La radioafición, según la definición oficial, es un servicio de radiocomunicación que tiene por objeto la instrucción individual, la intercomunicación y los estudios técnicos, efectuados por personas debidamente autorizadas que se interesan por la radiotecnia con carácter exclusivamente personal y sin fines de lucro.
Esta práctica nació con los experimentos que Guillermo Marconi hizo a fines del siglo XIX para enviar señales de morse a través del éter. Tras los primeros balbuceos, la radioafición adquirió su carta de naturaleza en la Conferencia de Washington de 1927, donde se efectuó un primer reparto internacional de frecuencias y se asignaron unas bandas determinadas a la radioafición.
Para el año 1900, existían un puñado de personas que se dedicaban a este hobbie y en la actualidad existen se estima que hay aproximadamente tres millones de radioaficionados.
Diarionucleo.com habló con el radioaficionado local Esteban Tagliaferro , miembro de LU4AA Radioclub Argentino, para conocer más acerca de esta actividad que tuvo, y sigue teniendo, una relevante importancia a nivel mundial.
“Mi primer acercamiento a la radioafición se dio por mi vinculación con una fuerza de seguridad en la cual se emplean para las comunicaciones cotidianas las radiofrecuencias por medio de radios que se conectan por VHF o UHF. Esto despertó en mí una inquietud por la comunicación a través de la radio, que es un medio que, en aquellas ocasiones cuando fallan otros medios de comunicación, siempre está”.
Tagliaferro definió a los radioaficionados como “sujetos interesados por el desarrollo de la radiotecnia con fines meramente progresivos” y sostuvo que muchas de las tecnologías que hoy disfruta la sociedad nacieron de investigaciones que realizaron los radioaficionados: “Los teléfonos celulares no se conectan con un satélite sino con una antena de telefonía celular de aproximadamente 860 MHz, que es ultra alta frecuencia. Los controles remotos de televisión, equipos de música, aire acondicionados, portones de garajes y todo lo que sea mando a distancia utilizan radiofrecuencias”.
La primera red social
Con frecuencia suele decirse que a partir de la aparición de Internet y posteriormente las redes sociales, el mundo entró en un nivel de hipercomunicación nunca antes visto en la historia de la humanidad. Pero para los radioaficionados esta situación venía desde mucho antes.
“Existe un grupo de radioaficionadas quienes llaman a la radio como la primer red social. Pero tiene ventajas, a mi entender, con las redes sociales actuales porque, en primer lugar, no tiene editor y las redes sociales sí lo tienen, basta con ver los muchos perfiles que son bloqueados a diario. Y en segundo lugar, la radio tiene mayor proximidad porque requiere del uso de la voz y no de una pantalla en la que escribís o lees un texto”.
- Para Esteban Tagliaferro, "la radio es el último medio liberal que queda en el mundo porque no tiene un editor de contenido"
Y agregó: “En un país tan extenso como el nuestro es una pena que no esté más desarrollada la radioafición porque no es posible abarcarlo en su totalidad con un medio de comunicación exclusivo. Tengo amigos radioaficionados que viven en la Patagonia y allí no hay cobertura de celular, ellos siguen manejándose todavía con radio. Lo mismo sucede en los parques nacionales, me gusta mucho hacer trekkin y la comunicación con la base de los guardaparques es vía VHF porque no hay señal de celular en esos lugares. Desde mi estudio de radioaficionado he mantenido comunicación con gente de la Antártida, de Malvinas, con los marinos de la Fragata Libertad mientras navegaba por las costas de Brasil e incluso personas de Japón. También, durante la pandemia, pude escuchar algunas conversaciones que tenían los abuelos españoles con sus nietos a través de la radio”.
Un hobbie humanitario
La ciudad de Pergamino cuenta con un grupo activo de radioaficionados, quienes están agrupados en Radioclub Pergamino, que desde hace muchos años y, según las palabras de Tagliaferro, prestaron su ayuda durante las dos grandes inundaciones que sufrió la ciudad, la de 1995 y la de 2016. En esos momentos en los que las que se vieron colapsadas las comunicaciones, los radioaficionados locales prestaron servicio e información desde sus estaciones de radio a la Defensa Civil, el Hospital San José y al Cuerpo de Bomberos Voluntarios para que socorrer a los vecinos afectados por el desbordamiento del arroyo.
"La radioafición tiene una parte humanitaria y otra de hobbie ciencia. Esta última es aquella que utilizamos en nuestras radioestaciones para comunicarnos por cualquiera de los medios que nosotros utilizamos, que son por voz, por voz IP y digitales con otras personas que nos están escuchando del otro lado. Y a su vez, esta actividad tiene un soporte humanitario implícito para actuar en casos de catástrofes naturales o no naturales. Una de las cosas que el radioaficionado acepta el día que obtiene la licencia por parte del Ente Nacional de Comunicaciones es que, en caso de convulsión o necesidad, el Estado puede hacer uso de tu estación con fines comunitarios".
Otro ejemplo del uso humanitario de la radioafición se dio en el año 1982 durante el conflicto bélico con el Reino Unido por las Islas Malvinas. "En ese momento, los radioaficionados locales pusieron antenas sobre las costas con el objetivo de poder interceptar las comunicaciones de los ingleses para luego transmitir esa información a las autoridades militares".
Para finalizar, el radioaficionado pergaminense habló sobre la vigencia que aún tiene este tipo de comunicación a más de un siglo de su invención continúa atravesando a toda la sociedad. "A la radio se le ha firmado el certificado de defunción muchas veces y sigue vigente como nunca. Es un medio de comunicación que tiene un montón de ventajas por sobre otros medios que requieren de una infraestructura más crítica. Por ejemplo, si alguien te corta el cable o se cae un satélite te quedaste sin Internet, en cambio, mientras vos tengas una batería de auto cargada, una radio y un alambre que haga de antena, vos te vas a comunicar".
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