado por los mayores. “Era un problema familiar (risas)”, recordó.

Dentro de lo malo de la pandemia, hubo algo bueno

A D´ottavio su hobby le hizo pasar el encierro de la pandemia de otra manera. Entretenido con lo suyo, mientras otros buscaban qué hacer en esa nueva y rara forma de vivir de manera ermitaña y obligada. “En ese tiempo pude finalizar un pequeño tendido fijo con decoración en un lugar de casa. Fue una verdadera terapia que me sirvió pasar la cuarentena”, agregó.

El ferromodelismo en Pergamino

“No somos muchos, pero hay personas que compartes esta pasión. Inclusive, varios años atrás en la vieja sede de la Asociación de Preservación Ferroviaria (APREF), habíamos formado un grupo de ferromodelistas y armamos una linda maqueta de 5 por 3 metros”, incorporó.

Luego, con la mudanza de la sede de APREF, ese espacio se perdió por lo que los ferromodelistas esperan recuperar ese lugar para poder compartir su hobby. Pero para ello necesitan de un lugar específico para poder armar nuevamente la maqueta. “La sede está en los viejos galpones de lo que era el Ferrocarril Mitre sobre calle Alsina. Es un museo que se fue recuperando sobre el tren real, pero aun no cuentan con una maqueta de ferromodelismo, lo cual considero que eso lo haría más atractivo para captar la atención de los más chicos que llegan con sus padres o abuelos”, remarcó.

Lo cierto es que, en Pergamino, como muchas otras ciudades de la zona, no cuenta con el servicio de tren de pasajeros y, como se explicara, eso hace que varias generaciones no conozcan del tema y sólo vean formaciones en grupos de Facebook donde muestran fotos del pasado. “Los hobbys tradicionales se han ido perdiendo. Hoy es todo táctil a través de una pantalla. Todo es inmediato y este tipo de pasatiempo requiere de mucha paciencia”, explicó el aficionado pergaminense.

Por lo pronto el cable a tierra de D´ottavio, como él mismo lo describe, hace encontrar su manera de ser feliz. Jugando. Algo que también se ha ido perdiendo en esta era, donde los niños “juegan a jugar”, mirando en una pantalla a otro pequeño divirtiéndose con sus juguetes. Cosas del progreso y el dilema de las redes sociales.